Así es el Subaru Forester 2.0i Hybrid Serie Especial 25 Aniversario

Si estás pensando en comprarte un Subaru Forester, debes saber que la firma japonesa acaba de presentar el Forester Edición Limitada 25 Aniversario. Se trata de una serie especial limitada a 100 unidades que incluyen un amplísimo equipamiento valorado en 12.000 euros sobre la versión de acceso. Este acabado tiene un precio 42.050 euros, lo que supone un sobre precio de 5.150 euros sobre el Sport Plus, la versión más asequible.

Este Forester Serie Limitada 25 Aniversario lleva de serie cosas como control de velocidad adaptativo, techo solar, asientos calefactados, faros led adaptativos, navegador… y, además, detalles en naranja en los paragolpes o en las barras del techo, además de en el interior. No hay ninguna opción disponible. De hecho, sólo se vende en tres colores, todos metalizados, y el precio ya va incluido de serie. Lo hay azul, gris claro y gris oscuro, siempre con los detalles ya citados en naranja.
En cuanto al resto de la gama Forester, todas las versiones que se comercializan llevan el mismo motor 2.0i híbrido de 150 CV, con cambio automático y tracción total. Todos tienen etiqueta Eco de la DGT. Además de esta serie limitada, hay otros tres acabados disponibles: Sport Plus (36.900 euros), Executive (39.400 euros) y Executive Plus (41.400 euros).
Por lo demás, el Forester sigue siendo un modelo de 4,64 metros de largo que, por sus aptitudes por campo, se sitúa un paso por encima del resto de SUV del mercado. Es, por decirlo de alguna forma, como un modelo más indicado para circular por caminos gracias a su eficaz sistema de tracción total y a sus buenas cotas de carrocería para superar obstáculos.
Cómo es por dentro el Subaru Forester
El aspecto más destacable del interior del Subaru Forester es su espacio. Es un modelo con unas plazas traseras muy amplias, sobre todo por el espacio para las piernas y la cota de altura disponible. Además, el hueco de las puertas es muy amplio, un detalle que facilita el acceso de personas con poca agilidad y que también ayuda a la hora de introducir en su sillita a niños pequeños. Tiene un maletero de 509 litros que, sin ser más grande que el de algunos de sus rivales (incluso un Seat Ateca, 28 cm más corto, ofrece 510 litros), sí es una capacidad bastante buena. Abatiendo los asientos, el espacio de carga asciende hasta los 1.779 litros. Este acabado incluye de serie portón del maletero eléctrico.

En cuanto al puesto de conducción, la postura al volante es cómoda y más bien elevada. No es difícil encontrar la postura ideal. Sí es un poco más complicado acostumbrarse a la ubicación de los mandos, pues hay bastantes botones (algo que cada vez agradecemos más) pero un tanto desperdigados. Por ejemplo, para desconectar gran parte de los sistemas de ayuda a la conducción (algo que, debido a la extrema sensibilidad de estos sistemas, para algunos conductores será un detalle importante) obliga a desconectar tres botones que hay a la izquierda del volante, un cuarto ubicado en el propio volante y dos más ubicados en el techo, junto a la luz de lectura de mapas.
Por lo demás, que haya tantos botones resta funciones a la pantalla central, y eso es siempre una buena noticia. Gracias a ello, las funciones de la pantalla quedan reducidas a cosas secundarias, por lo que su capacidad para distraernos es baja. Hay una instrumentación digital con un ordenador de a bordo central que se completa con otra pequeña pantalla ubicada en la parte superior de la consola central.
Por acabados, el Subaru Forester sigue los parámetros clásicos de muchas marcas japonesas: plásticos duros, pero buenos ajustes, algo que se traduce en una apariencia quizá más sencilla que la de otros modelos europeos pero que, en la práctica, no supone mayor problema, pues tampoco se aprecian ruidos en marcha. Hay detalles demasiado espartanos, como el acabado de la guantera o la propia iluminación interior, pero es algo relativamente habitual en los modelos orientales. Y, en realidad, tampoco suponen mayor problema.
Cómo va el Subaru Forester
Como decíamos más arriba, el Subaru Forester es un SUV que, pro sus aptitudes camperas, está por encima de otros SUV. Es un coche muy indicado para viajar por pistas de tierra o carreteras habitualmente resbaladizas, pues su capacidad de tracción es muy buena. El hecho de ser más campero no significa que en carretera se defienda mal. Es más, se trata de un coche particularmente cómodo, agradable y sencillo de conducir en cualquier tipo de vía, incluso en ciudad, donde su única pega puede ser el hecho de contar con un tamaño que ya comienza a resultar un tanto considerable a la hora de callejear. En autopista es donde mejor se defiende. En carreteras de curvas, no tiene la agilidad de un Seat Ateca o un VW Tiguan, pero tampoco pretende ofrecerla. Es un coche que, por comportamiento, tiene un planteamiento muy familiar, con unas reacciones sanas y predecibles, sin más.
En cuanto a la mecánica, este Forester lleva un motor 2.0 atmosférico de gasolina con cuatro cilindros opuestos y 150 CV. Tiene un pequeño motor eléctrico de 17 CV y una batería de 0,57 kWh cuyo objetivo principal no es mover al coche por sí sólo (aunque puede hacerlo durante un par de kilómetros en el mejor de los casos y a baja velocidad), sino ayudar al motor principal para consumir menos carburante.
Eso de consumir poco no lo consigue si lo comparamos con otros híbridos similares, como los de Toyota o Subaru /Hyundai, pues el consumo medio de este Subaru es de 8,1 L/100 km y, en la práctica, lo habitual es moverse en torno a 9 L/100 km. ¿El motivo? En parte, que la mecánica no es quizá tan eficiente pero, sobre todo, el hecho de tener tracción total permanente y un cambio de variador continuo que, aunque muy cómodo, no ayuda a consumir poco, precisamente. En cualquier caso, y como decíamos más arriba, este Forester tiene etiqueta Eco de la DGT gracias a su condición de vehículo híbrido. Por prestaciones tampoco es un coche especialmente rápido, pues declara una aceleración de 0 a 100 km/h en 11,8 segundos. Esto se debe, por un lado, a la condición de motor atmosférico del coche; por otro, al propio cambio de marchas; y, por último, a un peso de 1.733 kilos que, indudablemente, también termina afectando negativamente al consumo.