Citroën Mehari
En 1967,Citroën veía cómo descendían las ventas del 2CV –lanzado en 1948-; por ello, lanzaron su sucesor: el Dyane 6, más potente y equipado. Sobre esta base, se construiría en 1968 el Mehari
Un vehículo de ocio
Es díficil encontrar una unidad «nacional», ya que sólo se fabricaron 13.284. Cuesta en torno a 3.500-5.000 –
Su nombre en árabe significa «dromedario de carreras»-que, al chasis y al motor del Dyane añadía una carrocería revolucionaria, fabricada en un plástico denominado ABS -Acrilonitrile Butadiene Stirene- que no tenía los problemas de oxidación y de pintura -el color se incorporaba al plástico durante su fabricación- y conseguía que el Mehari sólo pesara 570 kg.
En nuestro país, este Citroën se presentó en el Salón de Madrid de 1969, con un precio de 99.990 ptas.
Una única versión española durante 19 años
En 1969, el Mehari comenzó a montarse en Vigo -ya se fabricaba en Francia y Portugal-, donde se produciría hasta 1981; desde ese año hasta 1986 -entonces costaba 752.855 ptas– se importó de Portugal, donde se fabricarían las últimas unidades en 1987.
Aunque en Francia, el coche modificó su frontal en 1977 y, desde 1979, existió una versión 4×4; los Mehari «ibéricos» sólo se modificaron en 1978, para incorporar frenos de disco delanteros, carburador de doble cuerpo y un volante más pequeño.
Sin techo
Diseñado como un vehículo abierto, la única posibilidad de cerrar el Mehari era con una capota desmontable opcional de lona y con ventanillas.
Sin rivales
Era un coche único, al que de forma errónea, se le llegó a comparar con todo terrenos como el Land Rover.
Como clásico
Es díficil encontrar una unidad ‘nacional’, ya que sólo se fabricaron 13.284. Cuesta en torno a 3.500-5.000 euros.
Por dentro
El Mehari era extremadamente funcional: su salpicadero sólo contaba con velocímetro, indicador de gasolina, de carga de batería… y una guantera con cerradura. Los asientos delanteros, pese a su sencillez, resultaban muy confortables.
En opción, se podían adquirir una capota de lona y las butacas traseras auxiliares.
Así iba
A pesar de su poca potencia, el escaso peso del Mehari -570 kg– le permitía alcanzar los 103 km/h y acelerar de 0 a 1.000 metros en 46 seg. En marcha, destacaba por su estabilidad y su sofisticada suspensión, que digería todo tipo de irregularidades, incluso en campo. Su consumo era contenido: 6,6 l./100 km.
Conclusión
Pese a no ser ni un turismo al uso ni un todo terreno, el Mehari cumplía como un automóvil robusto y juvenil destinado principalmente al ocio, aunque también podía utilizarse como vehículo de trabajo.
Junto a esta versatilidad, su original construcción, la sencillez de su mantenimiento y una imagen simpática le han convertido en un verdadero clásico que, además, es relativamente asequible.
Compacto de referencia…
Lo bueno… La carrocería de plástico -de sólo cinco piezas- disimulaba roces y pequeños golpes y otorgaba al Mehari una gran ligereza, lo que le permitía desenvolverse bien en campo pese a ser un ‘tracción delantera’. Por ello, y por su capacidad de carga, era un vehículo versátil que caló entre el público por su sencillez y utilidad.
Y lo malo… Su habitáculo era muy rudimentario y ruidoso, y la calefacción no lograba contrarrestar la falta de techo -la capota opcional de lona, además, resultaba muy engorrosa de poner y quitar-. Se criticó el excesivo tamaño del volante y también su línea: la prensa no dudó en calificarle de «francamente feo».
|
FICHA TECNICA
|