Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
Hay un total de seis acabados. El más básico es el Like, disponible sólo para los motores de gasolina de 75 y 100 CV. El Active es el siguiente nivel de equipamiento, y se ofrece para los dos motores anteriores, además de para el BlueHDI 100. El tercero, denominado Business Line, es para el PT 75, el BlueHDI 100 y el e-208. El acabado Allure es el más completo junto con el GT Line, si bien el segundo apuesta por una imagen más deportiva. Se ofrece para todos los motores excepto para el PT 75. Por último, el e-208 también cuenta con un acabado más completo que el GT-Line denominado simplemente GT. El PT 130 GT Line de esta prueba cuesta 22.600 euros, un precio a considerar porque, aunque está bien equipado y no discutimos que lo valga, sí hay coches de un segmento superior que pueden ser más interesantes por esa cifra.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
Con 309 litros, la capacidad del maletero está bien. Abatiendo los asientos se llega hasta 1.106 litros. El e-208 se queda en 265 litros.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
De serie, el 208 cuenta con un kit reparapinchazos. En opción, puede llevar esta rueda de emergencia.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
En la parte posterior de la consola que hay entre los dos asientos delanteros encontramos dos tomas USB para las plazas traseras.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
Los cinturones de seguridad no son regulables en altura.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
El cambio automático de ocho marchas es de convertidor de par. Tiene un funcionamiento agradable y resulta suficientemente rápido. Como todos, cuando se utiliza en automático tiende a utilizar demasiado marchas largas para reducir el consumo.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
El freno de mano es eléctrico. Junto a él encontramos el botón que permite seleccionar los diferentes modos de conducción -de serie-.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
El arranque por botón es de serie en esta versión; sin embargo, el acceso sin llave cuesta 300 euros.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
Los botones de la consola central permiten atajar a la hora de navegar por los menús de la consola central.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
En este acabado GT Line los pedales de aluminio son de serie.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
A la izquierda del volante encontramos, por ejemplo, los botones que activan el control de cambio de carril, que cuesta 300 euros. El plástico que recubre esta zona contrasta más que en otros rivales con respecto al de la parte superior.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
El 208 emplea la nueva plataforma modular EMP1, la misma que utiliza el DS 3 Crossback, el Opel Corsa y, también, el Peugeot 2008, el hermano SUV del 208. Probablemente, la mayor diferencia con respecto a la anterior base -la PF1, estrenada por el Peugeot 206 en 1998- es que la EMP1 está preparada para ofrecerse tanto con mecánicas gasolina y diésel convencionales como con otras electrificadas. Como la PF1, la EMP1 emplea una suspensión delantera de tipo McPherson y una trasera de ruedas tiradas con eje torsional, lo más habitual en este segmento.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
El cambio automático sólo se puede manejar de forma manual a través de las levas, pero no de la propia palanca de cambio.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
La instrumentación es configurable en función del modo de conducción seleccionado. Forma parte del equipamiento de serie.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
Para crear el efecto 3D, la instrumentación proyecta parte de la información sobre una pantalla transparente integrada dentro del propio cuadro de mandos.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
Al fondo de la consola central encontramos dos grandes huecos, uno de ellos con tapa y con la base engomada. A ambos laterales hay dos tomas USB.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
El clima se maneja, en gran parte, a través de la pantalla central. Hubiéramos preferido hacerlo con botones.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
Excepto el volumen, que cuenta con su propio botón, la radio se maneja a través de la pantalla central.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
La cámara de visión trasera es de serie.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
El retrovisor interior no tiene marco como tal, lo que le da un aspecto más moderno y limpio.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
En este acabado, la iluminación interior es por leds de serie, así como la posibilidad de modificar la iluminación interior hasta en ocho tonos diferentes.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
Frente al copiloto, encontramos esta plancha de plástico blando con la trama de una simulada plancha de fibra de carbono que aumenta la sensación de calidad. Es de serie en este acabado.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
El 208 se ofrece con tres motores de gasolina, todos de 1.2 litros y tres cilindros. El primero es atmosférico y rinde 75 CV, mientras que los otros dos están turboalimentados tienen 100 y 130 CV. El PT 75 sólo puede tener cambio manual de cinco marchas; el PT 100, uno manual de seis marchas o uno automático de ocho relaciones; el PT 130 sólo puede llevar la caja automática. La versión diésel cuenta con un 1.5 diésel de 100 CV con cambio manual de seis marchas. Por último, hay una versión completamente eléctrica denominada e-208 de 136 CV. Cuenta con una batería de 50 kWh de capacidad y homologa una autonomía de 340 km. Todos los 208 tienen tracción delantera.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
Bajo el reposabrazos central encontramos este hueco para dejar cosas.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
La guantera principal es profunda, pero no muy ancha. No está mal rematada, pero prescinde de tapizado alguno o superficies engomadas para evitar el deslizamiento de cosas como llaves o monedas.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
Las llantas de serie son de 17 pulgadas. Llevan de serie unos estupendos Michelin Pilot Sport 4.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
Las siglas GT Line aparecen en el portón trasero y en los laterales, en el pilar C, haciendo un guiño al Peugeot 205 de los años 80.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
Llama la atención el gran tamaño de la tapa del depósito de carburante, pero es necesario para poner debajo la toma del cargador en las versiones eléctricas.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
Los faros full led son de serie y ofrecen una buena iluminación.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
En esta versión, el escape cuenta con una doble y deportiva salida cromada.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
El alerón trasero es de serie, mientras que la antena, que es desmontable, es de las cortas.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
El Peugeot 208 actual sólo se vende con una carrocería de cinco puertas -las de tres cada vez tienen menos adeptos en este segmento- de 4,05 metros de largo. Es, por tanto, un urbano de tamaño muy similar al Renault Clio, Seat Ibiza, Ford Fiesta, Opel Corsa, Citroën C3, Skoda Fabia, Nissan Micra, Hyundai i20, Kia Rio…
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
El 208 de esta prueba es un PT 130 EAT8 con acabado GT Line. El motor tiene una respuesta muy buena desde bajas revoluciones y sube de vueltas con facilidad, por lo que resulta agradable de conducir y logra unas prestaciones notables -homologa 8,7 segundos en la aceleración de 0 a 100 km/h-. El consumo es su otro punto fuerte: es fácil moverse en medias reales de unos 6 L/100 km. La única pega es que ya no es el mejor motor tricilíndrico por refinamiento, pues los hay todavía mejor insonorizados; al menos, vibra poco. El cambio de ocho marchas de convertidor de par tiene un buen funcionamiento, y es la única opción disponible.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
Por comportamiento, el 208 sigue teniendo unas reacciones más vivas en curva que sus rivales, pero ya no son tan bruscas como en su antecesor. Se sitúa entre los más ágiles, y destaca más en este aspecto que por comodidad o aplomo, al menos con este acabado deportivo GT Line y sus llantas de 17 pulgadas. Pese a ello, es verdad que es un coche fácil de conducir, que transmite confianza y que cumple bien en todo pero, comparado con sus rivales, también lo es que gustará más a quien busque cierto tacto deportivo que a quien prefiera la máxima sencillez de conducción o comodidad. Mejoraría con una dirección un poco más informativa.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
El salpicadero tiene un aspecto muy moderno pero, desde nuestro punto de vista, demasiado supeditado al diseño, algo que afecta al manejo de los mandos. Por calidad cumple, e incluso está por encima de sus rivales por los materiales de la parte superior o por la presencia que le aportan sus pantallas digitales. Sin embargo, los plásticos de las zonas menos visibles son más sencillos, con detalles de acabado en los que algunos de sus rivales sí le superan.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
El puesto de conducción está condicionado por la ubicación de la instrumentación, que obliga a llevar el volante en una posición más baja de lo habitual. Esto es algo que no gusta a todo el mundo, y que varía mucho en función de cada persona. Personalmente, tener el volante tan bajo puede resultar cómodo y menos cansado en viajes largos por autopista, pero también le resta agilidad al conductor a la hora de mover el volante maniobrando o en carreteras de curvas. Además, la forma ovalada del volante tampoco ayuda en estos movimientos. Por lo demás, el asiento es cómodo y sujeta como debe, mientras que la visibilidad resulta correcta.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
El 208 no está entre los urbanos más amplios en lo que a plazas traseras se refiere. Cumple con lo que uno espera de un coche de su tamaño, que es que dos adultos vayan más o menos bien, pero es cierto que los hay más amplios.
Peugeot 208 1.2 PT 130 GT-Line EAT8
El Peugeot 208 se ha renovado por completo a finales de 2019. Ha mejorado en casi todos sus aspectos, pero la competencia también está en un buen momento. Veamos sus puntos fuertes y débiles.





































