El coste de las tecnologías eficientes compensará el de los combustibles
El estudio, realizado por Cambridge Econometrics y la consultora medioambiental Ricardo-AEA, se compone de dos informes: Uno centrado en los vehículos con motor de combustión, y otro que tendrá también en cuenta la paulatina introducción de vehículos propulsados por energías alternativas, y que se presentará a mediados de año. El primero de ellos ya ha salido a la luz, y comprende esfuerzos de la industria automovilística como las reducciones de cilindrada, las reducciones de peso y la hibridación.
A su vez, este primer informe contempla dos escenarios: Uno conservador, en el que los vehículos nuevos alcanzan el objetivo de las emisiones medias impuestas de 95 gramos de CO2 por km para 2020, y a partir de entonces esta cifra mejora a un ritmo inferior al 1 % anual; y un segundo escenario, denominado Tech 1, en el que la media de emisiones para 2020 es ligeramente mejor que la estipulada por la UE para entonces, y avanza posteriormente a un ritmo de en torno a un 3 % al año. El Tech 1 prevé una penetración de los híbridos en el mercado del 10 % en 2020, el 22 % en 2025 y el 50 % en 2030. Esta situación sería más probable que la anterior, si tenemos en cuenta que la mayoría de los fabricantes ya han conseguido cumplir los objetivos exigidos por la Unión Europea para 2015.
Los resultados con el escenario conservador, arrojan un encarecimiento de los coches nuevos de entre 1.000 y 1.100 euros frente a los fabricados en 2012, un sobreprecio que compensarían los 400 euros al año que el usuario se ahorraría en combustible. Por tanto, el coste adicional quedaría amortizado en tres años. Además, el informe estima que se crearían 413.000 nuevos puestos de trabajo en nuestro continente, ya que «la mayor parte del dinero que se gasta en combustible va a parar fuera de Europa, mientras que todo el dinero que se emplea en tecnologías de ahorro de combustible permanece aquí, como ingresos para los suministradores de dicha tecnología». Empresas como Nissan y GE han colaborado facilitando el coste de sus tecnologías de reducción de emisiones.