Las conclusiones proceden del VII Estudio RACC-Jané, para el que el club de automovilistas y los especialistas en sistemas de retención infantiles han investigado conjuntamente. Se trata de un estudio observacional: Sus responsables se desplazaron a zonas de ocio, colegios y hospitales para comprobar en persona qué costumbres tenían los usuarios, y si suponían una mala práctica en materia de seguridad infantil. A continuación, escogieron los cuatro casos más frecuentes y los simularon mediante crash tests, para registrar los daños que se producían.
El resultado es que se han detectado errores en un 36 % de las observaciones. Respecto al total de usuarios observados, en un 13,7 % de los casos el error consistió en llevar el arnés holgado, seguido por el mal guiado de los cinturones, cometido por un 6,9 %; los casos en los que lo que se lleva holgado es el cinturón suponen un 3,9 % del total entre los usuarios de sistemas de retención, mientras que usar uno de bajo brazo es el fallo del 3,8 %. El tipo de sillita con el que se da una mayor cantidad de malos usos es el Grupo 0+ -sillita con arnés, de 0 a 13 kg-: Un 43,6 % de instalaciones con errores. Un 42,3% llevaba al menor detrás del asiento del conductor, un 51,3 % lo llevaba detrás del pasajero y un 6,4 % en posición central.
El RACC y Jané recomiendan probar el sistema de retención antes de comprarlo: Sólo un 23 % de los que hacen la prueba cometen errores a la hora de que los menores a su cargo lo usen, cifra que se eleva hasta un 36 % cuando se adquieren sin haberlos evaluado adecuadamente. Lamentablemente, sólo un 18 % de los encuestados afirmó haber probado la sillita antes de instalarla definitivamente en su coche. Antes de cada trayecto, siempre hay que revisar si está instalada correctamente y ajustarla de nuevo al niño. El informe recuerda que los criterios a tener en cuenta a la hora de elegir sillita son el peso y la talla, no la edad; también recomienda a los padres que conciencien a sus hijos de la importancia del sistema de retención para que colaboren al instalarse en él. Además, estos sistemas deben revisarse con cierta frecuencia.
Finalmente, la simulación de accidentes mediante los crash tests mostró cómo llevar los cinturones mal guiados puede provocar lesiones graves de cabeza en el grupo 0+ -sistemas para niños de 0 a 13 kg-; lo mismo sucedería en caso de accidente con un arnés holgado en una sillita del grupo I -de 9 a 18 kg-, y con un cinturón holgado en el grupo II -de 15 a 36 kg-. A las lesiones de cabeza se suman las de torso en los sistemas de tipo III -también para menores de 15 a 36 kg-: Este error producirá lesiones exclusivamente en el torso.
El RACC y Jané recomiendan el sistema ISOFIX por haber sido aquel con el que se han encontrado menos errores; es el más fácil de instalar.