Desde su lanzamiento en 2006, el Audi R8 ha sido siempre uno de los modelos más impresionantes en el segmento de los superdeportivos ya no sólo por el absolutamente impresionante motor V10 que llegó con la segunda generación, sino también por su habilidad para trasladar todo su poderío al asfalto haciendo que ir rápido con él sea incluso fácil en cualquiera de sus versiones.
Por desgracia, en 2022 el R8 vive sus últimos meses, pues en 2023 será descatalogado para posteriormente dejar su lugar a un sucesor que vendrá con algún tipo de electrificación y que, probablemente, no se llame R8. Pero que esté algo desfasado no significa que no sea uno de los coches más emocionantes de conducir que existen, así como uno de los superdeportivos más polivalentes.
Se comercializa con dos carrocerías (Coupé y Spyder) y con dos configuraciones mecánicas: 570 CV y propulsión al eje trasero, y 620 CV y tracción total Quattro. En cualquiera de los casos, lo que descansa bajo el capó trasero, en posición central longitudinal, es una fastuosa mecánica 5.2 V10 de aspiración atmosférica que corre como un demonio y suena a verdadera gloria girando a más de 8.000 rpm. La transmisión es siempre automática S-Tronic de siete velocidades.
Como te puedes imaginar, sus prestaciones quitan el hipo. En su versión de 570 CV acelera de 0 a 100 km/h en 3,7 segundos y alcanza 329 km/h de velocidad máxima. Si nos referimos a la variante de 620 CV, su tracción Quattro le permite parar el crono en 3,1 segundos al acelerar hasta 100 km/h desde parado, mientras que su velocidad máxima se cifra en 331 km/h. Un automóvil impresionante de los que, sin duda alguna, dejará una importante huella en la historia de los superdeportivos.
