BMW X1 18d sDrive
El BMW X1 de segunda generación dio un salto adelante en cuanto a espacio y practicidad, convirtiéndose en un coche más familiar que su antecesor. Ahora, cinco años después de su llegada, existe un buen mercado de segundo mano.
BMW X1 18d sDrive
Los X1 más baratos están en torno a los 8.000 euros, son de la primera generación y suelen ser versiones 18d que superan de largo los 240.000 km. Si subimos el presupuesto hasta unos 12.000 euros, empezamos a ver unidades de X1 18d y 20d de 2012 con menos de 140.000 km, mucho más interesantes. nLas unidades de la segunda generación más baratas arrancan también en esos 11.000/12.000 euros, pero son 16d y 18d con más de 200.000 km. Hasta que no llegamos a los 15.000-16.000 euros, no hay 18d con menos de 120.000 km de 2015-2016.
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Como la mayoría de los SUV, el X1 no es un modelo pensado para circular por terrenos muy complicados, aunque las versiones con tracción total y neumáticos de perfil alto -sobre todo, si son M+S- pueden defenderse razonablemente bien. En pistas resbaladizas pero en buen estado, o sobre nieve, por ejemplo, son los neumáticos los que marcarán la diferencia. Con unos M+S el X1 se defiende muy bien, sobre todo las versiones de tracción total.
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El salpicadero tiene un diseño muy similar al de otros BMW, y eso sgnifica que, ergonómicamente, está muy bien resuelto. Hay muchos botones para manejar el climatizador o la radio, y el mando circular que hay junto al cambio permite navegar por los menús de la pantalla central con bastante facilidad a poco que hayamos practicado con él. Por calidad, no se le pueden poner pegas: está bien hecho.
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La postura al volante es buena. Se va sentado más alto que en otros BMW, pero también se pueden llevar las piernas un poco más estiradas que en otros rivales. El asiento es bueno tanto por sujeción como por comodidad.
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Las plazas traseras son más amplias que en su antecesor y, con el metro en la mano, son de las mejores de su clase. Sin embargo, la plaza central no es muy cómoda: es muy plana y las dos plazas de los laterales están muy marcadas, de forma que el pasajero central tiende a ‘caer’ hacia los lados con facilidad. Además, hay un túnel de transmisión abultado. A cambio, las dos plazas laterales son muy buenas, es posible adelantar la banqueta trasera en 10 cm -se puede hacer en dos partes- y los respaldos pueden ofrecer también diferentes grados de inclinación en opción.
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El maletero tiene una capacidad de 505 litros, por lo que está a la altura de sus rivales.
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El X1 cuenta con un doble fondo de formas un tanto irregulares pero bastante práctico.
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En opción, en los laterales del maletero podemos encontrar un botón como este; al tirar de él, se abaten los asientos traseros, dando lugar a un espacio trasero de 1.550 litros.
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En los laterales del maletero encontramos estas redes para pequeños objetos. También hay una toma de 12V y, aunque hay un solo punto de luz, es bastante potente.
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En opción, el portón del maletero puede tener apertura eléctrica.
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Los respaldos traseros pueden alojar estas mesitas plegables. Son opcionales.
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El X1 de segunda generación nació en 2015 con una longitud de 4,43 metros, que aumentó en 1 cm con el restyling de 2019. Su denominación interna es F48. Toma como base la plataforma UKL2, la versión alargada de la UKL. Frente a la del BMW X1 anterior, esta UKL2 es una plataforma de motor transversal y tracción delantera, si bien hay versiones de tracción total. También está diseñada para alojar mecánicas electrificadas.
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Además de las salidas de aire, la consola central trasera cuenta con una toma de 12V.
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El mando de la izquierda es el que activa el freno de mano eléctrico. A la derecha vemos el iDrive, que permite navegar por la pantalla central de forma bastante intuitiva.
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El cambio de marchas puede ser manual de seis marchas o automático. Las versiones con motor de tres cilindros, la caja automática es de doble embrague y tiene siete relaciones; en los de cuatro cilindros, el cambio es de convertidor de par y tiene ocho velocidades. Nos gusta más el segundo, pues resulta más suave a la hora de maniobrar y es igual de rápido.
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El acceso y arranque sin llave es opcional.
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BMW fue una de las primeras marcas en prescindir del reglaje en altura de los cinturones de seguridad, y el X1 sigue esa teoría. Nosotros preferimos que lo tenga.n
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La guantera principal tiene un buen tamaño y es muy regular. Además, está bien tapizada, con la superficie inferior engomada.
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A la izquierda del volante encontramos esta pequeña guantera con tapa. Está tan bien acabada como la guantera principal.
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Bajo el reposabrazos central hay una pequeña guantera y, en opción, una conexión para el teléfono.
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Delante del cambio, hay un amplio hueco con tapa y una toma de 12V.
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La instrumentación es sencilla, pero muy completa y fácil de consultar.
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El X1 hereda los motores del X1 de primera generación, pero con algunas modificaciones y con la aparición de la versión híbrida enchufable 25e, con 220 CV. En diésel, encontramos las variantes 16d -116 CV-, 18d -150 CV-, 20d -190 CV- y 25d -231 CV- La 16d emplea un motor 1.5 de tres cilindros, mientras que las demás equipan un 2.0 de cuatro cilindros. En gasolina, hay un 18i -140 CV-, un 20i -192 CV- y un 25i -231 CV-. El primero es un 1.5 de tres cilindros; los otros dos comparten el mismo 2.0 de cuatro cilindros.
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Una de las funciones del ordenador de a bordo consiste en calcular cuántos kilómetros de autonomía hemos ganado durante nuestra conducción por hacerlo de forma eficiente.
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En opción, el X1 puede tener un amplio techo solar panorámico dividido en dos partes.
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A través de la pantalla central se pueden consultar multitud de datos: desde análisis de consumo a indicadores de rendimiento del motor -en la foto-, pasando por el mantenimiento, el reglaje de cosas como la iluminación interior o el funcionamiento del cierre centralizado…
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De serie, el X1 18d lleva llantas de 17 pulgadas, pero puede llevarlas hasta de 19 pulgadas. Las de la foto tienen un diámetro de 18 pulgadas con unos neumáticos de asfalto Pirelli PZero.
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Los faros full led son opcionales, y pueden incluir función adaptativa. Los antiniebla van integrados en el paragolpes, en una posición más elevada de lo habitual.
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Junto a la toma de carburante, encontramos la que permite recargar el AdBlue. Este aditivo dura unos 10.000 km en función del uso del vehículo, y recargarlo en una gasolinera cuesta unos 20 euros. Si se agota y no se repone cuando así lo indique el ordenador de a bordo, el motor no arrancará, pues se inyecta en el sistema de escape para reducir las emisiones de NOx.
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En esta versión 18d encontramos dos salidas de escape reales, una a cada lado del paragolpes.
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Existe una sola terminación base sobre el que se van añadiendo diferentes paquetes de acabado como el Advantage, xLine, Sport y M Sport. El primero apuesta más por la elegancia, el segundo tiene detalles más camperos y los dos últimos son los más deportivos.
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En el portón aparecen los indicativos del motor y del tipo de tracción; los sDrive tienen tracción delantera, mientras que los xDrive son tracción total.n
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El BMW X1 de primera generación se presentó a finales de 2008, se conoció internamente como E84 y se puso a la venta en 2009. Estaba creado sobre la plataforma del BMW Serie 3 del momento -E90-, motivo por el que podía tener tracción trasera o total.
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Estéticamente, las diferencias del X1 de primera y segunda generación son más notables en el interior -además, el segundo es considerablemente mas amplio- que en el exterior. Aquí, los mayores cambios están en los faros, más alargados en el de segunda generación tanto en el caso de los pilotos traseros como en los delanteros.
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El BMW X1 es un SUV compacto que rivaliza directamente con el Audi Q3, Mercedes GLA, Range Rover Evoque, Volvo XC40… Mecánicamente, el X1 comparte plataforma y motores con el Mini Countryman, que es más pequeño y menos espacioso. Como alternativas generalistas, el X1 tiene al Peugeot 3008, Seat Ateca, Nissan Qashqai, Hyundai Tucson, Kia Sportage, Renault Kadjar, Skoda Karoq…
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¿Nuestra recommendación? El X1 es un coche premium, con un precio de reventa elevado. Por eso, tenemos que irnos hasta los 17.000-18.000 euros para encontrar unidades de 18d con menos de tres años y que no superan los 150.000 km. Entre esos 18.000 y 24.000 euros encontraremos 18d, 20d, 18i y 20i bien equipados, en buen estado, con pocos km e interesantes. No compensa superar los 24.000 euros. Recuerda que un 16d nuevo arranca en los 33.400 euros.
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En diésel, la opción más recomendable es el 18d por equilibrio: gasta casi tan poco como el 16d, pero es considerablemente más rápido. El 20d es el motor ideal para este coche, pero el 18d ya va muy bien y no merece la pena el desembolso. Por tanto, con el 25d merece todavía menos la pena. En gasolina, nos quedamos con el 20i; el 18i es suave, agradable y mueve al conjunto sin mucho problema, pero se echa en falta un poco más de brío en adelantamientos, incorporaciones o para viajar cargado. Con lo que bien que va el 20i, el 25i deja de tener mucho sentido.
BMW X1 18d sDrive
Es uno de los puntos fuertes del X1, sobre todo si buscamos un SUV que destaque por agilidad. Va especialmente bien en carretera de curvas, pues sus reacciones son más ágiles y se muestra más preciso que otros SUV. Tiene una suspensión tirando a firme por lo que, aunque es suficientemente cómodo, un Audi Q3 o un Range Rover Evoque le superan en este aspecto. De todas formas, hay que tener en cuenta que el X1 cambia bastante en función de la llanta y de la suspensión que lleve cada unidad. Si no lleva neumáticos de perfil bajo ni la suspensión más deportiva, logra un punto de equilibrio muy interesante, sin perder esa agilidad que le caracteriza.






































