Chrysler Crossfire 3.2 V6

En Chrysler se han dado cuenta de que los modelos americanos no tienen una buena aceptación en el mercado europeo. Respecto a los coches que se fabrican aquí, los modelos yankees suelen tener motores bastante más gastones, unos chasis demasiado enfocados a la comodidad, un peor acabado, prestaciones inferiores…Por eso, no es extraño que muchas marcas norteamericanas hayan decidido sustituir la tecnología propia por la europea … aunque conservando un típico diseño exterior made in USA.

Y así ha nacido, por ejemplo, el Crossfire: un coupé biplaza que cuenta con la base mecánica del SLK 320 de Mercedes -marca que adquirió Chrysler en 1998-, pero con un diseño y personalidad propias. No estamos ante un deportivo como tal, pero sí se trata de un modelo de muy buenas prestaciones y con el que se disfruta al volante. La impactante estética y su exclusividad son otras de sus virtudes… aunque se pagan caras. Así, el mencionado SLK con idéntico motor cuesta 1.870€ más que el Chrysler, y por unos 7.000€ menos hay un Nissan 350Z o un Mazda RX-8, dos modelos igual de atractivos visualmente, pero con mejores prestaciones y, sobre todo, más deportivos.

Por dentro

El interior del Crossfire, con espacio sólo para dos ocupantes, es bastante deportivo; un ejemplo de ello es la posición de conducción, bastante baja y con las piernas muy estiradas; tanto, que apenas se echa en falta el reglaje en altura del volante -sí lo tiene en profundidad- para conseguir una buena postura de conducción. Los asientos, calefactables, regulables eléctricamente y con tapicería de cuero -todo de serie- ofrecen suficiente sujeción -sobre todo lateral-, y cuentan con un mullido bastante cómodo.

Una vez acoplados, se observa que la instrumentación es clara pero muy justa -se echa en falta un ordenador de a bordo, que no se ofrece ni en opción- y que todos los mandos quedan al alcance de la mano. Sin embargo, al tocar ciertas zonas del salpicadero -como su parte inferior o la que hay junto al volante- encontramos el principal inconveniente del interior: la presencia de demasiados plásticos duros que desentonan en un modelo de casi 45.000€… Sí es destacable que cuente con dos generosas guanteras -una en el salpicadero y otra entre los respaldos de los dos asientos- y con redes en los paneles de las puertas y junto a la pierna izquierda del copiloto, así como una bolsa de cuero con dos ganchos en la mampara que separa los asientos del maletero. La insonorización es bastante buena, mientras que la visibilidad es como la de otros muchos coupés: correcta hacia adelante… pero muy mala hacia atrás. Por último, el sistema de climatización consta de un aire acondicionado bizona -Chrysler lo denomina climatizador semiautomático- que se muestra bastante eficaz. Por habitabilidad, el Crossfire destaca por ofrecer unas cotas suficientes para sus dos pasajeros.

El Crossfire tiene un maletero de 215 litros, una capacidad un tanto justa. Además, las formas son muy poco regulares y la boca de carga no es muy ancha y queda demasiado alta. Sin embargo, su principal problema es que el espacio de carga no tiene ninguna tapa o lona para cubrir el equipaje, con lo que éste queda a la vista… algo que los responsables de Chrysler España van a solucionar de una forma original: además de adaptar un cubreequipaje de forma gratuíta, regalarán a sus clientes un juego de maletas firmadas por Chrysler.

Cómo va
En marcha, el Crossfire es un coupé muy agradable de conducir, con un sonido bastante rácing -que en ningún caso llega a molestar- y un motor que destaca por su buen rendimiento, especialmente cuanto más sube de revoluciones. Sin embargo, cuando tratamos de rodar rápido con el Chrysler, enseguida nos demuestra que no es un deportivo puro. En esa situación, la suspensión se muestra algo blanda, lo que le resta agilidad al enlazar varias curvas muy seguidas, mientras que la dirección peca de estar demasiado asistida, lo que le resta algo de precisión en los giros.

Si la amortiguación hubiese sido un poco más rígida, no se habría perdido mucho en comodidad -que es excelente- y, a cambio, se hubiera ganado en efectividad. Por su parte,la caja de cambios manual de seis velocidades sí tiene un buen funcionamiento: cuenta con unos recorridos cortos y un tacto más bien duro, por lo que resulta bastante precisa. Además, las marchas están bien escalonadas, y sólo la sexta se muestra algo larga. En cuanto a los frenos, ofrecen un buen tacto y tienen una capacidad de deceleración suficiente, y el ABS, el ESP y el control de tracción son de serie.

Veredicto

Es un buen coupé, pero es caro y no tiene un carácter muy deportivo… Eso sí, estamos ante un modelo bastante exclusivo, pues será difícil que nos crucemos con otro igual.

Lo que otros no te cuentan
Llegarán más Crossfire… en 2005 Según Chrysler, el Crossfire 3.2 es el primer escalón de una atractiva gama. De hecho, es bastante probable que en un futuro cercano se comercialice una versión descapotable -que se presentará en el Salón de Detroit,en enero-, así como nuevas motorizaciones, como un 2.0 de 163 CV. A nuestro país no llegarían antes de 2005.
Su personal diseño no enmascara ciertas carencias del Crossfire El alerón posterior se eleva automáticamente a partir de 100 km/h y se repliega al bajar de 60 km/h. También se puede accionar desde un botón en la consola central. El Crossfire no puede equipar faros de xenón ni siquiera con sobrepecio; de hecho, la única opción es la pintura metalizada, que resulta muy cara: 685 euros. El escape central del Crossfire resulta muy atractivo tanto para la vista… como para el oido; su sonido cuando se acelera a fondo resulta muy estimulante. Los retrovisores laterales, de gran tamaño y separados de la carrocería, ofrecen buena visibilidad; por supuesto, cuentan con regulación eléctrica de serie.
Demasiada rueda Uno de los aspectos más destacables del Crossfire son sus neumáticos, con llantas de aleación de 18“ delante y 19 detrás. Es una medida exagerada -sobre todo la posterior- y, al ser de diferente tamaño, no hay rueda de repuesto -sólo un kit de reparación-. Eso sí, los neumáticos que lleva son los mejores del mercado: los Michelin Pilot Sport de última generación.
Un Mercedes SLK… camuflado El Chrysler Crossfire comparte chasis y motor con el Mercedes SLK 320. Así, y aunque estéticamente son muy distintos y sus medidas difieren bastante -el SLK mide 4,01 metros de largo, 1,71 de ancho y y 1,26 de alto frente a 4,05, 1,76 y 1,30 m, respectivamente, del Crossfire-, ambos mantienen la misma plataforma, con una batalla de 2,40 metros. La mecánica de los dos es un 3.2 V6 de 218 CV con un sistema de admisión de aire variable en función del régimen de giro, dos bujías por cilindro -como los Twin Spark de Alfa Romeo- y cinco válvulas por cilindro -tres de admisión y dos de escape-. Sin embargo, las prestaciones son diferentes: el SLK alcanza más velocidad punta -245 km/h por 242 del Crossfire-, pero tarda más en acelerar de 0 a 100 km/h -6,5 segundos por 6,9 del Chrysler- y su consumo es mayor -11,1 l/100 km frente a 10,4-.

Rivales

AUDI TT 1.8T 225 QUATTRO, EL MÁS EQUILIBRADO

Precio: 39.240 €
Potencia: 225 CV
Velocidad máxima: 243 km/h
Consumo: 9,3 l/100 km
Tamaño: 404 x 176 x 135 cm
Maletero: 270 litros
Es más deportivo que el Crossfire, posee un motor turbo de excelente rendimiento y cuenta con el aliciente de la tracción total.

NISSAN 350Z PACK, EL MÁS DEPORTIVO

Precio: 39.950 €
Potencia: 280 CV
Velocidad máxima: 250 km/h
Consumo: 11,4 l/100 km
Tamaño: 431 x 181 x 132 cm
Maletero: 325 litros
Este biplaza tiene un carácter mucho más deportivo, tanto por su dura suspensión como por su motor, mucho más potente.

MERCEDES SLK 320, EL MÁS ELITISTA

Precio: 46.800 €
Potencia: 218 CV
Velocidad máxima: 245 km/h
Consumo: 11,1 l/100 km
Tamaño: 401 x 195 x 126 cm
Maletero: 145 litros
Es el único con techo duro retráctil. Está mejor acabado que el Crosssfire y puede ir más equipado, pero es más veterano.

Ficha técnica y gama