Dodge Nitro (2007)
La plataforma monocasco de acero del Jeep Cherokee es la misma que se utiliza para este Dodge de cinco puertas, no así el esquema de suspensiones ni los motores.
Sus 458 centímetros de largo, 186 de ancho y 177 de alto parecen muchos más por las formas exageradamente cuadradas de la carrocería, cuyo coeficiente aerodinámico es, lógicamente, el peor de su categoría (Cx de 0,39). Eso sí, el Nitro consigue a cambio un aspecto imponente y, sobre todo, distinto.
En su brutal fisonomía llama la atención la escasa superficie acristalada y el enorme tamaño de sus ruedas, especialmente en las versiones de gasolina. Éstas montan unos gigantescos neumáticos 245/50 sobre llantas de… ¡20 pulgadas! En este apartado, poco tiene que envidiar a un Hummer.
Habitáculo 7 ptos.
Las cuadradas formas de la carrocería tienen la ventaja de que el habitáculo saca el máximo provecho de ellas; pocos modelos de 4,6 metros de largo ofrecen tanto espacio como el disponible en el Nitro, si bien la escasa superficie acristalada impide que los ocupantes lo perciban de una manera evidente.
El maletero también es grande, aunque la presencia de un práctico falso suelo desplazable le reduce la capacidad hasta los 369 litros.
Sí se ha acertado con los asientos: cómodos, de buena sujeción y cuya tapicería (Yes-Essentials) repele las manchas. Por contra, los plásticos empleados en el salpicadero son muy a la americana, esto es, rígidos y poco vistosos.
En cuanto al equipamiento, es razonable de serie y mejorable con las muchas opciones ofrecidas.
Motor 8 ptos.
Ninguno de los dos propulsores que puede montar el Nitro se queda escaso de potencia para mover un conjunto de casi dos toneladas. De hecho, ambos ofrecen buenas cifras de par, lo que permite que los adelantamientos se conviertan en un ejercicio agradable.
El que va a acaparar la mayoría de las ventas en España es el turbodiésel de cuatro cilindros, conocido como 2.8 CRD. Es el mismo que incorpora el Jeep Cherokee, aunque su potencia ha pasado de 163 CV a 177 en este Dodge. Sin embargo, los consumos se mantienen en torno a unos comedidos nueve litros cada 100 kilómetros.
También son razonables los poco más 11 litros de gasolina que necesita el 4.0 V6, del que también hay que alabar el bonito bramido que emite.
Transmisión 6 ptos.
Existen ciertas diferencias en este apartado entre la versión con motor de gasolina y la diésel. En la primera, sólo disponible con cambio automático, el reparto de potencia entre ejes es continuo (puede transferir hasta el 100% a uno de ellos si el otro pierde adherencia), aunque por defecto es una proporción del 48% al delantero y del 52% al trasero.
Sin embargo, en la CRD el conductor puede pasar de tracción trasera a total, o viceversa, girando una rueda existente junto al cambio y a cualquier velocidad. En este caso, el reparto de la tracción es simétrica (50% para cada eje). Con este motor, la caja de cambios puede ser manual de seis velocidades o automática de cinco, y también habrá versiones de sólo propulsión trasera. En ningún caso la transmisión cuenta con reductora.
Suspensiones 6 ptos.
El esquema que se utiliza es el habitual en los modelos de origen americano, con suspensión independiente en el tren delantero y un fornido eje rígido con barra Panhard detrás, ambos ayudados por sendas estabilizadoras.
La dirección cuenta con asistencia hidráculica y el equipo de frenos está muy bien resuelto: discos ventilados de 302 milímetros delante y discos macizos de 316 detrás, correctamente ayudados por el ABS y el ESP.
Por dentro y por fuera
Las formas cúbicas y la cintura alta hacen que la estética de este modelo se parezca a la de los Hummer, especialmente al H3. Sin embargo, el Nitro es un todocamino sin pretensiones TT.
El salpicadero se encuentra mucho más cerca del parabrisas de lo que es habitual. En él, contrasta el creativo diseño del cuadro de relojes con la simpleza del resto, al que se añaden unos materiales de poca calidad (típico americano) y unos acabados sólo correctos.
Como opción se ofrece un sistema de entretenimiento DVD para las plazas traseras.El mando situado junto a la palanca de cambios permite pasar de 4×2 a 4×4 en marcha.El conductor se encuentra en una posición bastante elevada (de dominio) y los tres pasajeros de atrás cómodos y con mucho espacio. La tapicería ofrecida de serie posee un tejido especial que repele las manchas.
El equipo opcional de audio incluye un sub-woofer que mejora la calidad del sonido.Incómodo. El depósito de combustible se cierra a mano y con llave.Pensado para caminos fáciles, el Nitro cuenta con unos bajos bastante desprotegidos. En la parte trasera se aloja la rueda de repuesto, de igual tamaño al resto.
La estampa lateral es imponente, con formas cuadradas y ruedas enormes.En el maletero se incluye de serie un suelo desplazable 46 centímetros hacia el exterior para facilitar la carga de bultos pesados. Es un recurso útil, pero que resta bastante capacidad final, de 369 litros.
El Nitro se ofrece en tres acabados.El 2.8 CRD deriva del utilizado en el Cherokee, aunque éste entrega 177 CV en lugar de 163.Las ruedas del Nitro pueden ser desde unas grandes 235/70 R16 hasta unas elefantiásicas 245/50 R20.
Cómo va
Según pudimos comprobar en esta primera toma de contacto por las carreteras y caminos de los alrededores de Sevilla, el Nitro es un vehículo pensado para circular por superficies asfaltadas o pistas en perfecto estado de conservación.
De las zonas tortuosas del campo es mejor olvidarse, ya que ni por tipo de transmisión y, mucho menos, por cotas puede hacer frente a ellas sin garantizar desperfectos en la carrocería.
El 2.8 CRD con cambio manual sorprende gratamente, ya que responde muy bien de 1.800 a 4.000 revoluciones por minuto y es capaz de estirarse hasta las 4.300. El V6 también transmite muy buenas sensaciones, aunque era algo más lógico de esperar dada su cilindrada y potencia final.
Del comportamiento convence desde el primer instante la eficacia de los frenos, pero no tanto la de la dirección, con casi tres vueltas y media de volante entre topes, lo que obliga a efectuar pequeñas correcciones en tramos revirados.
Sobre superficies en buen estado, el conjunto se apoya bien y sin apenas balanceo (lleva de serie el sistema ERM, que mitiga las inclinaciones), pero cuando está deteriorado mínimamente se hacen evidentes las carencias del eje rígido: el Nitro se vuelve un coche saltarín de atrás y, por ende, incómodo para los pasajeros.
A este comportamiento, que raya el sobresaliente sobre superficies en perfecto estado y de cinco raspado en vías descuidadas, contribuyen, y mucho, los enormes neumáticos que se montan de serie, especialmente los 245/50 R20 del acabado R/T.
Ficha Técnica Dodge Nitro (2007)
Consumo
Prestaciones
Valoración
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Equipamiento, Seguridad y Funcional
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Los rivales
Chevrolet Captiva
Tanto este modelo como su primo-hermano Opel Antara cuentan con la ventaja de poder ofrece siete plazas. Sin embargo, no son especialmente brillantes con su motor turbodiésel, al que se le nota escasez de empuje a bajas revoluciones.
Motor: 1.991 a 3.195 cm3 Potencia: de 150 a 230 CV. Par: de 297 a 320 Nm Reductora: No Velocidad máxima: 170 a 180 km/h Precio: De 30.450 a 36.200 euros.
Land Rover Freelander
Es el todocamino más eficaz, y con diferencia, cuando incorpora el Terrain Response, aunque entonces es también bastante más caro. Como el Nitro, su versión turbodiésel ofrece un muy buen rendimiento y su habitáculo no puede acoger a siete ocupantes.
Motor: de 2.179 a 3.192 cm3 Potencia: de 160 a 233 CV Par: de 317 a 400 Nm Reductora: No Velocidad máxima: 181 a 200 km/h Precio: De 32.700 a 48.500 euros.
Mitsubishi Outlander
Gracias a sus dimensiones exteriores, superiores a las del Nitro, ofrece un habitáculo amplio capaz de albergar a siete personas. Se muestra eficaz en campo y carretera, aunque su motor adolece de cierta falta de fuerza a bajas revoluciones, como le sucede al Antara.
Motor: de 1.968 cm3 Potencia: 140 CV a 4.000 rpm Par: 310 Nm a 1.750 rpm Reductora: No Velocidad máxima: 187 km/h Precio: De 28.950 a 35.500 euros.
Por fuera
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