¿Cómo cuidar los discos de freno en invierno?

A los moteros de verdad no les importa el frío que haga. Aprovecharán cualquier oportunidad, por mínima que sea, para poder salir con la moto. Cuando las bajas temperaturas se han instalado, siempre hablamos de la importancia de calentar los neumáticos, aunque lo cierto es que, a pesar de que estén calientes, su rendimiento serán mucho menor en comparación a épocas primaverales o veraniegas.

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Sin embargo, un aspecto del que no se habla mucho es sobre los discos de freno. Si has estado en circuito, puede que hayas experimentado un cierto sobrecalentamiento de los mismos (tiras de la maneta pero no notas que la moto se pare como debería). Pero, ¿qué pasa cuando hace mucho frío? Lo más común es que los discos no cojan la temperatura adecuada. Para evitar esto en la medida de lo posible, deberemos contar con marcas de calidad, como es el caso de NG Brakes.

Estos discos son capaces de soportar cambios bruscos de temperatura sin que su rendimiento se vea muy afectado. Para esto, se han empleado materiales y procesos de producción enfocados a que no aparezcan grietas, así como aguantar bien los procesos de dilatación y contracción provocados por el cambio térmico.

Consejos para conservar en perfecto estado los discos de freno

No sólo vale con tener un discos de freno de gran calidad, si no que habrá que cuidarlos en invierno (o ante climatología adversa) para que sigan funcionando correctamente:

• Siempre seco: Si llueve, nieva o hay mucha humedad, el disco puede estar parcialmente mojado o incluso congelado si hay frío extremo. Sécalo siempre para evitar la corrosión del mismo.
• Revisa su estado antes de salir: No pierdes nada por echar un vistazo a los discos antes de cada salida. Más aún si la moto no duerme en garaje.
• Cuidado con la sal: Si hay heladas previstas, lo más común es que te encuentres con sal en las carreteras. Se trata del peor enemigo de aquellas superficies propensas a la corrosión, como es el caso del acero que se usa en los discos. Muy sencillo: una vez aparcada la moto, elimina todo los restos de sal que observes.
• La limpieza: Puedes hacerlo con un poco de agua, aunque es recomendable usar productos específicos de vez en cuando, especialmente si has estado rodando por carreteras sucias.
• Calentar los discos: En la medida de lo posible, ejecuta frenadas fuertes progresivas (frenando de menos a más) para que los discos de freno cojan temperatura. Así podrás realizar antes las frenadas regresivas (de más a menos).