Esta joven valenciana es una de las ingenieras de la planta de Ford en Almussafes, Valencia. Nos explica cómo es su trabajo y cómo se imagina el futuro del automóvil, un sector en el que las mujeres cada vez rompen más barreras.
¿Por qué Kia apuesta por los coches híbridos y eléctricos?
"Desde muy joven me sentí atraída por la tecnología y la ciencia y encontré en la ingeniería la manera de combinar ambos campos. Cuando era niña ya me encantaba cualquier tipo de vehículo. Tras acabar mis estudios, hice un curso de ingeniería de competición de Fórmula 1 y fui parte del equipo de Formula Student.
Posteriormente, trabajé como ingeniera de aerodinámica y control en Spania GTA, una empresa de coches deportivos de lujo. Más adelante, me cambié al sector aeroespacial, trabajando en un proyecto para la Agencia Espacial Europea en la empresa valenciana Comet Ingeniería. Siempre vi enfocada mi carrera hacia las compañías de automoción, así que, cuando surgió la posibilidad de entrar en Ford, ni me lo pensé".
"Las posibilidades en los diseños de componentes como los alerones o los difusores, que permiten una gran variación de la aerodinámica del coche".
"Diseñaba componentes del coche que afectaban a su aerodinámica. Después, simulábamos el comportamiento del vehículo ante cualquier condición de velocidad, temperatura, humedad...". ¿Cuál es tu función en Ford? "Soy responsable de los proyectos de robótica colaborativa de la planta. Desarrollamos aplicaciones para automatizar procesos de las líneas, tanto de montaje como de mecanizado. Esto permite el ahorro de costes y de espacio en la planta y, además, mejoran las condiciones de trabajo de los operarios".
"La vorágine de cambio continuo en el que estamos inmersos en esta industria. Lo que hiciste ayer ya es antiguo. La velocidad a la que se mueve todo en este campo es frenética y hay que estar al pie del cañón y trabajar duro diariamente para no perder el tren".
"La burocracia. Es necesaria para poder controlar y organizar una compañía tan grande, con esta dinámica. Pero, a su vez, limita la velocidad de los cambios y mejoras y pone barreras a la innovación y a las nuevas ideas".
"Se trata de una industria muy dinámica y cambiante, muy exigente y competitiva y, por ende, perfeccionista. Así, se producen continuas mejoras, por lo que es difícil predecir un futuro lejano. Es cierto que es inevitable pensar en coches autónomos, eléctricos e híbridos, diseñados y pensados para la experiencia del usuario y que mantengan un equilibrio entre diseño innovador, máxima utilidad, potencia, autonomía y compromiso con el medio ambiente".
"Trabajar como ingeniera en un equipo de competición, ya sea F1 o no, sería muy gratificante. La competición es el campo perfecto para la innovación extrema. Es un entorno de muchísima presión, exigencia y perfección, no hay espacio para errores ni excusas. Eso te hace sacar lo mejor de ti mismo, y te curte como persona y como profesional".
"Me llama mucho la atención el de los coches autónomos. Creo que esta tecnología, puede suponer un antes y un después y me gustaría ser parte de ese reto".
"Cuando pienso a 50 años vista, me imagino los vehículos por las calles propulsados de maneras diferentes. Desde coches eléctricos, solares y vehículos de hidrógeno, hasta autobuses propulsados por gas natural y camiones que funcionan con biodiésel. No creo que haya una alternativa energética concreta que se vaya imponer.
Pienso que tendría mucho más sentido ser coherentes con las necesidades de cada vehículo para así decidir cómo propulsarlo. No es lo mismo un coche pensado para compartir en el centro de la ciudad, que un vehículo pensado para hacer grandes trayectos. También tendría sentido que influyera la situación geográfica: seguramente en España sea mucho más factible hacer uso de la energía solar que en Inglaterra. Eso sí, siempre priorizaría que la obtención de estas alternativas energéticas sea de forma renovable".
"Sí. Contamos con la tecnología necesaria y, además, el paso hacia delante que se ha dado en estos últimos tiempos en el campo de la inteligencia emocional ha sido muy grande, algo vital para el desarrollo de este tipo de vehículos, ya que deja de ser necesario programarlos para todo tipo de decisiones y situaciones posibles. Pero, de la misma manera, un entorno donde existen seres humanos es muy difícilmente controlable. Por eso, mi sensación es que aún quedan unos cuantos años para que estos puedan ser totalmente seguros".
"Igualaría la competición. Igualar tecnologías y vehículos no tendría sentido en esta disciplina, ya que se dejaría de invertir las grandes cantidades en desarrollo e innovación y, por lo tanto, en muchos casos sería contraproducente. Seguramente, una opción sería cambiar algunas reglas o parte del formato de las tandas de competición, consiguiendo que se premiara más al piloto y la estrategia del equipo".
"La gente sigue marcas, equipos y pilotos. En definitiva, el show. Por muy vistosa y competitiva que consigan hacerla, sólo se logrará un pequeño aumento de público. Se necesita invertir más en la imagen, en su retransmisión y en captar iconos de este deporte, grandes pilotos que puedan promocionar el campeonato".
Lo último | Lo más leído |
La tercera generación Tracer de superior cilindrada nos trae en 2021 una moto con el espíritu más viajero del catálogo Yamaha del futuro inmediato. En versión Tracer 9 o Yamaha Tracer 9 GT, no hay objetivo, por lejano que esté, que no quede a tu alcance con la conducción más divertida y tecnológica.
Este invierno 2020-2021 ha sido especialmente duro. Esas semanas que vivimos bajo la influencia de...
La marca perteneciente al grupo Loncin apuesta fuerte por la electromovilidad con un modelo que...
Si deseas tasar tu coche para venderlo, achatarrarlo para beneficiarte de ayudas oficiales o sencillamente sientes curiosidad sobre cuál es su valor real en el mercado, nosotros te ayudamos.