Mercedes SLS AMG GT Roadster

Los clientes exigían una versión más deportiva de este espectacular mercedes, y sus carísimos deseos han sido concedidos.


Con esta versión, y hasta la llegada del Black Series a mediados de 2013, Mercedes pretende tentar a potenciales clientes que estuvieran mirando hacia otras firmas consideradas más deportivas.
Con respecto al SLS ´normal´, el GT es algo más rápido, va más duro y –sí, lo has adivinado– es más caro. Además, el motor 6.2 V8 ahora alcanza los 591 CV; es decir, ha ganado 20 CV gracias a unas modificaciones en la centralita electrónica y unos colectores de admisión modificados. Se trata más bien de un trabajo de detalle que de una obra nueva de ingeniería –de hecho, donde sí se ha trabajado a fondo es en el motor del próximo SLS Black Series, que extrae 625 CV de los mismos ‘mimbres’–. Pero, aunque sea poca, toda mejora es bienvenida y, a pesar de que la cifra de par máximo permanece inalterada –650 Nm–, la potencia extra es la responsable de que la aceleración de 0 a 100 km/h baje de 3,8 a 3,7 seg., con una velocidad de 317 km/h.

Sin embargo, los cambios más sustanciales están relacionados con el software que ‘gobierna’ la caja de cambios automática de doble embrague y la suspensión –ver despiece de la dcha.–.
 
Habrá versiones GT tanto del Coupé como del Roadster –este último es el que hemos probado más a fondo–. En cuanto arrancas, el coche se percibe muy ‘familiar’ e incluso con el techo de lona puesto –que no podemos quitar, debido a una fina e incómoda lluvia–, el habitáculo se ve invadido por una inconfundible sinfonía procedente de los escapes.

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El motor sigue definiendo su carácter
 
En el modo automático, la caja de cambio engrana las marchas con tal suavidad, que parece que emplea un convertidor de par. Por otra parte, el GT se percibe algo más firme que el SLS ‘normal’, pero no llega a ser incómodo. A medida que nos aventuramos por carreteras de curvas, el GT empieza a cobrar todo el sentido. Esta mecánica es de esas a las que les gusta ‘coquetear’ constantemente con la zona roja del cuentarrevoluciones; algo que no suele ser habitual en los motores atmosféricos puestos a punto por AMG. Sube de vueltas con sonoro entusiasmo hasta el corte de inyección –a 7.200 rpm–. No hay demasiado par en la parte baja del cuentavueltas, pero su ´consistencia´ a medio régimen y la facilidad con la que sube de revoluciones lo compensan. De hecho, con frío y el asfalto resbaladizo, la ausencia de ‘mala leche’ en las zona baja del cuentavueltas casi se agradece y cambiar pronto de marcha para mantener bajas las revoluciones es la única forma de que la lucecita amarilla del ESP no se encienda mientras tratas de pisar más allá de la mitad del recorrido del acelerador.
 
La nueva programación de la caja automática ha mejorado mucho las cosas. Ahora hay menos retraso desde que pulsas una de las levas hasta percibir que la caja está engranando la marcha, y si decidimos reducir muchas relaciones de una tacada, el cambio ejecuta la orden de forma limpia y suave. Dicho esto, todavía es posible apreciar una cierta pausa que en rivales como el Ferrari 458 –el cual utiliza otra versión de esta misma transmisión– no se produce. La excusa de los responsables de AMG es que la caja del SLS tiene que pasar las exigentes condiciones de durabilidad –y entendemos que de fiabilidad– impuestas por Mercedes.
 
A velocidades más altas, la nueva puesta a punto más firme de la suspensión ‘sale a relucir’, reduciendo las inclinaciones de la carrocería y mejorando la respuesta del eje delantero.
 
Mercedes vende esta nueva variante GT 20.000e más cara que el SLS ‘normal’ –esto supone un total de 252.070e en el caso del Roadster–. Por otro lado, se seguirán comercializando las versiones ‘normales’ de 571 CV, que en breve recibirán la nueva programación de la caja de cambio.
 
Si eres tan afortunado como para poder plantearte la compra de un SLS, y no quieres pagar el considerable aumento de tarifa que supondrá el Black Series, entonces diría que el GT encaja bien en tus planes. Sin embargo, somos optimistas y no perdemos la esperanza de estar equivocados y de que el SLS AMG ‘Black’ no sea otro mero peldaño simplemente más rápido, sino una verdadera obra maestra.
 
AMG con apellido
 
Leves pero efectivos
 
Mercedes ha respondido a las críticas relacionadas con la lentitud del cambio automático en los SLS ‘normales’… efectuando una programación más ‘agresiva’ de la misma –el sistema electrohidráulico permanece inalterado–. Se reduce así el retraso en la respuesta desde que se pulsa la leva hasta que el sistema introduce la relación «en un 60%», según la marca. No obstante, la suspensión es la que recibe una mayor revisión, con unos muelles un 30% más duros, unas barras estabilizadoras más finas, casquillos más rígidos y unos amortiguadores adaptativos; que prescinden del modo Comfort, dejando sólo disponibles el Sport y Sport Plus.
 

Mercedes SLS AMG GT  (Roadster)
Motor: Gasolina 6.2, 8 cil. en V; 591 CV a 6.800 rpm; 650 Nm a 4.750 rpm.
Cambio:  Automático de siete marchas.
Tracción:  Trasera.
Prestaciones: 0 a 100 km/h en 3,7 seg.; vel. máx.: 317 km/h.
Consumo: 13,2 l/100 km.
Peso: 1.620 kg (1.735 kg)
Precio: 241.844e (252.070e)
Valoración ????
Lo mejor y lo peor
+ Sonido embriagador y comportamiento mejorado
– Una versión más cara de un coche ya caro

 
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Mercedes-Benz SLS AMG Coupe/Roadster