Actualmente, dicha compañía se dedica a la fabricación en serie de modelos de marcas que la contratan, como el Porsche Boxster, el Fisker Karma o el Think City. Lo que pretende Valmet con este prototipo es lo contrario, es decir, ofrecer su tecnología a las marcas de coches.
Ahora en Valmet quieren demostrar que pueden fabricar un coche por sí solos con sus conocimientos sobre tecnología eléctrica, de la que quieren hacer un pilar fundamental para su actividad, combinando «los papeles de desarrollador e integrador de componentes. El paquete de baterías, el tren motriz, la unidad de control y las opciones de carga demuestran lo que se puede hacer en el mundo de la movilidad eléctrica al integrar soluciones de manera innovadora».
Evidentemente, el Dawn es solamente un ‘banco de pruebas’, porque su estructura jamás sería viable en un mundo real: ni la motorización eléctrica quedaría al descubierto, ni luciría esa espantosa carrocería que rozaría en cualquier bache. En sí, lo que más llama la atención de ella es el sistema de inducción de carga que incorpora en su ‘morro’, capaz de recargar las baterías por inducción -mediante un campo magnético-.