Land Rover Serie I: Puesta de largo a lo grande

Adrian Cowell era un estudiante de la universidad de Cambridge que tuvo la idea de realizar esta expedición. Para ello, pensó que podría solicitar el aoyo de Land Rover y en la petición realizada por Adrian Cowell a la marca, Land Rover vio una oportunidad de promocionar el nuevo Serie I que pensaba comercializar a partir de 1956. Este modelo incorporaba una carrocería de paneles metálicos en lugar de la de madera fabricada por Tikcford para los anteriores Station Wagon. También incorporaba un motor 2.0, en vez del 1.6 y la batalla crecía de las 80 a las 86 pulgadas. Como preparación específica, cada uno de los dos vehículos fue pintado de un color –los clásicos azul claro para Cambridge y azul oscuro para Oxford–, se les incorporaron dos depósitos adicionales en el interior y dos bidones en la parte delantera de las aletas, lo cual elevada la autonomía por encima de los 1.600 kilómetros. También se les añadió un faro auxiliar de trabajo en el techo y un cabrestante frontal de la marca Koenig, conectado a la toma de fuerza delantera