Tienes un catarro o sufres de alergia primaveral, por lo que tomas un medicamento. De primeras es un acto normal en nuestra vida, pero si tras ingerir un medicamento cogemos el coche, debemos tener en cuenta que éstos pueden afectar a nuestra capacidad para conducir. Nos pueden dar sueño, aturdirnos o sufrir espasmos musculares. Y muchos más medicamentos de los que nos podemos imaginar pueden alterarnos. En concreto, según el Consejo General de Colegios Farmacéuticos BOT PLUS, el 33,9% de los medicamentos, es decir, 6.156, pueden generar interacciones con la conducción.
Datos de la DGT también recogen que los accidentes de tráfico constituyen la quinta causa de muerte más frecuente en nuestro país y, en torno a un 5%, están relacionados con alguna medicación. Sobre todo porque muchos conductores adquieren medicamentos sin receta y desconocen sus posibles efectos. Por eso resulta fundamental leer el prospecto y si incluyen un pictograma de un triángulo equilátero rojo con un coche negro en el interior sobre fondo blanco, ésto significará una alerta.
Ante esto, y sabiendo que un mismo medicamento puede no afectar a una persona y sí a otra, o de diferente manera, anota los que mayor efecto tendrán en tu capacidad para conducir. Empiezan por los hipnóticos, es decir, los usados para tratar trastornos de sueño como el insomnio. En este caso, por ejemplo, se trata de medicamentos con melatonina, lorazepam, doxilamina o zolpidem.
También los ansiolíticos usados para tratar la ansiedad como las benzodiazepinas como bromazepam o diazepam, ó antidepresivos como amitriptilina o fluoxetina y similares. Incluso fármacos usados para tratar una simple gripe o catarros, analgésicos como los opioides y analgésicos o antihistamínicos usados, por ejemplo, frente a las alergias primaverales. De igual modo, cabe evitar fármacos usados para tratar el párkinson o utilizados frente a trastornos psicóticos como el trastorno bipolar o la esquizofrenia.
Medicamentos como todos los mencionados anteriormente pueden darte sueño y reducir tus reflejos, lo que aumentaría el tiempo de reacción. También podrás notar falta de coordinación, sensación de inestabilidad, visión borrosa, confusión, vértigo o no percibir correctamente las distancias con otros vehículos, señales o incluso peatones. Efectos que pueden provocar un accidente de tráfico y poner en peligro tu vida y de la de los demás que circulan por la carretera.
Otros conductores también pueden sentir hiperactividad y alteraciones musculares de carácter agudo como espasmos, calambres… Por lo tanto, y para controlar los posibles efectos que puedas sufrir a la hora de coger el coche, es mejor evitarlo a toda costa.
Sobre todo porque muchos de ellos también pueden hacerte dar un falso positivo en un control de alcohol y drogas. En primer lugar, muchos medicamentos incluyen alcohol en su composición, y otros presentan una estructura parecida a la de estas sustancias. Así que mucho cuidado porque dar positivo en uno de estos controles podrían conllevar una multa de 1.000 euros y la retirada de 6 puntos en el carné de conducir. Aunque tras una prueba psicotécnica, seguramente todo quede en un susto.