Mientras algunos países europeos avanzan a toda velocidad hacia un futuro electrificado, otros apenas han comenzado el camino. La transición hacia el coche eléctrico avanza de manera desigual, con grandes contrastes entre el norte y el este del continente. ¿Qué hace que algunos lideren esta revolución y otros se queden atrás? El informe «Vehicles on European Roads 2025» de ACEA revela las claves de esta transformación y las diferencias en la penetración de los coches eléctricos en el parque automovilístico europeo.
Los líderes en electrificación
Noruega se mantiene como el país con mayor proporción de coches eléctricos, con un 24,2% del total de su flota. Este liderazgo se debe a una combinación de políticas fiscales favorables, una red de carga desarrollada y una conciencia ambiental elevada en la población. Le siguen Islandia (11,0%) y Dinamarca (7,1%), donde los incentivos y la infraestructura han permitido un crecimiento constante de los vehículos de batería.
Otros países que destacan en la adopción de coches eléctricos son Suecia (5,9%), Luxemburgo (4,9%) , los Países Bajos (4,9%) y Suiza (3,2%). En estos mercados, la fuerte apuesta por la sostenibilidad, los incentivos gubernamentales y la mejora en la infraestructura de carga han facilitado la transición hacia la movilidad eléctrica.

Los países con menor presencia de coches eléctricos
En el otro extremo, varios países de Europa del Este presentan cifras muy bajas de adopción de vehículos eléctricos. Chipre, República Checa, Polonia y Eslovaquia apenas alcanzan el 0,3%, mientras que Grecia se queda en el 0,2%. La falta de infraestructura de carga, un poder adquisitivo menor y la ausencia de incentivos significativos explican este retraso en la transición hacia la electrificación.
Muchos de estos países dependen aún de motores de combustión interna debido a su menor coste y disponibilidad, lo que retrasa la adopción de tecnologías más limpias. Además, la falta de conciencia ambiental y de legislaciones que fomenten el uso del coche eléctrico son factores que contribuyen a la baja penetración de estos vehículos en el mercado.
La situación en España
España también está lejos de los líderes, con una cuota de coches eléctricos del 0,6%, situándose por debajo de la media europea del 1,8%. A pesar del crecimiento en las matriculaciones de vehículos eléctricos en los últimos años, la penetración en el parque automovilístico sigue siendo baja. Factores como la escasa infraestructura de carga y la falta de ayudas más atractivas para la compra de estos vehículos han frenado su expansión.

En comparación con otros países europeos, España ha tardado en implementar medidas efectivas para acelerar la electrificación del transporte. La falta de estaciones de carga rápida y la escasa disponibilidad de modelos asequibles también juegan un papel clave en el lento avance de esta transición.
Un camino aún largo por recorrer
Si bien algunos países han logrado avances significativos, los coches eléctricos siguen representando un porcentaje reducido del total de vehículos en Europa. Para que la transición hacia una movilidad libre de emisiones sea una realidad, es esencial una estrategia integral que combine incentivos fiscales, inversiones en infraestructura de carga y medidas para abaratar los costos de adquisición.
