Así lo ha expresado el presidente de la organización y antiguo ministro de Obras Públicas entre 1985 y 1991, Javier Sáenz de Cosculluela, quien considera que con este «pequeño esfuerzo» se podrían recaudar alrededor de 366 millones de euros al año, una cantidad que no sólo serviría para mantener en buen estado la red viaria, sino que también daría trabajo directo a 350 empresas dedicadas a la conservación de las carreteras y que emplean a unos 35.000 trabajadores.
Cosculluela va a proponer esta medida al Gobierno, del que espera una respuesta favorable por el bien de empresas y usuarios: «La cercanía de las elecciones no debería frenar una iniciativa de este tipo», ha insistido el presidente de la patronal. Pero, ¿qué pensarán de esta propuesta los posibles afectados como los transportistas de mercancías por carretera? Según Cosculluela, éstos «serían los mayores beneficiados», tanto por la mejora en seguridad como en ahorro de combustible, aunque habrá que esperar a conocer la reacción de sus organizaciones… aunque ya las imaginamos.
Para el exministro de Obras Públicas, este gasto es «absolutamente soportable» y serviría para evitar el deterioro de nuestro patrimonio viario, ya que, según sus declaraciones, el Estado «no ha gastado ni un euro en el refuerzo del firme de las carreteras en 2010 ni, de momento, en 2011». «Esta medida es rápida y fácil de implantar, pondría en marcha toda la maquinaria parada y salvaría puestos de trabajo», ha concluido.
Pero, ¿cuánto supone esto para nuestro bolsillo? Si tomamos como referencia el modelo más vendido en los últimos meses en España, el Renault Mégane, con motor 1.5 diésel de 110 CV y un consumo medio de 4,5 l/100 km, esta subida supondría -para un conductor que realice 20.000 km al año-, un aumento de la factura de 27 euros al año. En gasolina, un coche muy vendido como el Fiat 500 1.2 de 69 CV, con un kilometraje de 15.000 km al año, tendría un gasto extra en gasolina de 23 euros.