95 gramos de CO2 a partir de 2020

La UE confirma los límites de emisiones… y disgusta a los fabricantes

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Y es que los constructores se pueden acoger a la modalidad del «supercrédito», con la que podrán producir hasta 20.000 unidades que contaminen más de lo estipulado si a cambio aumentan su producción de coches que funcionen con energías alternativas, como los eléctricos. Organizaciones como Greenpeace ya se han pronunciado públicamente en contra de esta fórmula y, al igual que el portavoz de la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo, Matthias Groote, han pedido que se establezcan ya también los límites para 2025. Los supercréditos se concederán hasta 2015, momento en el que no volverán a entrar en vigor hasta 2020.

Asimismo, las furgonetas no podrán lanzar más de 175 gramos por kilómetro recorrido en 2017 y 147 gramos en 2020.

La reacción de los fabricantes ha sido de protesta. La Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA) considera «demasiado duros para tiempos económicos difíciles» las emisiones máximas de dióxido de carbono que la Unión Europea quiere imponer, y temen que perjudiquen a la competitividad de la industria europea.

ACEA considera que, tanto el límite de 95 gramos de C02 por kilómetro recorrido establecido en turismos para 2020, como el de 147 gramos por km para furgonetas, son «extremadamente desafiantes». En palabras del secretario general de ACEA, Ivan Hodac, «son objetivos duros, los más duros del mundo», comparados con lo que se exige a los fabricantes en Estados Unidos, China o Japón. Sin embargo, la comisaria de Cambio Climático, Connie Hedegaard, ve estos límites como «ambiciosos, pero alcanzables». También ha asegurado que la medida repercutirá positivamente en el usuario:  «El ahorro en combustible será tan grande que en dos o tres años se habrá amortizado la inversión». Hedegaard ha cuantificado en 340 – al año para los cohces de gasolina y 464 para los diesel.

La asociación teme que el esfuerzo por reducir las emisiones de los vehículos europeos genere unos costes de producción excesivos, provocando una desventaja competitiva respecto al sector automovilístico de otros países. Pero la respuesta de Bruselas es que lo que se producirá es precisamente una ventaja competitiva en el desarrollo de tecnologías limpias.

Según los datos de ACEA, las emisiones medias de los automóviles han pasado de 186 gramos/km en 1995 a 136,6 en 2011, lo que representa una reducción del 26,6 %.

ACEA también ha facilitado su previsión para el mercado europeo en 2012: Una caída del 7 %, desde los 13,1 hasta los 12,2 millones de unidades, un nivel de ventas que no era tan bajo desde el año 1995.