Campeones WRC en el Dakar: la llamada del desierto

Sébastien Loeb ha sucumbido a la llamada del desierto. Tras algunos rumores y acercamientos, el francés debutará este año en el Dakar, siguiendo así el camino de otros campeones del mundo de rallyes que un día decidieron participar en la carrera todoterreno más importante del planeta.

Era solo cuestión de tiempo que Loeb diera el paso definitivo. Y su oportunidad ha llegado este año con Peugeot, el equipo con el que ya afrontó el reto del Pikes Peak y con el que también tiene previsto disputar algunas pruebas de la Copa del Mundo de Rallyes Todoterreno 2016 tras su salida –un tanto sorprendente– de la órbita de Citroën.

Vatanen abre pista

Loeb no es, sin embargo, el primer campeón del mundo de rallyes que decide afrontar el reto del Dakar. El finlandés Ari Vatanen fue, de hecho, quien abrió el camino en 1987 y desde entonces otros siete campeones del WRC han seguido sus pasos, con mayor o menor fortuna. Vatanen debutó en la cita africana casi sin pretenderlo. Y es que, después de conquistar en 1981 su única corona mundialista, ser fichado por Peugeot en 1984 y encadenar cinco triunfos al volante del Peugeot 205 Turbo 16, un fortísimo accidente en el Rallye de Argentina de 1985 estuvo a punto de costarle la vida y le dejó fuera de juego durante más de un año.

De vuelta a las carreras, el finlandés se encontró con que el equipo francés había decidido abandonar el Mundial de Rallyes para dirigir sus pasos hacia el Dakar. Y así fue como su trayectoria deportiva dio un giro inesperado.

Vatanen ganó la edición de aquel año y otras tres (la última, con Citroën), marcando toda una época y regresando incluso años después como piloto de Nissan (2003, 2004 y 2005) y Volkswagen (2007). En total, sumó una docena de participaciones con cuatro marcas diferentes, acumulando cuatro victorias absolutas y más de 50 triunfos de etapa.

El segundo campeón del mundo de rallyes que asumió el reto dakariano fue, curiosamente, otro finlandés. Juha Kankkunen se sumó en 1988 al equipo Peugeot cuando ya había conquistado dos de sus cuatro títulos. Y aunque parecía llamado a desempeñar el rol de segundo piloto, la famosa desaparición del coche de Vatanen en Bamako y su posterior descalificación dejó en manos de KKK una victoria inesperada. A pesar del triunfo, Kankkunen no se mostró especialmente satisfecho con la experiencia y prometió no volver, aunque finalmente lo hizo, 17 años después y al volante de un Volkswagen oficial.

En 1990, Bjorn Waldegaard también decidió aceptar la propuesta de Peugeot para secundar a Vatanen. El sueco, campeón del mundo en 1979, terminó segundo en su estreno al volante de uno de los 405 Turbo 16 oficiales y repetiría los dos años siguientes, aunque ya como piloto de Citroën y con una cuarta plaza como mejor resultado.

Otros campeones prueban suerte

Fue también con Citroën con quien debutó otro nórdico, Timo Salonen. El finlandés (campeón del mundo en 1985) se estrenó sin demasiada fortuna en 1993, cuando tuvo que abandonar, pero regresó dos años después para firmar una cuarta plaza en la meta del Lago Rosa, después de liderar inicialmente la carrera.

Tuvo que pasar casi una década para que, de nuevo, un campeón del mundo de rallyes decidiera probar suerte en el Dakar. Y esta vez fue el turno de Miki Biasion. El italiano había descubierto el rallye en 1998 como piloto de Iveco en la categoría de camiones, pero no fue hasta 2003 cuando debutó en la categoría de automóviles, integrado en el equipo oficial Mitsubishi.

El de Bassano del Grappa disputó dos ediciones con la marca de los tres diamantes, con un 15º puesto como mejor resultado y siempre acompañado por Tiziano Siviero, con quien anteriormente había conquistado sus dos títulos mundiales de rallyes en 1988 y 1989. Los dos, de hecho, repitieron juntos en 2007, integrados en un curioso proyecto junto a Bruno Saby para hacer correr dos Fiat Panda 4×4 que, escasamente preparados, tuvieron muy poco recorrido.

Biasion coincidió en el tiempo con Colin McRae, otra estrella del WRC que tampoco pudo decir que no al Dakar. El escocés se estrenó en 2004 de la mano del equipo Nissan, formación con la que también participó al año siguiente. Fueron dos ediciones particularmente duras, en las que su conocida fogosidad y la escasa fiabilidad de los pick up japoneses le impidieron brillar, aunque el británico pudo, al menos, dejar su impronta en forma de varias victorias de etapa.

Sainz, el dakariano

El finlandés Markku Alen también descubrió el Dakar como piloto de Iveco en la categoría de camiones. Pero en 2007, tras dos experiencias con la marca italiana, dio el salto a los coches integrándose en el equipo oficial Isuzu que entonces dirigía Toni Guido. Copilotado por el incombustible Rafa Tornabell, Alen lideró una formación en la que también figuraban el exmotorista Edi Orioli y el andorrano Albert Llovera, debiendo abandonar en Mauritania por una rotura de motor.

Un año antes, el Dakar 2006 nos deparó, por fin, el estreno más esperado: el de Carlos Sainz. El madrileño, que había disputado durante la temporada anterior sus dos ultimas carreras del Mundial de Rallyes con Citroën, aceptó la oferta de Volkswagen para sumarse al equipo alemán y abordar su primera participación en la prueba africana.

Undécimo en su primera tentativa (con cuatro triunfos de etapa incluidos), Sainz lideró la prueba por primera vez en 2007. Y tras la marcha del Rallye a tierras sudamericanas se convirtió en uno de los más firmes candidatos a la victoria, que finalmente alcanzó en 2010 después de tocarla con los dedos el año anterior. Este año volverá a intentarlo.

Loeb, por tanto, se convertirá en el noveno campeón del mundo de rallyes que decide probar suerte en el Dakar. Al galo le gustan los retos difíciles y este lo es. El tiempo dirá si consigue sumar a su palmarés una victoria absoluta en la competición todoterreno más famosa del planeta.

El palmarés de los pilotos WRC en el Dakar

Los especialistas

Además de los nueve campeones del mundo, otros muchos ilustres pilotos de rallyes también se han asomado al Dakar a lo largo de sus 35 años de existencia para sumarse a la leyenda.

Bruno Saby y Nasser Al Attiyah constituyen, probablemente, los dos ejemplos más significativos. El francés se impuso en la cita africana en 1993, después de ganar rallyes del Mundial tan emblemáticos como el Montecarlo o el Tour de Corse, mientras el catarí todavía combina hoy con éxito sus participaciones en las dos disciplinas, después de ganar dos ediciones del Dakar.

Pilotos destacados del certamen mundialista como Jean Ragnotti (segundo con Volkswagen en 1980), Erwin Weber (segundo con Mitsubishi en 1992) o Philippe Wambergue (segundo con Citroën en 1996) también consiguieron subir al podio de la carrera africana. Y otros, como Guy Frequelin, Kenneth Eriksson o Bernard Darniche se quedaron cerca.

El finlandés Mikko Hirvonen, cuatro veces subcampeón mundial de rallyes, y el checo Martin Prokop se sumarán este año a la lista y, como Loeb, también debutarán en el Dakar 2016.