Una ruta desde Orense hasta Cortegada por la OU-402 reporta numerosas sorpresas al afortunado viajero. Estamos en una carretera cargada de emociones que, en una Mercedes Marco Polo, se multiplican al poder aprovechar al máximo la oferta gastronómica y paisajística de este tesoro gallego.

Si partimos de Cortegada, una localidad plagada de balnearios que se aprovechan del agua del Miño para proporcionar horas de tranquilidad al bañista, nos espera la magia de Galicia. Sus aguas sulfurosas y ferruginosas tienen propiedades curativas, como también la belleza del paisaje de este término municipal, un paraje de gran belleza y variada vegetación.

En Rivadavia hay que parar para ver su castillo, su playa fluvial y para conocer la Panadería César en la Rúa Jerusalén. Especializada en todo tipo de empanadas, asados y sí, pan, estamos ante un negocio que considera su artesanía un arte. Establecidos desde los 50, llevan décadas consagrados a una actividad en la que se mantiene el amor por el horno. La virtud de la panadería César está en el buen trato al cliente y en el puro talento a la hora de elaborar un pan de los de toda la vida.
Los caminos que bajan hasta el rio casi obligan a un baño y a un picnic desde nuestra MB Marco Polo. Y claro que aquí el vino no podía faltar. Las Bodegas de Carlos Moro son una parada imprescindible. Una bodega con aire familiar convertida en verdadero santuario. El viñedo se trata como un jardín, y de la mano de Tito, nos cuenta todos los secretos de la zona.

La bodega de Casar de Vide está ubicada en plena denominación de origen de Ribeiro. Se unió hace unos años al grupo como la bodega más antigua de Galicia, y aspira a convertirse en la referencia de la región. Un ejemplo más de la profesionalidad del bodeguero Carlos Moro, uno de los más respetados a nivel nacional en el sector vitivinícola.
El pueblo tiene muchas posibilidades y el rio es el corazón de muchas actividades de ocio. Es fácil visitar su formidable club náutico, en el que podremos alquilar embarcaciones, practicar todo tipo de deportes náuticos o simplemente disfrutar del paisaje desde tierra.

Es uno de los centros náuticos por excelencia de Galicia gracias a su gran superficie de agua embalsada y unas instalaciones que gozan de todos los servicios. Sus doscientos socios lo saben bien: se trata de un exclusivo club recreativo que es también un verdadero imán para el turismo.
En esta ruta todavía nos queda abordar una recomendación gastronómica como la de Restaurante Sábrego-Casal de Armán en O Cotiño s/n de Rivadabia. Ubicado entre viñedos y con formidables vistas al entorno, naturalmente los vinos brillan a una altura casi increíble, seguidas muy de cerca por el trato al cliente y, en general, todo el producto de proximidad gallego. Aquí todo está delicioso, desde el atún de Burela, hasta las carnes rojas, redondeando en conjunto una experiencia absolutamente idílica para el comensal y viajero.
Aunque nuestra Mercedes Marco Polo es un vehículo pensado para disfrutar de la tranquilidad de la noche convenientemente acampados, oportunidades como las que nos ofrece el Laia Caldaria Hotel Balneario no se presentan todos los días. Casi un centenar de habitaciones con terrazas al paisaje circundante dominado por el Miño y, sobre todo, un extraordinario balneario con todas las más modernas técnicas para otorgar placer y tranquilidad al huésped. Bañeras de hidromasaje, aromáticos, jacuzzi, piscina de contraste, saunas, parafango y piscinas al aire libre diseñadas para tratar la fibromialgia o, simplemente, mitigar nuestro estrés del día a día y, simplemente, respirar y descansar. Ubicado en la carretera Nacional 120 en Laias, es además una vía de acceso a esta región todavía desconocida al estar muy cerca del castro de San Cibrán de Las o el Monasterio de Oseira.

Cerca de Orense también encontramos la Pasarela de Outariz, un viaducto sobre el Miño donde respirar hondo y caminar. Se trata de un emblemático puente que se encuentra en plena zona terminal de Outariz y Burga de Canedo, y es por tanto un paso obligado para llegar a las termas. Las vistas del río son espectaculares (y plagadas de candados del amor). Muy conocido tanto por vecinos como por turistas, estamos en una zona peatonal que es, también, perfecta para un tranquilo paseo en bicicleta.
No podemos dejar este paraíso de zonas termales sin sumergirnos una vez más en las aguas calientes del Miño. Las termas de Barbantes en el concejo de Cenlle, están ubicadas en un bonito enclave natural. Inauguradas en 2013, tiene varias pozas al aire libre y unas aguas termales que alcanzan los 28 grados de mineralización débil. Además de, por supuesto, todos los servicios necesarios alrededor para acabar de redondear la experiencia, incluyendo un amplio aparcamiento para nuestra Marco Polo y sí, un área completa para autocaravanas donde poder descansar y avituallarnos.
