Toyota Land Cruiser KDJ90 3.0 Aut.: Un TT fiable donde los haya

Solo los fuertes perduran en el tiempo. Ese es el caso de este vehículo, si bien no es oro todo lo que reluce. Su propulsor de tres litros ofrece 125 CV, con un consumo de 11 litros sin abusar del acelerador, cifras que hoy en día no son para presumir.

Ahora bien, su empuje es sólido y consistente desde bajas revoluciones, y arriba no desentona. Las últimas versiones de este motor, con culata de inyección directa, son claramente mejores tanto en materia de consumo como, sobre todo, de rendimiento, por lo que conviene buscarlas.

A cambio, eso sí, tendremos que pagar un precio adicional.

La transmisión es uno de los aspectos más logrados, ya que además de eficaz, resulta fiable. La caja de cambios no es ninguna maravilla en cuanto a rapidez o resbalamiento del convertidor de par, y técnicamente está muy por detrás de la realidad actual. Sin embargo, funciona muy bien y permite sacar mucho partido del propulsor sin perjudicar de forma manifiesta los consumos.

De hecho, y admitiendo que con el cambio manual se pueden mejorar los consumos y el rendimiento, en campo es mas recomendable la caja automática.El chasis es robusto y por aquí no vamos atener problemas; se trata de uno de los aspectos que justifica decantarse por este modelo frente a otros. Los trenes motrices (con suspensión delantera independiente y eje rígido atrás) consiguen un buen compromiso entre uso en campo y carretera. El delantero es el más crítico a la hora de salir del asfalto, pero aun así su comportamiento hay que calificarlo de bueno. Uno de los puntos a revisar son los silentblocks de la barra estabilizadora delantera, que se deforman y deterioran con relativa facilidad.

Otro punto a revisar son los silentblocks de los amortiguadores, que además de cargar con su trabajo, reciben toda la carga de los muelles.
En el eje trasero no hay nada que reprochar, a excepción de la ubicación de los amortiguadores por delante del eje, situación que los deja muy expuestos a las proyecciones de piedras de las ruedas delanteras.

La dirección es otro punto a revisar; el desgaste de algunos elementos internos ocasiona holguras que exigen su sustitución, lo que se agrava en unidades con neumáticos MT sobre-dimensionados.

En el interior encontramos materiales robustos que permanecen casi inalterados con el paso del tiempo y permiten encontrar unidades en un estado más que satisfactorio. Este Toyota es uno de esos vehículos que siempre merece la pena comprar, pero no hay que precipitarse; es un TT apreciado en el mercado y puede resultar caro.

Lo mejor del Land Cruiser 90 se encuentra debajo de la carrocería (3). El chasis de largueros es muy sólido, si bien hay que tener cuidado y proteger los elementos más expuestos a golpes, como el intercooler o la caja tránsfer (5). Esta se acciona mediante palanca (4), lo que mejora su fiabilidad.

Aunque los plásticos son de buena calidad y envejecen bien (1), es fácil que presenten rayaduras y un aspecto desaseado. La tapicería original (2) no es muy sufrida, pero con una buena limpieza quedará como nueva.

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Mejoras en campo

Estamos ante una buena base de partida para disfrutar de los viajes y las rutas. Mejor que invertir en modificarlo, primero busca una versión automática, que monte el bloqueo del diferencial trasero y, a ser posible, con el motor de inyección directa, que rinde 163 CV. Conviene no olvidar el hecho de que tenemos suspensión delantera independiente. Si instalamos unos amortiguadores un poco mas enérgicos y protegemos con una plancha reforzada toda la parte frontal, podremos sacarle el máximo partido a este magnifico vehículo todo terreno.

En el eje posterior tenemos poco trabajo, nos limitaremos a proteger la parte inferior de los amortiguadores y poco más.Si todavía no estamos satisfechos con sus posibilidades, una chapa sólida en la tránsfer y unas ruedas AT o MT 235/85-16, pondrán los limites muy altos. Propulsor no le falta, y no hay que olvidar que con un intercooler permite un aumento más que apreciable de sus prestaciones.