Combinar en un mismo vehículo las cualidades de un verdadero todoterreno y la habitabilidad de una autocaravana no es una tarea sencilla. Un de las soluciones más prácticas es la instalación de una célula vivienda en un pick up, si bien la propuesta artesanal llevada a cabo por su propietario no es la solución más habitual. Este Navara es un verdadero ejemplo de un trabajo bien hecho.
Presentado en 2005, el Nissan Navara (internamente D40), es el sucesor de un modelo más pequeño conocido previamente como Pick up, a secas (denominado D22, en clave interna), y recibió la denominación Navara, un nombre que había cuajado entre los aficionados pero que en el D22 se reservaba solo para la variante más lujosa.
Fabricado en la planta de Nissan Motor en la Zona Franca de Barcelona, el Navara es un vehículo muy popular en España, utilizado por numerosas empresas para trabajos profesionales y también por guardas forestales y servicios de protección de la naturaleza. Sin embargo y pese a su amplia difusión, no es fácil encontrar unidades enfocadas decididamente hacia una utilización predominante en fuera de carretera.
NISSAN NAVARA
Precio nuevo en 2005: 24.950 €
Esta preparación: 7.241 €
Hoy te mostramos una preparación muy interesante de esta camioneta, efectuada personalmente por su propietario, un fanático de los viajes de aventura y con el muy ambicioso objetivo de alcanzar los lugares más remotos del planeta, llevando consigo, en sus propias palabras, "el salón de mi casa".
Con la fiabilidad como obsesión, los cambios en el vehículo original son los necesrios, pero nada más que los necesarios, y siempre supeditados a la funcionalidad. Por este motivo, la suspensión se reforzó para elevar la distancia libre al suelo (+40 mm) y soportar mejor el sobrepeso. Como la célula vivienda no es permanente, se utilizaron muelles y ballestas de carga media, al objeto de evitar la extrema dureza de estos elementos al circular con la caja de carga vacía.
Los bajos se protegieron a conciencia, detalle importante en un vehículo con suspensión delantera independiente, y los neumáticos se sustituyeron por unos mixtos de todoterreno en una medida más estrecha, pero equivalente a los indicados en la ficha técnica.
Uno de los aspectos que hace única esta preparación es que la vivienda fue diseñada y construida personalmente por su propietario en un largo año de intenso trabajo. La estructura está construida con paneles de aluminio Alucore, el mismo empleado en la fabricación de aviones, barcos y toda clase de construcciones que requieren un compromiso entre ligereza y robustez. El acabado se ha realizado en pintura metalizada y lacada, a juego con el color de la carrocería del vehículo.
El peso de la célula en vacío es de unos 550 kilos, llegando a los 650 con todos los llenos y el equipaje, al límite (con dos personas) de la masa máxima admisible indicada en la ficha técnica (2.805 kilos). Llevar la casa a cuestas supone normalmente un reto mayúsculo para la capacidad de carga de un vehículo, y es un asunto que hay que considerar muy seriamente a la hora de planificar la transformación de un vehículo en vivienda, al objeto de evitar que durante la marcha circule sobrecargado. Este caso resulta, desgraciadamente, muy habitual.
Al objeto de mantener contenida la altura exterior, la vivienda dispone de techo elevable mediante gatos hidráulicos, con las paredes de la parte que se eleva fabricadas con lona impermeable. Esta elevación hidráulica del techo resulta cómoda y no consume batería, pero requirió un detallado estudio (para soportar el peso de las canoas en el techo) y muchas horas de planificación.
En la parte frontal de la vivienda se dispone una extensión sobre la cabina del pick up o capuchino que alberga transversalmente una amplia cama para dos personas, que disponen de buena luminosidad y ventilación (muy importante en los meses de verano), gracias a tres amplios ventanales con apertura por cremallera y mosquiteras.
En la parte central y trasera se coloca una mesa desmontable, con asientos enfrentados que forman un acogedor salón-comedor. Una encimera con cocina de gas de dos fuegos, la pila fregadero con grifo y, enfrente, un mueble con nevera eléctrica completan el mobiliario.
El circuito de agua y sanitario dispone de dos depósitos, para aguas limpias y grises, potty WC portátil y una ducha exterior. El equipamiento es sencillo y funcional, pero suficiente para dos personas, considerando que la mayor parte del equipaje personal puede llevarse en la parte trasera de la cabina doble.
La célula vivienda se apoya sobre la caja de carga, que no sufre ninguna modificación, y solo es necesario desmontar la trampilla posterior. Su anclaje a la caja trasera de la camioneta se efectúa mediante seis cinchas amarradas a los raíles de carga originales dispuestos en la caja, por lo que se considera "carga transportada" y no es necesaria la legalización en ITV de este montaje. La célula vivienda incluye cuatro soportes exteriores para gatos hidráulicos, dos en cada lateral, que permiten elevarla, apoyarla en el suelo y retirar el vehículo descargado.
Tomamos contacto con este Navara en las reviradas carreteras de la Sierra de Madrid, donde resulta sorprendentemente estable y ágil gracias a un reparto de masas equilibrado y una altura total (poco más de dos metros) realmente contenida. El motor ofrece buena respuesta, más que suficiente para mover el conjunto en cualquier terreno, cortesía también del cambio de seis marchas (una primicia en su momento) que ofrece un escalonamiento muy adecuado.
Gracias a su reducida superficie frontal, la velocidad de crucero en autopista es de 120 km/h, con un consumo de gasóleo cercano a los 13 litros cada cien kilómetros, cargado a tope, normalmente con bicicletas y hasta una canoa Kayak en el techo.
Esta Navara camper devora cualquier tipo de pista o camino a ritmos turísticos y con la casa a cuestas la suspensión no resulta dura, ni rebotona y se mejora notablemente la motricidad sobre superficies deslizantes. En las zonas boscosas y con vegetación más cerrada el contenido tamaño no representa un obstáculo y será difícil que tengamos que dar la vuelta. Si el terreno se complica la reductora resulta perfecta y este Nissan pueda superar con solvencia cualquier trialera que te encuentres en un camino. Por su volumen y peso no es un especialista de franqueo, pero con un poco de experiencia siempre llegarás al final de la ruta. Y con el aliciente al final del viaje de llevar tu casa a cuestas.
Santiago Garrido Pérez. Santi para los amigos. Madrid, 1959. Residente en San Lorenzo de El Escorial (Madrid). Profesión: Economista. Asesor de empresas.
Todo lo que tiene que ver con el campo y la naturaleza me atrae desde muy joven. Nada mejor que un 4x4, unido a mi espíritu muy curioso, para llegar al final del camino.
Me encantan los vehículos prácticos y útiles. Los pick ups se caracterizan por ello.
Quería tener un vehículo que me sirviera de apoyo en mis actividades deportivas o de tiempo libre, en cualquier lugar, por remoto que fuera, sin importar las dificultades de acceso o la falta de infraestructuras. A la vez, necesito versatilidad, no sacrificar el vehículo para una sola función. Por ello diseñé y fabriqué la célula vivienda con la posibilidad de que en poco menos de una hora, el Navara volviera a su configuración normal de camioneta todoterreno.
Su utilidad y versatilidad. Poder viajar de forma autónoma sin preocuparse de hoteles y alojamientos.
Desde mi punto de vista, tengo todo lo que necesito. No echo nada de menos.
Estoy dándole vueltas a un sistema de elevación automática del techo.
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