2050 y la Ley del Cambio Climático

Y si durante los últimos ocho años hemos vivido emocionantes episodios en la evolución de la movilidad, los próximos 29 años hasta llegar a 2050 –fijado en el Acuerdo de París de 2015 como el año de la reducción máxima de la huella de carbono– van a ser los que den la vuelta a nuestra industria automotriz como a un calcetín. Conviene leerse la Ley de Cambio Climático aprobada el 13 de mayo de 2021 en el Congreso, aunque sufrirá algunas enmiendas que obligan a regresar al Senado para su aprobación final, y en particular el Título IV referido a la movilidad sin emisiones para entender la importancia de todo lo que viene.
Esta es la primera ley, pero vendrán más que ajustarán y redefinirán el futuro de la movilidad. Y esas leyes y actuaciones no deben olvidar que España es el segundo productor de automóviles de Europa, el primero en vehículos comerciales ligeros, ayuda a equilibrar la balanza de pagos con las exportaciones de la robusta industria de componentes y, ahora, empieza a destacar también con las motos eléctricas.

La declaración, en julio de 2018, de la ministra para la Transición Ecológica,Teresa Ribera, asegurando que “el diésel tiene los días contados” provocó probablemente uno de los mayores problemas en nuestra industria e incertidumbre a los usuarios. Y es que nuestro país, además de venderse en él casi un 40 % de vehículos diésel, destacaba por ser uno de los primeros proveedores de estos motores para la industria europea. Entonces nos preguntamos ¿y ahora qué me compro?, cuando la oferta de vehículos eléctricos (EV) en 2018 era mínima y la infraestructura precaria.
Hoy la oferta de los EV es mucho mayor; de hecho, hay marcas como Ford que han anunciado que sus automóviles comercializados en Europa en 2030, en sólo nueve años, serán exclusivamente eléctricos. El único problema que se encuentra el usuario de coches es que hoy aún no quiere un eléctrico porque no le sirve y le sale caro. Por eso, si tenemos que adquirir un coche eléctrico a la fuerza, los propietarios seguiremos estirando la vida de nuestros coches con motores térmicos hasta que la oferta eléctrica de vehículos y sistemas de carga sea la lógica, o porque nuestros coches actuales ya sean tan viejos que si se autoriza podamos recurrir a una matrícula Histórica y seguir rodando con ellos más allá de 2050. Esta circunstancia de los históricos, afortunadamente, sí se ha contemplado en la Ley del Cambio Climático.