Estamos acostumbrados a sustituir los neumáticos de nuestro coche cuando su desgaste ya ha alcanzado los testigos de desgaste que incluyen en sus canales más grandes. Sin embargo, hay varias situaciones en las que es recomendable sustituirlos, aunque no estén aún desgastados. Veamos cuáles son esos supuestos.
1.- Edad: Hay quien dice que los neumáticos se degradan con el tiempo, incluso si no se usan. De hecho, hasta hay quien recomienda cambiar los neumáticos después de seis años de uso, aunque todavía tengan un buen dibujo. ¿Es necesario? En principio, no. Depende mucho de si esos neumáticos han estado circulando de forma habitual o si han estado almacenados o instalados en un coche que no se ha movido durante demasiado tiempo. En estos casos, es muy recomendable revisarlos y, probablemente, haya que sustituirlos. Pero, por el ‘artículo 33’, no hará falta cambiar los neumáticos aunque cumplan seis años si no hay otros problemas.
2.- Daños: Si un neumático está dañado, como un corte profundo, una deformación o una protuberancia, debe cambiarse de inmediato. Los daños pueden debilitar la estructura del neumático y provocar reventones, vibraciones y hasta problemas de agarre. Este tipo de daños se suelen producir por roces contra bordillos, golpes en baches o asfalto roto o conducción muy agresiva.
3.- Desgaste irregular: Si un neumático se desgasta de manera irregular, puede indicar un problema con el vehículo, como una alineación incorrecta. El problema es que, una vez que ese desgaste ya es pronunciado, habrá que sustituir el neumático y hacer un correspondiente paralelo en un taller para evitar que el nuevo neumático se desgaste de forma irregular también.
4.- Pérdidas de presión: Si ves que un neumático sufre pérdidas de presión de manera habitual, hay que revisarlo. Puede ser un defecto en la válvula y la solución entonces es barata, pero también puede haber algún daño en la llanta o en los labios del neumático que se asientan sobre la propia llanta. Conviene descubrir el origen para evitar posibles reventones.
5.- Pinchazos: Depende del pinchazo, Si es un pinchazo típico de un calvo en medio de la banda de rodadura, lo normal es que se pueda reparar y el neumático pueda continuar sin mayor problema. Ahora bien, hay pinchazos que no se debe arreglar por seguridad, como los producidos en los laterales de la banda de rodadura ya tocando los flancos, o aquellos que hayan provocado algún daño importante en el neumático. Si nuestro coche lleva neumáticos run flat, es más que probable que tampoco tengan reparación en caso de que hayamos recorrido más de 100 kilómetros in presión.