En la última década, hemos sido testigos de una transformación radical en la forma en que nos movemos por nuestras ciudades. En este escenario de evolución continua, los patinetes eléctricos se han erigido como íconos de la movilidad urbana. Desde su llegada a las calles, estos vehículos de dos ruedas han sido objeto de debate, ya que han surgido dudas respecto a la seguridad, la regulación y la coexistencia con otros medios de transporte.
Las restricciones al acceso de estos vehículos en el transporte público de las ciudades se han ido implementando debido a incidentes, como la explosión en el metro de Madrid. Ahora es Renfe la empresa que ha decidido sumarse a estas limitaciones, anunciando la prohibición de patinetes eléctricos y otros Vehículos de Movilidad Personal (VMP) en todos sus trenes.

Esta medida afectará tanto a los trenes de Cercanías y Regionales como a los de Alta Velocidad y Larga Distancia, que incluyen servicios como AVE, Avlo, Alvia, Avant, Euromed e Intercity. La prohibición se extiende no solo a patinetes eléctricos, sino también a monociclos y cualquier otro VMP eléctrico o con baterías, con la excepción de los vehículos destinados a personas con movilidad reducida y las bicicletas eléctricas.
Esta noticia se ha dado a conocer a través de las redes sociales de la propia entidad y por un pequeño comunicado en su web, por lo que todavía hay cosas que desconocemos. Entre ellas, destaca las posibles multas a las que se pueden someter aquellos usuarios que opten por entrar en los trenes con este tipo de vehículos. Hasta ahora, solo se ha mencionado la posibilidad de expulsión en caso de llevar elementos que representen un riesgo.
Renfe, en su comunicado, justifica esta decisión “basándose en criterios de salud pública y de seguridad de los viajeros y es similar a otras producidas en distintas ciudades de España y de Europa”.
Restricciones patinetes eléctricos
En Madrid, desde el 4 de noviembre, se prohibió la entrada de patinetes eléctricos tanto en el Metro como en los autobuses de la EMT, interurbanos y urbanos entre municipios, así como en los intercambiadores, sin una fecha de finalización establecida.
En Barcelona, la prohibición de patinetes en todo el transporte público, incluyendo metro, autobús, Rodalies y tranvía, comenzó el 1 de febrero y se extendió indefinidamente, con una multa de 200 euros por incumplimiento.
Otra de las ciudades con limitaciones es Sevilla, y aunque las restricciones son menos severas, desde el 1 de febrero se limita la entrada de patinetes eléctricos en días laborales y durante horas punta, con la condición de llevar el patinete plegado en una bolsa y ubicarse en las zonas designadas para bicicletas en el Metro, con algunas estaciones que ofrecen zonas de carga para los patinetes.
