Marta Blázquez ha cumplido sus primeros 100 días como presidenta de Faconauto. ¿Podemos hacer ya un primer balance o con el verano…?
«No del todo, porque me gustaría que me hubiese acompañado la formación de un Gobierno, seguimos sin interlocutor y eso es un problema. Me encantaría que hubiera un Gobierno cuanto antes».
Y entonces, ¿qué le pedimos a ese futuro Gobierno?
«Creo que este sector necesita ser mirado con cuidado especial en estos momentos tan retadores y de tanto desafío. Creo que la movilidad está siendo impactada por muchas transiciones, la transición ecológica, la transición digital, un cambio total del modelo en la forma de relacionarnos con los fabricantes, un cambio en la sociedad, en los consumos, y creo que el sector del automóvil en este punto y fundamentalmente en el tema de la electrificación no está siendo mirado como debería por las Administraciones Públicas».
«Me gustaría decir que 2024 tiene que ser el punto de inflexión para que cambien las cifras de electrificación en nuestro país, para que el mercado coja el ritmo que tiene que tener para poder mantener el empleo y la riqueza en todos sitios. Y sobre todo que si se trabaja en lo privado, en lo público, en comunión unos con otros, yo creo que las medidas serán eficaces, porque ha habido medidas, pero no han sido eficaces y podrán acabar dando los resultados que todos deseamos».
Sin una transición, ¿es lógico querer una electrificación en base de regulaciones y prohibiciones para un país como el nuestro?
«Esa es una de nuestras principales demandas: hablamos de que por favor hay que respetar el periodo de transición, que si no respetamos un periodo de transición, no habrá una transición tal y como se está vendiendo. Las cifras de electrificación en España están en torno al 6 %, están muy lejos de lo que está pasando en países de nuestro entorno. No nos merecemos en España esto, ni es donde deberíamos estar. Si quieres analizamos las causas…».
Tú eres la experta…
«Una, para nosotros esa diferencia de precio entre un coche de los ‘tradicionales’ con un eléctrico, necesita actuaciones adecuadas, que ponga el Gobierno encima de la mesa una medida eficaz que el consumidor la perciba directamente en su factura desde el minuto uno. Y para eso hay que tocar la palanca de la fiscalidad».
«La fiscalidad del automóvil debe ser revisada para que sea un acelerador de las ventas eléctricas y también de la renovación del parque. Pero la fiscalidad fundamentalmente tiene que ayudarnos a quitarnos de ese vagón de cola en la electrificación. Por otro lado, ganaríamos también si las medidas son ágiles y un cliente las percibe directamente y no tiene que esperar un año y medio para cobrar una ayuda».
«Hay que trabajar en la confianza del cliente para no solo saber si puede comprar un coche eléctrico, tiene que saber cuando se organice un viaje dónde va a poder cargar con un mapa donde haya todos los puntos de recarga disponibles y que el cliente lo reserve y lo pague, y además le diga el tiempo que va a tardar en cargar su vehículo. Entre Madrid y Alicante, si en Albacete hay un punto de recarga, pues que lo pueda reservar. Un poco buscamos trabajar esa confianza del cliente, porque no le podemos pedir que haga un viaje solo con una nueva tecnología si no le damos las herramientas de ayuda».
¿Y no crees que la electrificación es un paso hacia la negación del vehículo privado?
«Totalmente. A nosotros como sector tampoco nos gustó el proyecto de Movilidad Sostenible que el vehículo privado estuviera jerarquizado y fuera la última de las opciones. Nosotros entendemos que hay que tener en cuenta que hoy es el abanico mayor de oferta para poder moverte como tú quieras y que tendríamos que dejar que sea el ciudadano quien libremente elija cómo se quiere mover, por supuesto con responsabilidad».
«Entonces, nosotros creemos que no se está haciendo de una manera adecuada, que se están potenciando sistemas de movilidad que nunca en nigún estudio vienen a sustituir al vehículo privado, vienen a complementar. Y, sin embargo, cuando la regulación aparece, es como si quisieran quitar el coche privado y sustituirlo por otra cosa que no va a suplir tus necesidades. Ahí nosotros también queremos trabajar mucho con ese Gobierno que se forme para poner todo esto en equilibrio y conseguir que, al final, sea una incentivación la movilidad sostenible y no una penalización».

¿Qué esperas del Gobierno que se forme, proactividad o esperas seguir luchando, clamando en el desierto sin avanzar?
«Yo para ser justos, y hablando del anterior, creo que la voluntad ha existido, con IDAE han aparecido medidas para incentivar, pero me gustaría que el Gobierno que venga ahora no tenga prejuicios a la hora de qué hay que incentivar porque pienso que igual que hay que potenciar la electrificación hay que potenciar que los coches viejos de este país desaparezcan».
«Una persona que tiene un coche de 20 años no puede transitar a un vehículo eléctrico directamente. Ahí nosotros hablamos de un plan que también ayude a la renovación del parque, que es un parque más inseguro, que es un parque muy contaminante, y eso sí que es descarbonización y reducción de emisiones».
«Entonces, al Gobierno que venga le pedimos eso, que si hay voluntad para la electrificación se haga bien, algo que hasta ahora no ha funcionado, y que el resto del 80 % de las personas que no se pueden comprar un vehículo eléctrico a día de hoy por la renta per cápita que tenemos, que también les ayudemos a que vayan un modelo de movilidad sostenible con un Plan PIVE sin complejos».
Te tengo que preguntar por el modelo de agencia. ¿Esto lo ves factible a medio plazo o a largo plazo?
«El tiempo nos dirá cuál es el modelo más acertado. Yo creo que todas las marcas están en su derecho de ensayar si quieren quedarse con el modelo actual o transitar también a un modelo de agencia. Nosotros como Faconauto respetamos cualquier modalidad con la que un fabricante quiera relacionarse con su red».
«Lo que sí decimos es que tienen que respetarse, que sea una relación donde ganen las tres partes: el fabricante, por su puesto, pero tiene que ganar también, para que sea sostenible en el tiempo, el concesionario, aunque se quede como agente siendo una oportunidad también para él, y así mismo tiene que ganar el cliente en cuanto que se mejore la relación que tengamos con él. Si se respetan estas tres cosas, como Faconauto no entramos sobre el modelo a elegir».
¿Tiene miedo el sector de la llegada de de China a nuestro entorno o se percibe más como una oportunidad?
«La entrada de marcas chinas, como comerciantes que somos, lo vemos como una oportunidad enorme. Nosotros, si nos dan productos que además estamos viendo que son productos con un precio bueno, con una calidad buena y que, además, están a disposición y encima apuestan por la red de concesionarios para su distribución, pues a nosotros qué más nos da».
«Si ya vendemos de todas las nacionalidades, pues vendemos chinos también sin problemas. Seguramente el debate que hay ahora mismo con la marca china vaya más en la parte de fabricación. Si Europa tiene que hacer más esfuerzos para que la industria europea sea más competitiva, entendemos que habrá que hacer en ese recorrido otras cosas. Pero nosotros como comerciantes estamos encantados».
¿Y una concesión puede llegar a vivir del servicio y del dato, como se nos viene barruntando desde hace unos años?
«Yo lo que veo es que al final, y esta vez más que nunca, de lo que se vive en un concesionario y cualquier empresa es de tener clientes. Esa es la realidad. Y al cliente hay que tratarlo bien. Yo creo que realmente el trato del dato, y sobre todo la inteligencia artificial, aquí va a aportar mucho si nos ayuda a mejorar esa relación con el cliente».
«Lo digital está impactando mucho en nosotros y veo un futuro donde el cliente se va a comportar para la compra de un coche muy omnicanalmente, es decir, que va a hacer en digital todo lo que le aporte valor para terminar teniendo una experiencia física. Pero, eso sí, cuando entre por la puerta de un concesionario y tenga una experiencia física, ahí el concesionario tiene que dar el do de pecho, lo tiene que dar todo, porque el cliente es la fuente de rentabilidad mayor que tiene y el cliente nos penalizará si lo hacemos mal o nos premiará si lo hacemos bien».

¿Qué te ha aportado en tu puesto actual directivo venir del entorno de una marca?
«Haber hecho toda la carrera profesional antes como marca y ahora como Faconauto lo que me crea es el profundo respeto que hay que tener por la relación de las marcas a sus redes y de las redes hacia sus marcas. Las dos partes tienen muchísimas cosas que darse para escribir el futuro».
«Tenemos una joya de la corona en este país, que es el sector del automóvil, y que tenemos que seguir manteniéndolo. Haber pasado por una marca me ha aportado conocimiento, saber por qué se hacen las cosas de una manera o de otra para conseguir los objetivos, pero sobre todo que hay que hacerlo respetándose mucho las dos partes. Además, cuando una marca te pide algo, normalmente está fundamentada y tiene muchos estudios detrás, muchos departamentos, para tener razón a la hora de pedírtelo».
«En el cómo se haga es donde hay que limar y donde ese respeto tiene que poner los límites. Y cuando un concesionario le dice a sus marcas que necesitas una serie de cosas, también lo están diciendo porque lo perciben tras tocar al cliente en la calle, desde la economía real, que es el comercio local. O sea, yo creo que aquí todos ganan cuando tienen esa relación win-win».
¿Cómo debe ser un buen directivo? ¿Cómo crearías un directivo perfecto?
«Nada se consigue solo. A mí me gusta mucho, y lo he hecho durante toda mi vida, saber que lo que funciona de verdad es el trabajo en equipo. Creo que es verdad que tienes que tener la determinación para saber, al menos, dónde tú quieres llegar en una estrategia para definir el camino y compartirlo con el equipo».
«Creo también en la capacidad de escucha a las mujeres, tenemos una competencia de empatía o de escucha, que viene a sumar. Y al final, siempre pensando que no llevas la razón en todo, que esto es un camino, una carrera de fondo. Para mí un buen directivo es el que actúa con con perspectiva de carrera de fondo».
¿Cómo te gustaría ser recordada como presidenta de Faconauto?
«Como han hecho un cambio importante al modificar los estatutos para que pudiera ser una presidencia ejecutiva no siendo empresaria, a mí me gustaría que dijeran que qué buena decisión tomamos en aquel momento. Y me gustaría que los concesionarios recordaran esta etapa como diciendo, mira nos tocaron momentos difíciles y la patronal supo acompañarnos en esos momentos de cambio de modelo, de cambio de transición ecológica, de cambio de gobiernos, de cambio de todo… Que digan que Faconauto ha sabido estar con ellos y que les ha podido ayudar y apoyar en estos momentos para mí sería el mejor premio».
