La gran mentira del consumo
Tras casi 20 años informando sobre el apasionante mundo del motor, he llegado a una conclusión tan tonta como real; adquirir un coche tiene un componente muy considerable de ciego acto de fé.
Tras casi 20 años informando sobre el apasionante mundo del motor, he llegado a una conclusión tan tonta como real; adquirir un coche tiene un componente muy considerable de ciego acto de fé.
Si tenemos buen oído es fácil escuchar en un bar a un grupo cercano de parroquianos que mantienen enconadas conversaciones opinando infalibles sobre alguno de estos tres temas: mujeres, fútbol y coches.
Parecía un imposible que nuestros ojos nunca llegarían a ver. Y no hablo del fin de la crisis ni de la extirpación de la corrupción en nuestra clase política. Hablo de algo mucho más complejo que todo ello y que, sin embargo, ya es una realidad: el motor que funciona con aire.
He perdido la cuenta de las veces que, desde esta misma tribuna, he anunciado a bombo y platillo que nunca en la historia de la automoción en España los coches nuevos habían estado tan baratos.