El Toyota RAV4 es un todocamino que, a finales de 2020, incorporó interesantes novedades en materia de terminaciones, equipamiento y batería. Sobre esta última, señalar que las versiones de equipamiento más bajo; es decir, Advance y Business, mantienen la de hidruro metálico de níquel, mientras que las más altas, Style, Black Edition y Luxury, montan un nuevo acumulador de iones de litio. Otra de las novedades tiene como protagonista el acabado Luxury, que incorpora de serie llantas de aleación de 19” de nuevo diseño y el espejo retrovisor interior inteligente mejorado, de mayor tamaño y con una superficie de proyección de la imagen más grande.
A nivel mecánico, se añade una nueva versión a las ya conocidas, la híbrida enchufable Plug-in Hybrid de 306 CV, que puede combinarse con los acabados Advanced y Style. Esta asocia un motor 2.5 de ciclo Atkinson y 185 CV con dos motores eléctricos, uno de 182 CV y otro en el tren posterior de 54 CV, además de incorporar una batería de iones de litio 18,1 kWh de capacidad que le permite recorrer 75 km en modo eléctrico, lo que le da derecho a lucir la etiqueta Cero de la DGT. A 7,4 kW, invierte dos horas y media en recargarse por completo. Combinado el sistema híbrido con un cambio CVT, esta versión baja su consumo medio hasta 1 litros/100 km y las emisiones a 22 g/km. Acelera de 0 a 100 km/h en 6 segundos y su velocidad máxima es de 180 km/h.
Por lo demás, el Toyota RAV4 Hybrid sigue estando disponible con mecánicas híbridas de 218 y 222 CV, dependiendo de si se trata de tracción delantera o a las cuatro ruedas. En ambos casos, acopla un motor de gasolina de ciclo Atkinson y cuatro cilindros 2.5 litros Dynamic Force de 177 CV a un eléctrico de 120 CV, al que el tracción total añade otro de 54 CV para el tren posterior. Con el acabado básico Advance, el tracción delantera acelera de 0 a 100 km/h en 8,4 segundos, alcanza 180 km/h y su consumo medio es de 5,7 litros/100 km. El 4×4, por su parte, sitúa su velocidad máxima en los mismos 180 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 8,1 segundos. A pesar de su condición de tracción total, el consumo se mantiene tan comedido como en su hermano y se limita a los mismos 5,7 litros/100 km.