Nissan Frontier 2022: El “Nissan Navara americano” que da algunas pistas sobre el próximo Navara europeo

Desde su cuartel general en Yokohama (Japón), Nissan controla de manera global la estrategia de sus vehículos basados en chasis de largueros. En el caso del Nissan Navara, los diferentes centros regionales toman esa base como punto de partida y posteriormente realizan las evoluciones que creen convenientes para ofrecer un producto adaptado a las particularidades de sus mercados. Por eso, cuando uno de estos centros regionales presenta una gran novedad, nos está dando pistas de lo que podemos esperar en el próximo Nissan Navara que llegará al mercado europeo.
Y en esta ocasión, la novedad viene de la mano del norteamericano Nissan Frontier, que no es sino el Navara que se comercializa en EE.UU., México y Canadá. Curiosamente, en aquellos mercados decidieron alargar la vida del modelo conocido internamente como D40 y que aquí se estuvo vendiendo como Navara NP300 entre 2005 y 2015, y ahora su nueva generación no se basa en el D23, el sucesor global de ese D40 que en España se comercializa desde mediados de 2015, sino que vuelve a tomar el chasis del D40 como punto de partida.

Uno de los principales motivos por los que el Nissan Frontier ha tardado tanto en renovarse y mantiene ahora el chasis F-Alpha del D40 (por supuesto, convenientemente actualizado) es porque los clientes norteamericanos no quieren ver ni en pintura la suspensión trasera mediante muelles en lugar de ballestas, erróneamente asociadas con una mayor capacidad de carga o robustez, un mito que ni siquiera el Humvee o su versión civil, el Hummer H1, lograron desterrar.
Así, este Frontier representa la primera gran renovación del pick up medio de Nissan en EE.UU. desde 2005. Presentado en febrero, recientemente acaba de iniciarse su producción en Canton Vehicle Assembly Plant, en Mississippi, y su precio de venta (27.840 dólares, equivalentes a unos 24.000 euros) se ha dado a conocer hace unos días.

Las novedades del Nissan Frontier 2022
Pero aunque el nuevo Frontier no comparte chasis con el Nissan Navara europeo, muchos de sus desarrollos son plenamente compatibles. Bajo el capó se ofrece únicamente un conocido pero profundamente renovado motor V6 atmosférico de inyección directa de gasolina, 3,8 litros, 310 CV y un par máximo de 281 lb-ft, equivalente a 381 Nm. Nissan asegura que un 93 % de sus componente son nuevos, y no hay que descartar que esta mecánica sea la base de una futura variante PHEV de nuestro Navara.

Solidaria al motor, por supuesto en posición lingitudinal, encontramos una transmisión automática de nueve velocidades, también completamente nueva, que previsiblemente reemplazará en un futuro a la más veterana de siete marchas montada aún en los Navara europeos (en EE.UU., de hecho, el anterior Frontier contaba únicamente con cinco relaciones). La nueva caja promete mejores consumos y mayor aceleración, gracias no solo a su evidente mayor arco de relaciones, sino especialmente por su nueva gestión electrohidráulica, con menor resbalamiento del convertidor de par.

Así, el Nissan Frontier homologa, en versión 4×4, 17 mpg en ciudad, 22 mpg en carretera y 19 mpg combinadas, lo que equivale a 13,8, 10,7 y 12,4 litros/100 km, cifras que a los conductores europeos nos asustan un poco, pero que en EE.UU. son bastante comedidas para un vehículo de esta categoría.
Nissan también ha modificado la dirección, que ahora es un 16 % más directa pero que continúa recurriendo a una cremallera con asistencia hidráulica, renunciando a la asistencia eléctrica por la mayor capacidad de auto-centrado del sistema de asistencia clásico, algo que, según Nissan, contribuye a reducir la fatiga del confort en largos viajes.

Las suspensiones delantera y trasera mantienen, como ya hemos visto, el clásico esquema independiente delante y mediante eje rígido con ballestas detrás, pero para mejorar el aislamiento de la carrocería se introducen silent-blocks hidráulicos para sujetar la cabina al chasis, con lo que las vibraciones en carretera prometen reducirse en un 80 %. También se ha ampliado el tamaño de la barra estabilizadora delantera y se ha montado una estabilizadora trasera que antes no existía. No obstante, quizá la mayor novedad sea el montaje de discos de freno también en el eje trasero, un elemento que, discretamente, ya incorporó el Navara europeo tras su último restyling.
Sin cambios en la tracción total
Las versiones 4×4 repiten el tradicional planeamiento de tracción trasera permanente con conexión del eje delantero y reductora, sin diferencial central ni, por tanto, posibilidad de circular con tracción integral sobre asfalto. Sí se incorpora de serie un “sistema de deslizamiento limitado en las cuatro ruedas que ayuda a transferir potencia a las ruedas motrices con más agarre en superficies de baja tracción”, una manera algo rebuscada de decirnos que el Nissan Frontier cuenta con un control de tracción enfocado al uso todoterreno. Hay también, de serie, control de arranque en rampas, control de descenso y una placa protectora de acero en la zona delantera.

El modelo Pro-4X, el más campero, añade un diferencial trasero de bloqueo electromecánico, amortiguadores todoterreno Bilstein, una placa protectora delantera de aluminio y tres de acero debajo de la carrocería que salvaguardan cárter de aceite, caja tránsfer y depósito de combustible.
La capacidad de remolque se fija en 6.720 libras (3.048 kilos), y se introduce el control de balanceo del remolque, uno de los motivos por los que ha sido necesario incorporar los discos de freno en el tren trasero.
