Viajar con solo el piloto a bordo o hacerlo cargado a tope puede significar una diferencia de alrededor de 400 kilos. Y no es ninguna broma; la suspensión del vehículo quedará totalmente comprimida, reduciendo el recorrido útil.
Con tanto peso a bordo, la mecánica se resiente, pero especialmente los amortiguadores, las rótulas, los rodamientos y los silent-blocks. Y, lo más preocupante es que el comportamiento del vehículo se altera de forma negativa y muy acusada, con mayores inercias, balanceos no deseados, alargamiento de las distancias de frenado y reacciones delicadas en maniobras de emergencia como efectos más significativos.
Si ruedas a tope de carga de forma ocasional, unos calzos en los muelles te harán recuperar parte de la altura perdida sin alterar la elasticidad de la suspensión cuando circules descargado
Cuando no tenemos más remedio que circular siempre cargados, lo razonable es sustituir muelles y amortiguadores por componentes con mayor índice de carga para los primeros y mayor capacidad de retención para los segundos. Sin embargo, cuando se trata de rodar cargados de forma puntual, la solución nos puede acarrear problemas si circulamos con poca carga. En esas circunstancias, unos muelles más duros resultarán muy poco confortables y afectarán al comportamiento del vehículo, que se hará más proclive a los rebotes y traccionará peor debido a la menor elasticidad de estos componentes.
Una solución fácil pasa por instalar unos suplementos en los muelles, que nos devuelvan ese par de centímetros que nos dejan el vehículo hundido. Si nos decidimos por esos suplementos, tendremos que comprobar que, una vez instalados, no afectan a elementos como latiguillos de frenos o a los ángulos de trabajo de la transmisión. Lo ideal, en cualquier caso, es montar unos nuevos latiguillos de una longitud que sea exactamente la suma de la del latiguillo original más el suplemento de los muelles. Y también sería conveniente instalar limitadores de extensión para evitar que un estiramiento excesivo pueda romper los amortiguadores o sus anclajes.
Instalación de calzos para suplementar la suspensión
1.- Comenzamos por soltar el extremo inferior de los amortiguadores y la barra estabilizadora. Ten siempre en cuenta que los latiguillos de los frenos no deben soportar el peso del eje en ningún momento..
2.- Elevamos el vehículo con un gato y lo suspendemos mediante borriquetas, o, a ser posible, utilizamos un elevador. Conviene retirar las ruedas para permitir un mayor descuelgue del eje. Mediante un gato, sujetaremos el eje de forma que no caiga una vez desconectados los amortiguadores y la barra estabilizadora.
3.- En ocasiones tendremos que desmontar otros elementos como el brazo trasversal que guía el eje rígido (barra Panhard), ya que también limita su extensión.
4.- Si conseguimos que los ejes descuelguen lo suficiente, la retirada de los muelles será muy fácil, y colocar el suplemento resultará muy sencillo. Ten en cuenta que para recolocar los muelles suplementados necesitarás que los ejes se descuelguen un poco más que al retirarlos, por la mayor longitud del conjunto.
5.- Comprueba que los latiguillos siguen disponiendo de recorrido para extenderse. En caso contrario (como en la imagen), tendrás que reemplazarlos por otros más largos.
6.- Terminaremos el trabajo montando todo lo retirado previamente y dejando el vehículo listo para rodar.