El Cupra Ateca fue el primer modelo de Cupra como marca ‘independiente’. Fue lanzado en 2019 y, desde entonces, ha sufrido algunas actualizaciones de la mano del Seat Ateca, su homónimo en Seat. Lo que no ha cambiado (y mejor, porque es una maravilla) es lo que hay bajo su capó. Se trata de una mecánica 2.0 TSI de 300 CV asociado a una transmisión automática DSG de doble embrague y siete velocidades y al sistema de tracción total conectable 4Drive. Es el único Cupra que no dispone de versiones electrificadas y, por tanto, porta la etiqueta medioambiental C.
Aparte de ser un coche muy rápido (sólo precisa de 4,9 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h), es uno de los pocos SUV de corte deportivo cuya deportividad no se limita al apartado estético, sino que logra transmitirla también a la conducción, con una agilidad sorprendente y una precisión de guiado cercana a la de los mejores compactos deportivos.
Aparte, el Cupra Ateca no renuncia ni a una pizca de la usabilidad del Seat Ateca. Mantiene su maletero de 485 litros de capacidad (igual que los Seat Ateca con tracción total), homologa un más que razonable consumo de 9,0 L/100 km, y gracias a su suspensión adaptativa DCC, que es de serie, conserva un confort de rodadura equivalente al del Seat.
