Intentamos ilustrar, de forma sencilla, una realidad muy compleja
En las relaciones que vinculan a las grandes multinacionales del automóvil hay un denominador común: los motores. Las exigencias de las normativas sobre emisiones comienzan a ser absurdas –además de inútiles: EEUU y China son responsables del 40% del CO2 de origen industrial…– y exigen a las marcas esfuerzos titánicos que requieren establecer alianzas entre ellas. ¿El propósito de esta legislación es salvar al planeta? Podríamos discutirlo. Lo que no se puede discutir es que conforman una enorme barrera de entrada al mercado. Es poco factible que surjan nuevas marcas y, las que ahora existen, comparten cada vez más componentes, por lo que sus coches son cada vez más parecidos.
Y, si hacemos caso a las ‘habladurías’, todo apunta a que la siguiente ‘víctima’ de este fenómeno va a ser PSA. Lo que se rumorea es que, antes de que finalice 2013, General Motors ‘podría tomar’ el mando del grupo francés –en la actualidad, posee un 7% de las acciones–. De esta forma, el control de Peugeot/Citroën pasaría a manos del fabricante norteamericano a costa de una inyección de capital –la familia Peugeot vendería su 31% de las acciones–. Y la primera medida, según fuentes de GM, sería integrar las marcas Opel y Peugeot en una sola…
El tamaño importa
En este diagrama están representadas las marcas de automóviles de mayor volumen en la actualidad. Ahora bien, para saber cuáles son las más importantes, tienes que fijarte en el diámetro de los círculos: cuanto más grande sea, mayor es su tamaño empresarial.