El Bentley Bentayga es uno de los coches más lujosos -buena prueba de ello es este reloj de su equipamiento opcional-, potentes y caros que se producen actualmente en serie. Por eso, el último propulsor añadido a la oferta del Bentayga, del que te informábamos hace pocos días, casa perfectamente con su filosofía: se trata de un bloque biturbo de gasolina V8 de 4.0 litros que desarrolla la ´bestial´ cifra de potencia de 550 CV.
Es el mismo que ya hemos visto en otros vehículos similares del Grupo Volkswagen, como el Porsche Cayenne Turbo o el Lamborghini Urus. Esta nueva unión entre el Bentley Bentayga y el bloque V8 biturbo representa una opción ´modesta´ para aquellos clientes que quieran adquirir una variante de gasolina de este modelo pero que no necesiten el ´monstruoso´ motor W12 de 6.0 litros debajo del capó del SUV de Crewe.
Además de los mencionados 550 CV de potencia, este propulsor entrega un par motor máximo de 770 Nm. Gracias a ello, el Bentley Bentayga asociado a esta mecánica acelera de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 290 km/h. El consumo medio de combustible homologado es de 11,4 l/100km, que teniendo en cuenta sus características no es demasiado elevado; y las emisiones de CO2 están cifradas en 260 g/km.
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De gestionar toda su fuerza se encarga una caja de cambios automática ZF por convertidor de par que tiene ocho velocidades. La potencia va directamente a las cuatro ruedas gracias a una tracción total permanente.
No llega solo
¿Y cómo detener a este ´bicho´?, te preguntarás. Pues has de saber que Bentley ha anunciado, junto a la disponibilidad del nuevo motor, un equipo de frenos carbocerámicos que disponen de un par máximo de frenado de 6.000 Nm. Según la marca, son los frenos más potentes del mundo. Están compuestos por unos discos delanteros de 440 mm y traseros de 370 mm con pinzas de freno de diez pistones.