El carnet de conducir por puntos, que justo ahora celebra su 10º aniversario, se encuentra envuelto en una polémica que tiene que ver con la concesión, supuestamente a dedo, que miembros de la DGT, con la colaboración del presidente de la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), José Miguel Báez, hicieron de los cursos para recuperar dichos puntos del carnet de conducir.
Según publica hoy El Mundo, primer medio en hacerse eco del escándalo, Tráfico ya ha abierto una investigación interna para detectar esas posibles irregularidades en la concesión de los cursos para recuperar los puntos del carnet de conducir. Además, la propia DGT ya ha confirmado a distintos medios de comunicación, que esta investigación es real y que, por ahora, «es todo lo que se puede decir».
El caso ha salido a la luz tras varias denuncias, procedentes de Castilla-La Manca, la Comunidad Valenciana, Baleares y Murcia, en las que hacen llegar una carta a María Seguí, directora de la DGT, poniendo en su conocimiento las supuestas irregularidades que han llevado a cabo Marta Carrera y José Miguel Baez. Aseguran que la grabación, que puedes leer transcrita en el artículo de El Mundo, «demuestra que el señor Báez y la señora Marta Carrera, persona que firma los pliegos técnicos de este concurso y responsable de la valoración del mismo, pactan sin ningún rubor todas las condiciones que serán exigidas a los centros y que posteriormente aparecen en los pliegos técnicos».
Estas grabaciones han puesto en pie de guerra al sector de la formación vial que ve como supuestamente se han concedido a dedo los cursos de recuperación de puntos. Un negocio, el de los cursos de recuperación de puntos, que, como ya publicamos en Autofácil, esconde irregularidades y que, en los 10 años de vida del carné por puntos, ha movido una cantidad de dinero cercana a los 140 millones de euros. Además, en el sector se cree que Báez contaba con el apoyo incondicional de la DGT, una acusación que puede tener sentido tras ver como en las grabaciones, filtradas por El Mundo, Báez y Carreras hablan de «ir a medias» y de no hablar de lo pactado con nadie.