¿Cómo funciona el embrague de tu coche?

En todos los coches manuales, cada vez que cambias de marcha, el embrague entra en acción. Pero, ¿sabes realmente cuál es la lógica de funcionamiento de este componente?


Los embragues han evolucionado notablemente a lo largo de la historia del automóvil. El primer embrague montado por Benz allá por el año 1885, estaba constituido por una correa que se encargaba de transmitir el movimiento desde una polea que giraba libre, a otra unida al cigüeñal.

Posteriormente se pasó a los embragues formados por dos conos metidos uno dentro del otro, entre los cuales existe una capa de cuero o gamuza. Uno de ellos es el encargado de provocar el agarre suficiente entre ambos y transmitir el par motor a la caja de cambios.

Pero, ¿por qué es necesario el embrague? En un vehículo, la fuerza necesaria para impulsarse la proporcionada por el motor, cuyo giro se transmite a las ruedas a través de un conjunto de mecanismos que constituyen el sistema de transmisión. Y en momentos puntuales surge la necesidad de desconectar o conectar suavemente la transmisión del movimiento, desde el motor a las ruedas. Este es el fin, del mecanismo del embrague, formando parte del sistema de transmisión. Por tanto, un embrague es un transmisor de par motor.

Un embrague es el primer eslabón de la cadena cinemática del vehículo y tiene la misión de cortar o transmitir el giro desde el motor hasta las ruedas, a voluntad del conductor, para que el vehículo pueda desplazarse o permanecer detenido con el motor en marcha, así como efectuar el cambio de marcha en la caja de velocidades sin necesidad de parar el motor.

Pero, ¿sabes cómo funciona un embrague?

El funcionamiento de un embrague consta de dos fases principalmente, siendo el conductor el encargado de efectuarlas, pisando o soltando el pedal de embrague.

1.- Desembragado

El término desembragado se suele confundir en la mayoría de los casos porque se entiende que es cuando el conductor suelta el pedal del embrague y no es así. En la fase de desembragado el disco quedará suelto y libre de la fuerza ejercida por el plato de presión, cortándose la transmisión del par motor hacia la caja de cambios. pudiendo seleccionar el conductor seleccionar una nueva velocidad.

En esta fase, el diafragma invierte su conicidad y hace que el plato de presión se separe del disco y deje de ejercer presión sobre éste. El encargado de que el diafragma invierta su conicidad es el collarín o cojinete de empuje.

2.- Embragado

La acción de embragado significa que de nuevo el par motor se transmite hacia la caja de velocidades a través del embrague. En la fase de embragado, el disco quedará de nuevo presionado contra el volante de inercia a través del plato de presión.

En esta fase, el diafragma vuelve a su posición de reposo, provocando la presión del plato sobre el disco y quedando por tanto el conjunto transmitiendo de nuevo el par motor hacia la caja de velocidades. Si con anterioridad hubiésemos metido una velocidad, el vehículo en esta fase comenzará a desplazarse, o quedará embragado pero sin velocidad si anteriormente no la hemos seleccionado.

El elemento encargado de realizar la presión en el diafragma para el desembragado y embragado es el collarín o cojinete de empuje. Este elemento está constituido por una pequeña corona metálica que empuja un rodamiento que permite que gire sin dañar el diafragma. Una horquilla desplaza todo el conjunto, cualesquiera que sea su accionamiento.

La horquilla se acciona por medio de mecanismos que, dependiendo del tipo de vehículo, pueden se cables, varillas o bombines hidráulicos o neumáticos. Hay que destacar que los cojinetes empuje hidráulicos o collarines de empuje, utilizan el mismo aceite hidráulico que el de los frenos, teniendo un conducto desde el bote de frenos a la bomba de embrague.