No te creerás la solución de un pueblo de Francia para reducir la velocidad de los coches. Y no son radares

El pueblo francés de Beuné, situado a varios kilómetros de Burdeos, llevaba sufriendo los excesos de velocidad mucho tiempo; y es que en esta localidad confluyen varias carreteras en un cruzo que ha resultado ser muy peligroso para sus vecinos. Para atajar el problema de raíz, su alcalde, Jean Charles Prono, ha decidido llenar sus carreteras de líneas para evitar los excesos de velocidad los vehículos que transitan por sus carreteras. “Conducen rápido y es difícil conseguir que reduzcan la velocidad y que las señales de tráfico funcionen”, indicó el alcalde.
Según diferentes medios galos, esta medida se implementó desde el pasado mes de julio y, tal y como puedes ver en las imágenes publicadas en la cuenta de Facebook Alerte Info Trafic 49, el ‘caos’ visual de estas líneas impide una correcta lectura del firme y obliga a los conductores a reducir la velocidad. En el pueblo pensaron en otras medidas antes de adoptar la de las líneas. Sin embargo, no se decantaron por las bandas sonoras porque son ruidosas y pueden molestar a los vecinos.
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Además, esta medida para reducir la velocidad es totalmente reversible, ya que se puede volver a pintar el asfalto para dejarlo como nuevo. Y lo cierto es que no va contra las normas e incluso ha sido avalado por algunos organismos reguladores del tráfico.

Una medida para reducir la velocidad ya utilizada en otros países, entre ellos España
Además de Francia, otros países como Estados Unidos y España ya han empleado esta técnica para reducir la velocidad. En el primero, las intersecciones se ha llenado de líneas para evitar atropellos al no haber semáforo. Por otro lado, en nuestro país tenemos carreteras con los apodados ‘dientes de dragón’. Se trata de unas líneas que zigzaguean, así como unos triángulos en los extremos del carril que ha sido colocados para hacer aminorar la velocidad.

Estas líneas se están colocando a la entrada de los pueblos o en zonas como colegios. El objetivo es hacer parecer a la calzada más pequeña de lo que realmente es, lo que provoca inconscientemente que reduzcamos la velocidad. En cualquier caso, la localidad francesa ha indicado que esta medida es puntual. Primero, porque sólo la pueden aplicar aquellas vías de un único sentido y segundo, porque esta técnica está desorientando a las personas de mayor de edad residentes en el pueblo.