Ruta por el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel con el Seat Ibiza TGI

«Ves allí, amigo Sancho, donde se descubren treinta, o pocos más, desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla…»
La verdad es que, desde la lejanía, los molinos de Consuegra bien podrían parecer gigantescos guerreros, tocados con puntiagudos yelmos de hierro, al acecho del castillo que se yergue en lo alto del mismo cerro. Un lugar estratégico, disputado durante siglos por carpetanos, romanos, moros y cristianos, a cuyos pies se encuentra la «antiquíssima villa» que hoy constituye el punto de partida para nuestra aventura por el mismo escenario que surcó el ingenioso hidalgo Don Quijote.
Pero antes vale la pena recrearse en el paisaje desde la torre más alta de la fortaleza, pues la perspectiva es fantástica para poner en escala la enorme dimensión del terreno que se presenta ante nuestros ojos.
Un oasis en La Mancha
Al norte, la gran planicie manchega lo abarca todo y no existe relieve en el horizonte que altere esa inmensidad, mientras al sur y al oeste se extiende el abrazo protector de los Montes de Toledo, de cuyas onduladas sierras nacen ríos y regatos que suman su caudal para alimentar el hoy delicado Acuífero 23. Esta reserva de aguas subterráneas y superficiales, que abarca una gran extensión de las provincias de Ciudad Real, Albacete y Cuenca, es la clave para la existencia de humedales como el de las Tablas de Daimiel, clave y base de nuestra ruta de exploración.
Dispuestos a descubrir los secretos de La Mancha, espoleamos los 90 CV de nuestro particular «Rocinante» con rumbo oeste. Una sucesión de largas rectas rodeadas de cultivos nos llevan a las puertas de Urda, donde nuestro camino se quiebra hacia el sur por la TO-3268, en busca de un collado y una carretera sinuosa que desciende en medio de un bosque de encinas y abedules. El exigente trazado invita a disfrutar de la conducción del rojo Ibiza, sin embargo, aunque el deportivo afinado del chasis proporciona el apoyo necesario para enlazar curvas con agradable precisión y nobleza, aquí preferimos mantener un ritmo suave. Vale la pena recrearse y disfrutar de este entorno casi mágico, rodeados ciervos y corzos que pastan tranquilos en la dehesa, a pocos metros de la carretera hacia Villarrubia de los Ojos.
Al llegar a esta localidad, nuestro olfato nos guía hasta un establecimiento donde se puede catar quizá uno de los mejores quesos de La Mancha: la quesería tradicional Villasierra.
El nombre de Villarubia de los Ojos alude a la cercana surgencia del Guadiana, históricamente considerada la fuente del río. En realidad, las aguas del Guadiana Viejo, o Guadiana Alto nacen cerca de las lagunas Navalcudia, más allá de las de Ruidera, pero se filtran en la tierra a la altura de Argamasilla de Alba para realizar un largo viaje subterráneo antes de volver a mostrarse en este punto. Aunque el espectáculo de las aguas brotando de la tierra permanece inactivo desde hace años.
Villarrubia se encuentra a los pies de un otero accesible por una estrecha carretera hasta su cumbre. Allí, en el llamado Balcón de La Mancha, se encuentra la ermita de San Cristóbal, desde cuyo mirador pueden otearse, ahora más cerca, los montes de Toledo, la gran llanura manchega ¡y las Tablas de Daimiel!
La ruta hacia al humedal discurre primero entre olivos y después a la vera misma del Guadiana, donde aún se mantienen en pie las últimas piedras de antiguos molinos de río, vestigios de una antigua y próspera actividad rural.
Por el Campo de Calatrava
Una visita tranquila al Parque Nacional es obligada antes de continuar nuestro recorrido hacia el sur, con parada en Bolaños de Calatrava para explorar los entresijos del castillo de Doña Berenguela y también los de la bodega de Amancio Menchero, quien mantiene la herencia de su abuelo produciendo un vino estupendo.
Otro alto obligado en el camino es la cercana y monumental villa de Almagro, antigua capital de la provincia de La Mancha y del Campo de Calatrava en los tiempos en que esa orden de monjes militares tenía encomendada la labor de proteger la meseta sur de los ataques de los moros.
Uno de los puntos más emblemáticos de Almagro, si no el que más, es el Corral de Comedias. Con casi cuatrocientos años de existencia, el equivalente español al londinense teatro The Globe (en el que actuó el propio Shakespeare) es un singular superviviente, único en el mundo, de los espacios utilizados para las representaciones escénicas en la España de los siglos XVI y XVII.
Desde la capital de las famosas berenjenas encurtidas, el camino hacia Calzada de Calatrava nos lleva por el volcán del Cerro Gordo, un lugar interesante geológicamente en el que descubrimos cómo modelaron este territorio las sucesivas erupciones que aquí se sucedieron hace miles de años.
La siguiente parada atractiva es el interesantísimo yacimiento arqueológico de Oreto y Zuqueca, en las cercanías de Granátula de Calatrava. Nada más pasar el puente romano sobre el embalse de la Vega del Jabalón, podemos coger un camino de tierra que, tres kilómetros después y siguiendo el curso del río, nos lleva a las ruinas de la antigua ciudad que fue capital de la Oretania ibera.
Desde aquí ya andamos metidos de lleno en el corazón de los dominios de la Orden de Calatrava, y procede, cómo no, una visita al recinto de Calatrava la Nueva. Este espectacular castillo-convento del siglo XIII está construido sobre un cerro de gran altura que permitía a los caballeros de la orden controlar una de las vías naturales más importantes que unían la meseta castellana con el valle del Guadalquivir.
Desde Calzada de Calatrava, la razón nos aconseja tomar rumbo este la carretera CM-4111 por un precioso tramo que sigue el curso del río Fresneda o Jorge –se llama así– por un paisaje manchego nada convencional, saturado de agua y vegetación, que además tiene el honor de estar dentro de un área de recuperación del amenazado lince ibérico, por lo que debemos extremar la precaución.
Pero nuestro afán de aventura nos invita a explorar una vía alternativa que pondrá a prueba la elasticidad del motor de nuestro Ibiza escalando la ladera norte de Sierra Morena por la CR-P-5041 hasta Huertezuelas. Desde aquí, seguiremos la sinuosa y entretenida CR-5043 hasta la noble villa del Viso del Marqués, a tiro de piedra del Parque Natural de Despeñaperros, en un recorrido que se eleva sobre la inmensidad de La Mancha.
Es el Viso del Marqués otra joya del Campo de Calatrava de cuya relación con la nobleza existen noticias desde el siglo XII. Su mayor tesoro, el actual Archivo General de la Marina, se encuentra en el palacio renacentista que fue residencia de Álvaro de Bazán. Don Álvaro –entre muchos títulos Marqués del Viso, Grande de España, Capitán General de la Mar Oceana y miembro del Consejo de su Majestad Felipe II– fue un hombre de acción. Ideólogo y constructor de la «Grande y Felicísima Armada» –llamada «Invencible» por los ingleses–, que no pudo capitanear debido a su repentino óbito en vísperas de zarpar, fue célebre, además, por el empleo, por primera vez en la historia, de tropas de infantería de marina en operaciones anfibias: lo que hoy se conoce como marines.
No hemos hecho más que empezar
Podría decirse que nuestra ruta termina aquí, pero en realidad no ha hecho más que comenzar. De hecho, a partir de este momento, se nos presenta la oportunidad de explorar multitud de lugares interesantes en un trazado que discurre por dehesas repletas de encinas, olivares infinitos y densos viñedos que parecen respetarse y cuidarse mutuamente, en armónica simbiosis.
El Ibiza TGI también parece querer compenetrarse con el paisaje natural aportando unas emisiones mínimas y un consumo igualmente parco. Comprobamos que, tras cerca de 300 km desde el último repostaje, llenando ambos depósitos (el de GNC por apenas 14 €) aún queda parte del gas y el total de los 40 litros de gasolina. Lo cual significa una autonomía restante cercana a los 700 km. De sobra para descubrir tranquilamente muchos otros lugares, como Santa Cruz de Mudela y su singular plaza de toros cuadrada; Villanueva de los Infantes, con su precioso casco histórico y sus campos plagados de yacimientos arqueológicos; Tomelloso y sus curiosos bombos de piedra, uno de los cuales es sede del Museo del Carro y Aperos de Labranza; los innumerables castillos calatravos, Puertollano y su Museo de la minería, Valdepeñas y sus bodegas…
Tomándonos nuestro tiempo para disfrutar también de la deliciosa y contundente gastronomía manchega y de hospedajes entre los que no faltan las tradicionales ventas. Realmente, en La Mancha, todo invita a hacer que el viaje se alargue lo máximo posible.
Seat Ibiza TGI FR14.900 € ► Gasolina/GNC ► 90 CV ► Cambio man. 5 vel. El Ibiza TGI se diferencia de su hermano TSI en que, además de un depósito de gasolina, tiene incorporado otro de gas natural comprimido (GNC). El propulsor es prácticamente idéntico, con ligeras modificaciones para asegurar su correcto funcionamiento con el combustible alternativo. El coste de utilización, con un consumo homologado de 3,3 kg de gas por cada 100 km viene a ser de solo 3,22 €. También suman a su favor las contenidas emisiones de CO2: 88 g por km. Además, por el hecho de emplear GNC, este Ibiza obtiene la etiqueta ECO de la DGT, beneficiándose de un sinfín de ventajas en las grandes ciudades. En alguna, como Madrid, puede circular libremente durante los episodios de restricciones por alta contaminación o aparcar en las zonas de estacionamiento regulado con descuentos del 50 %. Aun con la incorporación del depósito de gas en el maletero, las formas regulares del espacio de carga, favorecen una capacidad más que aceptable. El motor tricilíndrico tiene un funcionamiento muy correcto, de rendimiento similar con ambos combustibles. La entrega de par (160 Nm) es suave en la parte baja del cuentarrevoluciones para dar lo mejor de sí entre 1.900 y 3.500 rpm. El chasis, con el acabado FR, dispone de un ajuste firme de la suspensión, lo que se traduce en un comportamiento deportivo, ágil y preciso. |
Mapa de la ruta Seat por el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel
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Distancia: 250 km
Con un recorrido lineal desde la provincia de Toledo hasta la frontera con Andalucía, la ruta, a menudo flanqueada por dehesas, olivares y viñedos, combina estrechas y reviradas carreteras de montaña con largas rectas en llano. Un trayecto que invita a disfrutar del paisaje y la conducción, atentos, eso sí, al eventual cruce de fauna salvaje.
Ruta Seat por el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel