El prototipo fue presentado en el Salón de Detroit de 1993

25 aniversario del Boxster/718 Boxster: el último mito de la marca

Enrique Espinós
Enrique Espinós

Este roadster de motor central, que se puso a la venta en 1996, aunó en su nombre las palabras 'boxer', características de motores de cilindros opuestos de Porsche; y 'roadster'.  ¿El resultado? Un auténtico éxito de ventas que permitió el resurgir ecónomico de la marca.


El próximo enero, Porsche celebrará el 25 aniversario de un modelo que ha resultado icónico para todos los aficionados del motor pero que, además, cambió radicalmente la historia de la marca. Hay que recordar que, a comienzos de los años 90, Porsche no estaba en su mejor situación. Las ventas eran bajas (rondaban las 15.000 unidades anuales) y desde la marca consideraron que era necesario lanzar un modelo que ampliara el potencial de usuarios y que, a la vez, supusiera una inversión relativamente ajustada, dada las cuentas de la empresa.

Y la inspiración llegó en el mercado de los descapotables, un segmento en el que Porsche contaba con una amplia tradición (quién no recuerda modelos como el 356, el 550 Spyder o el 914). Además, el modelo debía estar orientado al mercado de los EE.UU., hacía donde, en aquel entonces, Porsche exportaba el 60% de su producción. Así, desde la cúpula de la empresa dieron total libertad al diseñador Grant Larson (que hoy día aún sigue en Porsche, como director de los proyectos especiales de la marca), quien planteó un espectacular prototipo de motor central y con recursos estilísticos tan particulares como un sistema de escape con salida central (hoy día, un detalle típico en los Boxster).

prototipo

El proyecto estuvo listo en 1993 y fue presentado en el Salón de Detroit, en un claro guiño al mercado norteamericano. El resultado no pudo ser mejor y el coche levantó tal expectación que se decidió su inmediato paso a producción. Es más, tal y como recuerda el propio Larson, «poco después de Detroit» desde la cúpula de la empresa les dieron una consigna, que «por favor», hicieran el coche de serie lo más cercano posible al prototipo.

El primer Boxster: el 986

Tan sólo tres años después, en 1996, el primer Boxster de producción se presentó en el Salón de Ginebra. Conocido con el código interno 986, era un biplaza descapotable de motor central trasero de seis cilindros bóxer, 2,5 litros y 204 CV de potencia. Además, y en un afán de ahorro de costes, compartía bastantes piezas con el Porsche 911 996: el capó, los faros y las aletas delanteras… e incluso las puertas. Además, en 1999 llegaría la versión S, con motor de 3.2 L y 252 CV y el Boxster aumentaría su cilindrada hasta los 2,7 L, aumentando su potencia hasta los 220 CV.

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En 2002, el Boxster 986 sufriría un ligero restyling, con el que, de nuevo, sus motores ofrecían mayor potencia. Así, el Boxster original alcanzaba ya los 228 CV y la versión S, los 260 CV. En 2004, el canto de cisne de esta generación del Boxster fue la edición especial Boxster S 550 Spyder, de solo 1953 unidades (conmemoraba el lanzamiento, en 1953, del citado 550 Spyder), 266 CV de potencia, suspensión rebajada y detalles estéticos específicos.

Boxster 987

Octubre de 2004 fue la fecha de lanzamiento de la segunda generación del Boxster, que estéticamente, mostraba como mayores novedades, unos nuevos faros delanteros o un nuevo diseño de la zaga; mientras que el interior se rediseñó por completo. En cuanto a motores, se ofreció en la versión Boxster (con 240 CV) y Boxster S (280 CV), que pudieron optar, opcionalmente, con la suspensión activa PASM, el pack SportChrono o los frenos carbonocerámicos PCCB.

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Justo tres años más tarde, en octubre de 2007, la gama recibiría mejoras mecánicas con las que el Boxster pasaría a ofrecer 245 CV y el Boxster S, 295 CV. Además, en 2008, llegaría el cambio automático de doble embrague PDK a la gama (hasta entonces, estaba disponible el Triptronic). Ya en 2009, el 987 aumentaría una vez su potencia: hasta los 255 el Boxster y los 310 CV la versión S.

La tercera generación: el Boxster 981

El 981, lanzado en 2012, supuso un gran paso adelante para el Boxster. Con un nueva carrocería y un chasis revisado, era más ligero, ofrecía mayor espacio interior y, entre otros cambios, contaba con una dirección eléctrica que sustituía a la anterior hidráulica. Además, Porsche anunciaba una gama de motores con hasta un 15% menos de consumo. Así, el Boxter ofrecía 265 CV y, el S, 315 CV. Además, a partir de 2014 se puso a la venta una versión aún más deportiva, el Boxster GTS, que entregaba 330 CV. En 2015 también se lanzó una versión especial Spyder, con 320 CV de potencia.

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El último de la saga (por ahora): el 718 Boxster 982

Pero el cambio más significativo de la saga llegaría en 2016, con la sustitución (debido a la necesidad de rebajar emisiones contaminantes) de los motores de seis cilindros por otros de cuatro cilindros y turboalimentados. Además, las gamas Boxster y Cayman se unificaron con la adición del apellido 718. Así, el 718 Boxster (así como la versión Boxster T, con acabado específico) ofrecía un bloque 2.0 T de 300 CV, mientras que el S recurría a un 2.5 T de 350 CV. A finales de 2017, de nuevo Porsche lanzó una versión GTS: sobre la base del S, aumentaba la potencia hasta los 366 CV.

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Pero, el año pasado Porsche dio un nuevo giro de tuerca y volvió a ofrecer motores atmosféricos en la gama 718 Boxster. Lo hizo en la versión Boxster GTS 4.0 (que sustituía al GTS de 2017), que equipa un bloque de seis cilindros de 4.0 L y 400 CV, mientras que la aún más exclusiva versión Spider extrae 420 CV de la misma mecánica. Está visto que el concepto del Boxster tiene cuerda, si Porsche quiere, para otros 25 años.

 

Porsche 718