Casco para scooter y 4 elementos más que no debes olvidar en la ciudad

Formulamoto.es
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El equipamiento para rodar en scooter no solo radica en el casco. Puede ser básico atendiendo a las prestaciones del vehículo, sí, pero no por ello debe ser prescindible sino más bien todo lo contrario: es más necesario que nunca debido al ámbito urbano en el que nos desenvolvemos, repleto de peligros y acciones inesperadas por parte de la multitud de usuarios que nos rodean. Evita males mayores.

Equipamiento para rodar en scooter no es sinónimo, en ningún caso, de ropa “casual” para ir a clase o al trabajo, desprovista de protecciones específicas y apenas válida para no salir desnudo de casa… que sí lo harás a efectos de montar en moto. Desde luego, porque si sufres un accidente mientras te mueves con tu scooter de un lado a otro de la ciudad, tendrás más probabilidades de pasar por el calvario de sobreponerte a una lesión grave que si te sucede pertrecho del equipamiento homologado y adecuado para tal fin.

Vamos a analizar de manera breve y sencilla lo que necesitas para salir de casa con tu scooter bien armado o, al menos, con lo mínimo que necesitas para sentirte seguro a los mandos. Y por si te sirve de referencia, te expondremos también alguna opción como margen de mejora para, ya sabes, ir a más… pero nunca a menos. A fin de cuentas, es por tu seguridad.

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No pierdas la cabeza

Nos viene que ni pintado el dicho de “no perder la cabeza”: en este caso, lo mejor es mantener la mente fría para tener claro que necesitamos un buen equipamiento que nos salve de lo peor en caso de siniestro. Piensa que un golpe a muy baja velocidad puede derivar en graves lesiones. Un impacto seco, un atropello, un alcance que ni siquiera has sido capaz de saber por dónde te ha venido… No todo depende de ti incluso en una conducción urbana con mil ojos, de modo que es momento de ponerse manos a la obra para equiparse como es debido.

Y como decimos, lo mejor es no perder la cabeza. El hecho de conservarla sí depende de ti de manera directa y tú mismo tendrás que valorar la inversión que merece la acción de protegerla. Se ven muchos scooters con usuarios a los mandos pertrechos de cascos abiertos tipo jet. Lo cierto es que con el frío que cada vez va a más, resulta toda una proeza exponerse a las bajas temperaturas o incluso a la lluvia, por muy corto que sea el trayecto que deba cubrirse. Si ya has descartado hacerte con los servicios de un casco integral, la mejor opción y la más inteligente cuando el agua y el frío aprietan, busca un casco abierto con pantalla lo más amplia posible. Piensa que el rodar con la cara expuesta es como jugar a la lotería: puede que hoy no suceda, pero si algún otro día una piedra impacta en tu rostro, tal vez los ojos no se vean afectados por circular con gafas, pero el resto de la cara no merece un “chinazo” a traición. Un jet de pantalla amplia que cubra la totalidad del rostro es fundamental, más todavía si tu scooter no cuenta con protección frontal eficaz como una pantalla de carenado.

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La chaqueta del traje, mejor en la oficina

Ya se sabe que aquello de acudir al trabajo con traje, corbata y zapatos es obligatorio en según qué profesiones, pero no por ello tienes que arriesgar tu pellejo moviéndote con tu scooter de esa guisa. En el caso de la chaqueta, y ahora que el frío es denominador común en cualquier desplazamiento, ya sea cercano o más lejano, intenta hacerte con una chaqueta de moto que te permita llevar la del traje debajo, sin apreturas ni estrecheces para que no limiten tus movimientos a los mandos. Cierto es que tienes la opción de alojar bajo el asiento la propia chaqueta del traje, o en el baúl que lleves instalado en la parrilla trasera, pero si no quieres que se arrugue y ya que debes llevarla a tu destino, ¿por qué no sumar su acción a la de la chaqueta de moto?

Juega con el forro interior desmontable para llevar la “americana” puesta o no, pero en ese caso deberás tener muy claro que la chaqueta de moto puede llegar a calar agua al interior, si la membrana se encuentra instalada en el forro y no en el interior del tejido. En todos los casos, no evites equipar la chaqueta de moto con protección en hombros, codos y espalda, aunque esta última o suele incluirse en el pack de protecciones a pesar de ofrecer un espacio para su alojamiento. Aprovéchalo y no salgas de la tienda con tu chaqueta sin espaldera.

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Los guantes también hablan de ti

Un usuario de scooter sin guantes es un futuro visitante de Urgencias por arrastrón necesitado de duras, delicadas y muy dolorosas curas por abrasión en las palmas de las manos. Aparte de que parezcas un dominguero en tu vehículo circulando sin guantes, más te vale buscar los que mejor se adapten a tus necesidades y, cómo no, gustos.

En esto último no hay nada escrito, por lo que habría que decir aquello de “para gustos están los colores”. Eso sí, ten en cuenta que si te mueves con un scooter de diseño elegante y atractivo y buscas guantes “ad hoc”, no te hagas con una pareja que prescinda de protecciones en puntos básicos como los nudillos y refuerzos en las palmas de las manos. Si te gustan los de piel, piensa que estas protecciones son necesarias, por lo que un guante desprovisto de ellas, pero muy elegante por lo “limpio” de su aspecto, apenas te servirá para nada… excepto para enseñarlos a tus compañeros de trabajo y les des envidia de lo bien conjuntado que vas.

Ahora, con el frío muy presente, no te vendría nada mal un par con membrana microporosa y acolchado que conserve la temperatura corporal. Lo primero te salvará de lo peor del frío y la lluvia, mientras que lo segundo te restará algo de tacto a los puños, sí, pero a cambio sufrirás menos el aire helado que si te mueves con otros más finos. A fin de cuentas, el tacto en un scooter apenas lo necesitas para tirar de los frenos y agarrarte bien a los dos puños, nada más. Y recuerda: aunque los guantes de caña corta son más fáciles de usar por ser livianos y poco “aparatosos”, serán menos eficaces de cara a una protección lo más integral posible. De hecho, un guante de caña larga te protegerá mejor las muñecas en caso de caída y, alojándola dentro de las mangas de la chaqueta, evitarás que el agua con lluvia intensa se cuele hacia dentro, empapándote las manos.

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Los pies requieren protección

Son muchos los que continúan moviéndose por la ciudad en su scooter con un calzado inadecuado… al menos para rodar en moto. ¿Por qué no nos aprovechamos de que nos desplazamos en un scooter, con cierta capacidad de carga, para usar un calzado homologado y guardar los zapatos «de vestir» para cuando lleguemos?

Es tal la complejidad de los pies, con multitud de huesos, muchos de ellos pequeños y altamente delicados, que una rotura por impacto o caída con calzado “de calle” podría acarrear largas y dolorosas consecuencias, varándonos en el dique seco durante una buena temporada. Una bota de caña baja, al menos, preservará la integridad de huesos vitales muy expuestos como el maléolo. Además, si la bota en cuestión aporta refuerzos en puntera y talón, zonas también altamente delicadas, al menos garantizaremos una barrera, aunque sea mínima, frente a situaciones de peligro que de otro modo acabará en un tremendo desastre.

Si bien una bota baja es ideal incluso para moverte cuando aparcas el scooter, haciendo las veces de un calzado convencional, no descartes el empleo de un par de caña más alta. A mayor superficie, superior protección, menos frío y más garantías en todos los sentidos, especialmente si sales a carretera abierta donde la velocidad se incrementa y, con ella, los riesgos de lesión por accidente.

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Las piernas pertenecen al cuerpo

No podemos pasar por alto el pantalón en nuestro equipamiento para rodar en scooter. Si bien es cierto que un modelo tradicional tejano o vaquero cuenta con un tejido que puede ofrecer alguna garantía en caso de abrasión, sin embargo si este no es técnico para moto probablemente la única garantía es que sufrirás una abrasión que requerirá quitarte con pinzas las trazas del tejido sobre tu piel en carne viva, quemada por un arrastrón. Si a ello le sumas la suciedad que se debe retirar de la propia herida… Mejor vamos a ponerle remedio a semejante destrozo.

Un pantalón vaquero de moto con protecciones frena el efecto de la abrasión por su especial tejido y los hilos empleados para su unión, mientras que las protecciones en las rodillas y los refuerzos en caderas minimizarán los efectos de un posible impacto. Pero sin eres de los usuarios que hemos mencionado más arriba, los que se mueven con traje y corbata, no te preocupes: usa la chaqueta de moto de la que hemos hablado con anterioridad y utiliza un pantalón de semejantes características que, como es lógico, te sirva para ponértelo por encima del de tela. Pon atención a la talla elegida y lo mismo reza con el asunto del forro interior: si lo desmontas y en él va instalada la membrana microporosa o el acolchado para frenar el frío, sufrirás las inclemencias del tiempo cuando lo uses así. Si lo que quieres es rodar con el forro puesto y que no te apriete, busca la talla que se adapte a ello y pruébatelo de esta guisa. De lo contrario, solo te servirá “a medias”… y no es eso lo que buscamos precisamente, sino más bien todo lo contrario: cuanto más integral sea la protección, mayor será el servicio que nos prestará nuestro equipamiento. Tampoco es pedir tanto, siempre que cumpla con los mínimos requeridos.

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