1. La válvula EGR. Suele averiarse por la acumulación de carbonilla. Acelerones fuertes perjudican.
2. El turbo. La acumulación de carbonilla, suele ser también el principal motivo de fallo. La potencia del vehículo disminuye considerablemente.
3. Los neumáticos. Un reventón, un pinchazo, el desgaste irregular o las deformidades, son los principales motivos de cambio.
4. El catalizador. Trayectos cortos o frecuentes trayectos urbanos, sobre todo con vehículos diésel, son prácticas que merman la vida del catalizador.
5. El embrague. Su vida útil no debería ser inferior a los 100.000 km, aunque un mal uso puede provocar antes su fallo.
6. Los faros o pilotos. Suelen ser unos de los más castigados por pequeños golpes y rozaduras.
7. Los inyectores. Suelen dar más problemas en vehículos diésel. Importante el cambio del filtro de combustible.
8. Los filtros. Obstrucciones que hacen perder rendimiento del vehículo.
9. La correa de distribución. No suele tenerse en cuenta la recomendación del fabricante para su cambio preventivo y su rotura puede ser fatal para el motor.
10. La bobina de encendido. Su fallo suele relacionarse con carencias en su sistema eléctrico. Finalmente, recordar que realizar un mantenimiento y revisiones preventivas al vehículo, es la mejor vía para asegurar que éste funcionará correctamente durante más tiempo.