Son varios años ya los que el segmento del monovolumen lleva en decadencia. Pero no porque no haya interesantes opciones en el mercado (más bien al contrario en algunos casos determinados), sino porque el conductor actual prefiere otro tipo de automóvil, concretamente un SUV. Los todocamino han eclipsado por completo a los monovolúmenes a pesar de que por lo general son menos prácticos, resolviendo a cambio de quizá mejor manera el apartado estético.
Prueba del Ford S-Max 2022: ahora, sólo híbrido
Pues bien, aunque cada vez haya menos monovolúmenes, hay algunos que resultan interesantes. Uno de ellos, y también uno de los que siempre nos ha gustado más en Autofácil, es el Ford S-Max. Este modelo nació en 2006 y en 2015 llegó su segunda generación, que es la actual. Ahora bien, en los siete años que lleva a la venta ha recibido algunas evoluciones, tanto estéticas como técnicas. En su actual forma, el S-Max se comercializa asociado a cuatro acabados (Trend, Titanium, ST-Line y Vignale) pero a una única motorización híbrida no enchufable de 190 CV.
Su precio oficial parte de 32.875 euros y supera por poco los 43.000 euros en su versión más equipada, pero tratándose de un modelo que se encuentra en la fase final de su vida comercial, si ahora mismo te interesa conviene buscar una unidad en stock que mejore esos precios y que, por otra parte, esquive cualquier tipo de demora en la entrega del vehículo. Ahora bien, ¿cuándo te puede interesar y cuándo no?
Ford S-Max: te interesa si…
- Tienes familia e hijos de corta edad: Si tienes hijos, el monovolumen es lo mejor desde el punto de vista práctico, sobre todo si aún viajan en sillitas. El Ford S-Max ofrece un espacioso habitáculo con butacas individuales (algo bastante común en el segmento) y, además, las de la segunda fila se pueden ajustar en longitud, solución muy cómoda. Aparte, lo complementa con un maletero de 630 litros de capacidad.
- Valoras muy positivamente el consumo: A pesar de que bajo el capó del S-Max hay un motor relativamente grande (un 2.5 de gasolina de 152 CV), se combina con un propulsor eléctrico de bastante potencia (125 CV) y con una batería de 1,1 kWh (buena capacidad para tratarse de un híbrido no enchufable). Ambas cosas propician que el S-Max pueda desplazarse durante bastantes ocasiones sólo con el propulsor eléctrico, lo que beneficia el consumo de gasolina. Homologa un gasto de 6,4 L/100 km, cifra que en la práctica es real. Además, en entorno urbano, y sabiendo practicar una conducción eficiente, puedes rebajarlo incluso a menos de 5,5 L/100 km según nuestras pruebas.
- Te gusta una imagen deportiva: El acabado ST-Line dota al S-Max de un aspecto muy dinámico. El coche en sí no tiene ni un solo atributo deportivo (en cambio, es muy confortable), pero el kit estético ST-Line sugiere todo lo contrario. Le queda francamente bien.
Ford S-Max: no te interesa si…
- Adoras conducir: Aquí hay un punto de inflexión. El S-Max, desde su nacimiento, siempre fue el mejor monovolumen de gran tamaño en términos dinámicos favorecido por su excelente chasis. Aún conserva esa propiedad, pero la transmisión de variador continuo arruina cualquier posibilidad de entretenimiento al volante. Esta caja de cambio es ideal para ciudad y para conducción muy tranquila, pero no gestiona de la mejor manera que el conductor busque extraer todo el potencial del motor. No tiene marchas prefijadas y, al acelerar a fondo sea cual sea la circunstancia, el motor ‘se clava’ en 5.500 rpm y el coche va ganando velocidad a un ritmo decente pero no demasiado contundente. Esta experiencia concreta puede llegar a sentirse algo aburrida, si bien la diversión al volante no es ni de lejos el propósito de este vehículo.
- Quieres una respuesta rápida: Producto de que la transmisión es de tipo CVT, y también de que no hay ningún tipo de sobrealimentación en el motor de gasolina, las prestaciones del S-Max son más bien discretas si tenemos en cuenta que su potencia máxima combinada es de 190 CV. Precisa 9,8 segundos para alcanzar 100 km/h desde parado y no es especialmente rápido al recuperar velocidad. Aparte, aunque la velocidad máxima sea posiblemente un dato poco importante, está limitada a 185 km/h.
- Usarás la sexta y séptima plaza con asiduidad: Las dos butaquitas de la tercera fila de asientos del S-Max son válidas para emergencias, pero demasiado pequeñas para usarlas de una forma relativamente habitual. Vienen de serie y se ocultan perfectamente bajo el piso del maletero, de manera que no viene mal tenerlas, pero son para un uso muy ocasional, aparte de que reducen el maletero a sólo 185 litros de capacidad.
En términos generales, este Ford S-Max es un automóvil recomendable para un uso familiar. Además, es de las pocas alternativas que existen manteniendo las siete plazas y no entrando en el terreno de los vehículos derivados de comerciales (muy interesante, por otra parte). El único rival que le queda en el mercado es el Renault Espace, que al contrario que el S-Max, sólo se comercializa con dos motorizaciones diésel.