Prueba usado: Mazda MX-5 NC

Eduardo Alonso
Eduardo Alonso
El MX-5 es el roadster más vendido de la historia. No en vano, lleva comercializándose de forma ininterrumpida desde 1989, aunque de él han existido sólo cuatro generaciones. Esta es la tercera, la más controvertida pero no por ello carente de encanto.

Todas las míticas sagas de coches tienen alguna generación o versión menos deseada que el resto, y eso propicia que se vendan a precios atractivos. Sucede con el Porsche 911, con el Ford Mustang… y también con el Mazda MX-5. Esa generación menos querida es la tercera, conocida internamente como NC, y que comenzó a producirse en 2005. ¿La razón? Aquel modelo experimentó un incremento en tamaño, y por lo tanto en peso, para intentar convertirlo en un coche más cómodo en el día a día. Lo cierto es que lo logró, pero a costa de perder parte de su esencia.

El inicialmente controvertido MX-5 NC, cuya producción se llevó a cabo en la planta de Mazda en Hiroshima -Japón-, estuvo una década a la venta y permaneció casi inalterado en todo ese tiempo salvo leves restylings. Un ejemplo de ello está bajo su capó, pues tan sólo dispuso de dos mecánicas.

Los dos motores del MX-5 NC estaban desarrollados por Ford, si bien Mazda modificó partes de la admisión y el escape para dotarles de mayor potencia. Se trataba de un 1.8 de 126 CV y un 2.0 de 160 CV. El cambio era manual de cinco velocidades en ambos, pero el más potente podía llevar uno automático de seis relaciones. La versión 2.0 dispuso de un interesante acabado Sportive, que añadía un cambio manual de seis marchas y amortiguación deportiva fabricada por Bilstein.

Mazda MX-5 NC

En 2007 se incorporó a la gama la versión Roadster Coupé, que reemplazaba el techo de lona manual por uno metálico de accionamiento eléctrico. En 2009 se produjo un restyling en el que cambiaron los paragolpes, los faros y pilotos, algunas molduras del interior… Y, en 2012, tuvo lugar otra actualización estética, aunque menos profunda: se volvieron a modificar los paragolpes, se mejoró la respuesta del acelerador, y poco más.

Al final, el NC se descatalogó en 2015 para dejar paso al ND, una generación que recuperaba la esencia del NA de 1989. Hoy día, el NC es un roadster aún relativamente moderno a un precio fantástico.

¿Cómo era por dentro?

Al igual que la carrocería, el habitáculo del MX-5 NC es más grande que el del resto de generaciones, pero sigue siendo algo angosto. El borde superior del parabrisas queda muy cerca de la cabeza, el espacio para los pies no es muy holgado y la altura disponible es sólo válida para ocupantes de menos de 1,85 metros de altura.

Mazda MX-5 NC interior

Asimismo, la postura de conducción resulta poco satisfactoria debido a que el volante se regula en altura, pero no en profundidad. A cambio, por calidad de materiales y ergonomía cumple bastante bien. El habitáculo se conforma esencialmente de plásticos duros, pero de sólidos ajustes y buen aspecto. Además, hay algunos huecos portaobjetos, aunque de tamaño algo justo. El maletero, por su parte, es mejorable, ya no sólo por sus escasos 150 L de capacidad, sino porque sus formas son irregulares.

¿Cómo iba?

La conducción es el principal punto fuerte de cualquier MX-5. Y, aunque el NC es quizá algo más grande y pesado de lo que encarna el espítitu de este modelo, lo cierto es que es un automóvil con el que se disfruta muchísimo de la conducción. Es ágil, estable, su dirección es rápida y comunicativa, frena bien, tracciona aún mejor y el tacto del cambio manual es impecable.

Respecto a sus motores, el 1.8 de 126 CV es válido para una conducción normal, pero se queda muy escaso en conducción deportiva. También conviene evitar el cambio automático de la versión 2.0, que se muestra lento y brusco cuando vas rápido. Lo mejor es hacerse con una unidad con el propulsor 2.0 de 160 CV y cambio manual. Este motor no es que ofrezca unas prestaciones impresionantes, pero sí corre lo suficiente y, sobre todo, entrega todo su potencial en la parte alta del cuentarrevoluciones -entre 5.000 y 7.000 rpm-, por lo que resulta divertido y apasionante.

Mazda MX-5 NC motor

¿Qué revisar al comprarlo?

El MX-5 de la generación NC es muy fiable en todos los aspectos. Ahora bien, como buen descapotable, resulta recomendable comprobar la estanqueidad de la capota, puesto que es de una sola capa y cualquier mínimo daño que tenga derivaría en ruidos aerodinámicos o pequeñas ‘goteras’. Vigila también que el diferencial no hace ruidos raros cuando sueltes el embrague para iniciar la marcha.

¿Cuánto cuesta comprarlo y mantenerlo?

Uno de los pilares de la saga MX-5 es diversión a bajo coste, y eso permanece intocable en la generación NC. Es muy económico de mantener, sobre todo en las revisiones -cada 20.000 km- y operaciones de mantenimiento básicas, no tanto en los repuestos -por ejemplo, los amortiguadores Bilstein no son baratos, aunque los normales salen por la mitad-. Además, sus dos motorizaciones van accionadas por cadena, la cual no requiere mantenimiento.

Respecto a su precio de compra, en los últimos años se ha revalorizado. Hoy en día, necesitas un mínimo de 9.500 euros para hacerte con una unidad decente con motor 1.8 y kilometraje razonable. Para la versión 2.0 te harán falta al menos 10.500 euros. Esas cifras suponen un 30% más que hace apenas tres o cuatro años.

Ficha técnica (2.0 160 Sportive de 2005)

  • Motor: Gasolina, cuatro cilindros en línea, situado en posición delantera longitudinal, 1.999 cc, 160 CV a 6.700 rpm, 188 Nm de par a 5.000 rpm.
  • Velocidad máxima: 210 km/h.
  • Aceleración de 0-100 km/h: 7,9 segundos.
  • Consumo: 7,7 litros/100 km.
  • Tracción: Trasera.
  • Cambio: Manual de seis velocidades.
  • Frenos: Discos ventilados delante y macizos detrás.
  • Suspensión: Independiente en ambos ejes.
  • Dirección: De cremallera con asistencia.
  • Llantas: 7,0 x 17″.
  • Neumáticos: 205/45 R17.
  • Largo x ancho x alto (m): 3,99 x 1,72 x 1,24.
  • Peso: 1.095 kg.
  • Maletero: 150 litros.
  • Depósito de combustible: 50 litros.

 

Mazda MX-5

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