Podría tratarse de un error humano

El atropello mortal del coche autónomo de Uber podría estar causado por un error de ajuste en el software

Álvaro Ruiz
Álvaro Ruiz
Semanas después del atropello mortal por parte de un coche autónomo de Uber a un peatón en Estados Unidos, las investigaciones apuntan a un error humano en la configuración del software del vehículo como causa del accidente.


A lo largo de los últimos meses, la seguridad de los coches autónomos ha sido puesta en entredicho a consecuencia de varios accidentes, entre los que destaca el del Volvo XC90 de Uber que atropelló mortalmente a una mujer en Arizona, Estados Unidos. Ni siquiera con las grabaciones realizadas por las cámaras de seguridad del vehículo se pudieron esclarecer las causas del accidente, por lo que algunas voces hablaron de un fallo en alguno de los sistemas del automóvil.

Semanas después del suceso y gracias a The Information, hemos podido conocer la causa del accidente. Al menos es lo que indican fuentes cercanas a la publicación mencionada, quienes señalan que el problema no fue un fallo técnico, sino una configuración errónea del software por parte del equipo humano encargado de esta tarea.

Al parecer, el Volvo autónomo de Uber vio perfectamente a la mujer atropellada, pero su software no consideró necesario dar la orden para esquivarla al estar mal ajustado. Pero, ¿por qué no estaba bien configurado?

Falso positivo

Pues bien, lo cierto es que el conjunto de tecnologías equipadas por este tipo de vehículos les permite detectar cualquier obstáculo, ya sea grande, pequeño, móvil, etc. Gracias a ello, están preparados para reaccionar ante cualquier imprevisto, como un objeto en medio de la carretera, un peatón cruzando la calle e incluso una bolsa de plástico que se cruza en su camino; precisamente por eso, los técnicos ajustaron el software para no reaccionar ante cualquier cosa y ser más permisivo a la hora de ignorar objetos, como, por ejemplo, las citadas bolsas de plástico, para evitar lo que se conoce como un falso positivo. Al parecer, los ajustes fueron demasiado permisivos y al detectar al peatón, el coche no consideró necesario reaccionar para evitarlo, ya fuera frenando o esquivándolo con una maniobra evasiva.

Volvo XC90 UberLo cierto es que este tipo de situaciones no deberían de ser un problema en los coches autónomos que Uber está probando en la vía pública, puesto que todos los vehículos cuentan con un conductor de seguridad que se encargaría de tomar los mandos en caso de fallo del sistema autónomo, pero en esta ocasión, el conductor estaba pendiente de su teléfono móvil y no de la carretera, como demuestran las grabaciones del interior del coche.

El debate está servido y Uber ha manifestado que seguirá trabajando para mejorar la seguridad de sus vehículos al mismo tiempo que continúa la investigación sobre el atropello de Arizona.