“El Dakar, sea en regularidad o en velocidad, es cuestión de evitar problemas”

Allá por los ochenta, disfrutaba del deporte del motor a través de la moto de off-road, motocross, enduro y, sobre todo, sidecar-cross, donde participé en pruebas del Campeonato del Mundo y en todas las del Nacional de Raids. Los últimos catorce años cambié las motos por los coches, y el off-road por el asfalto, disfrutando de campeonatos como Le Mans Series, European Radical Master o Fórmula Renault.
Pero como la cabra tira al monte, este último año probé los coches en el off-road, y aquí continuaré. Este año corrí la Copa FIA Europea de Bajas, terminando segundo de Europa y tercero del Mundo, y además volví a disfrutar de raids en España, como en los 80s, aunque algo más cómodo en mis nuevos vehículos. Y como colofón a este año tan divertido de mi reencuentro con el off-road, ayudé a mi gran amigo Antonio Gutiérrez y su equipo RumboZero en su segunda aventura consecutiva en el proyecto de Dakar Classic, con labores de coordinación y Team Manager.
Un volante libre para el Dakar
Pero un cambio inesperado de última hora dejó libre un volante de uno de los tres Mercedes-Benz GE 320, el cual me ofrecieron y, cómo no, acepté. Era un nuevo reto para mí, pues nunca había probado esta especialidad de regularidad y navegación, pero con los maestros que tenía a mí alrededor, como Antonio, seguro que aprendería rápidamente.
Y así fue. Durante el shakedown lo entendí, y rápidamente me adapté. Esto consiste en recordar del cole la relación entre velocidad, distancia y tiempo. La distancia a través del roadbook de la organización se vuelve clave. ¡No te desvíes ni un metro! Y, por supuesto… ¡No te pierdas! Y en cuanto a la velocidad, para estropearte la ecuación y que te falle el tiempo, te la cambian cada kilómetro. En un kilómetro vamos a 35 km/h y el siguiente a 90, así que más vale que lleves caballos en tu montura.
La velocidad te la cambian cada kilómetro. En un kilómetro vamos a 35 km/h y el siguiente a 90, así que más vale que lleves caballos en tu montura.
Jesús Fuster
El Dakar, sea en regularidad o en velocidad, es cuestión de evitar problemas y ser “regular”. A pesar de tan solo ganar dos etapas, nos mantuvimos muy regulares en el top 8 durante la primera semana, mejorando al top 5 la segunda, pero en la etapa 6 aparecieron esos problemas que normalmente te hacen perder la carrera, y así fue: un problema mecánico nos relegó del liderazgo a la sexta posición. Gracias al equipo RumboZero, que se volcó con nosotros, iniciamos la remontada, y conseguimos ser terceros de la general y primeros de la categoría H-1, reservada para las medias bajas. En definitiva: una muy buena experiencia, disfrutando del espíritu Dakar y de ese gran compañerismo del que estoy muy agradecido a RumboZero.