En autocaravana por la Sierra de Aracena: las curvas más sabrosas de Huelva

Pedro Madera
Pedro Madera

Cuando uno recorre kilómetros y alcanza la sierra de Huelva el apetito se despierta. El corazón sufre por el disfrute, y quizá te lo robe, o te lo marque tan a fuego que ya no hay vuelta atrás. Es tierra de descubridores, linces, sol y miles de sabores. Sabores de tierra y mar. ¡Qué rica esta tierra! Y entre riqueza y riqueza, uno de sus mayores tesoros hace frontera con Portugal: el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Aquí, en el segundo parque más extenso de Andalucía, 28 municipios se suceden como en un rosario, y las cuencas hidrográficas del Guadalquivir, el Guadiana y del Odiel se dan la mano.

00 Sierra Aracena 02

Si hablamos de esta sierra hay nombres obligados: Aracena, Alájar, Almonaster la Real y Cortegana son algunos de los altos en el camino más monumentales que uno va a encontrar. Cumbres Mayores y Jabugo, los hitos gastronómicos. Aunque vayamos poco a poco, siguiendo el ritmo de interior que marca este viaje nacional. La carretera N-433 es casi un eje natural que nos permite llegar en pocos minutos al pueblo elegido.

Sierra Aracena Gruta Maravillas

La capital de la Sierra es el pueblo de Aracena. Aquí, la mano del hombre lleva siglos trabajando. Y el espíritu de los templarios vivo. En el siglo XIII, esta orden religiosa convirtió Aracena en una de sus plazas fuertes, erigiendo su castillo sobre una fortaleza almohade en el siglo XII. Una de las vistas más amplias de la provincia se observa desde sus arcos. Estalactitas y estalagmitas se atesoran en La Gruta de las Maravillas, una cueva kárstica de la que dicen ser una de las más bellas de Europa por su sucesión de galerías y lagos subterráneos donde reinan el misterio, la oscuridad y el silencio. A través de ella es posible penetrar el monte donde se alza la fortificación.

Si decidimos perdernos, este territorio es perfecto. Las pequeñas carreteras locales tienen el problema a veces de animales sueltos, pero la mejora en el asfalto y trazado de los últimos años nos anima a disfrutar de una conducción tranquila donde la velocidad no es prioritaria.

Alajar

Desde Aracena, buena base de operaciones, la carretera conduce a Linares de la Sierra por zigzagueantes calles y nogales a izquierda y derecha para presentar Alájar, lugar meditativo por la Peña de Arias Montano, famoso gracias a Benito Arias Montano, bibliotecario, alquimista y astrólogo, persona de confianza del rey Felipe II y gran conocedor de las artes místicas. Pero no se puede pasar por alto las más de treinta grutas y cuevas localizadas por toda la zona, aunque solo dos, el Palacio Oscuro y la Sillita del Rey, sean visitables. En la primera, las fuerzas telúricas de la piedra hacen que las brújulas pierdan el norte. Cuidado no lo vaya a perder el viajero también…

02 Jabugo

De camino a Jabugo, el refugio perfecto para los paladares exquisitos, no pasan más de cinco kilómetros sin que pequeños pueblos blancos vayan haciendo aparición. Además de un viaje, esto es una conducción placentera.

Jabugo se lo debe todo, o casi todo, al jamón. Tanto, que su propia denominación de origen lo ha convertido en un punto cardinal internacionalmente conocido. Aquí la relación entre los humanos y los cerdos es especial. El viajero aprenderá la clasificación por colores del jamón ibérico según el método de cría y procedencia: blanco para el jamón de cebo, verde para el cebo de campo, rojo para el jamón de bellota (75% ibérico) y negro para el jamón de bellota 100% ibérico. Aquí, todos los bares, mesones y restaurantes ofrecen esta delicia. Pero Jabugo es también el centro de una zona en la que hay otras muchas cosas que ver.

04 Sierra Aracena Cortegana

Cortegana es el rival en sabor. Unos huevos rotos con jamón nos darán las fuerzas necesarias para alguna excursión a pie y callejear por sus rincones. Esta es una visita imprescindible para poder decir que uno ha visto la sierra. Son cinco las pedanías que lo rodean, dedicadas históricamente a la minería. El sonido de las fuentes del Chanza y del Prado son su música natural. El Castillo medieval, su cuna histórica de resistencia frente al pueblo luso. Las ermitas de Nuestra Señora de la Piedad, Jesús Nazareno y San Sebastián, las construcciones que recuerdan el peso de su religión.

05 Sierra Aracena Almonaster

Si buscamos la foto perfecta, vamos a tener que aparcar nuestro vehículo al llegar a Almonaster la Real. Bellísimo y serrano, en él, el castillo, la iglesia y la mezquita forman el conjunto monumental de obligada visita. Y el Cerro de San Cristóbal, el lugar asfaltado más alto de la provincia de Huelva que regala uno de los cielos más limpios de toda España.

Para acabar de descubrir esta sierra tan morena, una parada en Cumbres Mayores. Qué mejor que hacerlo en una Reserva de la biosfera… Lo dice la UNESCO. Su castillo es el centro, y el pueblo se ha desarrollado a su alrededor. Aquí uno encuentra turismo gastronómico, histórico, artístico y cultural. En esta localidad, la industria del cerdo ibérico recoge la tradición más antigua de la provincia, desde el S. XVIII. Aquí la dehesa, las encinas y los alcornoques centenarios alcanzan su máximo esplendor, y el viajero la pena de dar por finalizado este viaje tan andaluz. En coche todo tiene un posible regreso.