Fotoprueba Seat Arona 1.0 TSI 115 CV FR Edition
El Seat Arona es el hermano menor de los Seat Ateca y Tarraco. Se construye sobre la plataforma modular para mecánicas transversales MQB (que en esta variante pequeña se denomina MQB A0) y comparte numerosos elementos con el Seat Ibiza.
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La zaga dispone de un portón de apertura manual (no hay automatismos ni de serie ni en opción), con unos muelles neumáticos muy potentes, que facilitan la apertura pero obligan a aplicar bastante fuerza para cerrarlo; al menos, con el vehículo nuevo.
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La longitud total es de 4,14 metros, y está disponible únicamente con carrocería de cinco puertas. Es 8 centímetros más largo que el Seat Ibiza y 22 más corto que el Seat Ateca.
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Los neumáticos de esta versión son unos Coontinental EcoContact en medida 205/55-17. Se comportan bien en líneas generales, pero en maniobras de emergencia su respuesta es peor que la de otras cubiertas más deportivas, y tampoco son adecuadas para salir fuera del asfalto.
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Esta unidad va propulsada por un motor tricilíndrico de gasolina sobrealimentado por turbocompresor que, en esta versión, desarrolla, 115 CV. Hay una variante del mismo motor con 95 CV, y otra de gas natural comprimido o GNC (denominada TGI) de 90 CV. También se puede elegir con un motor 1.5 TSI de 150 CV o en versiones diésel 1.6 TDI de 90 y 115 CV. En nuestro caso, hay potencia suficiente para mover con agilidad el vehículo, siempre que mantengamos el motor por encima de 2.000 r.p.m.
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El puesto del conductor es casi perfecto desde el punto de vista de la ergonomía, con todos los mandos bien jerarquizados y un volante de agradable tacto que transmite sensaciones de un vehículo de segmento superior. Los pespuntes en rojo son característicos de este acabado.
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El maletero tiene un volumen de 400 litros, que se amplían a 1.280 litros si se abaten las plazas traseras. Es un buen dato en comparación con los vehículos del segmento B, como el Seat Ibiza, cuyo maletero mide 355 litros.
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Debajo del piso del maletero encontramos una rueda de repuesto y un enorme subwoofer de 300 vatios. Se venden en conjunto, con este acabado, por 500 euros. En otros acabados no hay rueda de repuesto, sino un kit de reparación de pinchazos.
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La rueda de repuesto es de emergencia, muy estrecha (125 milímetros de banda de rodadura) y va montada en una llanta de 18 pulgadas, mientras que las demás ruedas van montadas en llantas de 17 pulgadas. Que la llanta de la rueda de emergencia tenga más diámetro que las normales es algo muy poco habitual.
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Las plazas delanteras son especialmente cómodas, ya que se puede adoptar una postura al volante más elevada que en el Seat Ibiza, lo que reduce el cansancio, sobre todo en largos desplazamientos. Echamos en falta, eso sí, el reglaje en altura del cinturón de seguridad.
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Atrás echamos en falta algo más de espacio para las piernas en largos desplazamientos. La postura es cómoda, pero no hay apoyabrazos central, muy útil para ayudar a sujetar el cuerpo en las curvas.
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El cuadro de mandos digital no solamente es vistoso, sino que ofrece mucha información, y la retroiluminación es perfecta independientemente de que haya sol, esté nublado o sea de noche. Lo único que no nos gusta es que el indicador del depósito de combustible esté dividido en solamente ocho tramos.
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El equipo multimedia con navegador es de lo mejor que podemos encontrar en la categoría. Funciona muy bien utilizando el reconocimiento de voz, el navegador es rápido y, en esta versión, va acompañado de un fantástico equipo de audio firmado por Beats.
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El cambio de marchas manual, de seis relaciones, tiene un buen tacto. Es necesario utilizarlo con cierta frecuencia, ya que el motor tiene pocos bajos en las inmediaciones del ralentí. Opcionalmente puede elegirse un cambio automático de pares de engranajes con siete velocidades acoplado al motor mediante doble embrague de discos.
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Los acabados, en general, son buenos. Incluso los plásticos más rígidos ofrecen un buen aspecto y no crujen cuando el coche se poya en una curva. En este sentido, el Seat Arona está por encima de la media de sus rivales en el segmento B-SUV.
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El Seat Arona es el único todocamino de Seat con una ‘X’ si obviamos el acabado X-Perience de la versión crossover del Seat León.
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La antena es desmontable. Sería preferible una de tipo aleta de tiburón, mucho más práctica a la hora de pasar por el túnel de lavado.
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El acabado FR mejora el aspecto estético del Arona, pero no supone ninguna ventaja dinámica. No obstante, en este sentido no hay ningún reproche. Estamos ante un vehículo muy equilibrado, suficientemente confortable y suficientemente firme para contener las inclinaciones de la carrocería.