Toyota acaba de iniciar en Japón la comercialización de la versión Joy de su kei car -vehículos con ventajas fiscales y valores máximos de longitud, 3,4 m; anchura, 1,48 m; altura, 2,0 m; cilindrada, 660 cc; y potencia, 60 CV-, el Pixis. Con el lanzamiento de este nuevo acabado, el fabricante nipón quiere dar un impulso a las ventas del modelo, lastradas por el aumento de los impuestos en el país a los vehículos de esta categoría. Ya está disponible para su compra y, si bien se ofrece a cambio de un precio contenido -arranca en algo menos de 11.000 euros al cambio-, el reciente incremento del gravamen le ha restado gran parte de su atractivo.
En cualquier caso, el Toyota Pixis Joy cuenta con una dotación de serie y unas capacidades de personalización bastante notables. Para empezar, su exterior da la sensación de una construcción sólida y bien acabada, aspecto que no suele ser común en los kei car. Además, puede ser personalizado con las variantes Joy S -estética deportiva- y Joy C -apariencia offroad-, y las posibilidades de equipamiento son muy extensas: desde diversos colores para su tapicería y/o molduras hasta un sistema de infonetretenimiento con pantalla multimedia, pasando por Bluetooth, luces LED diurnas, elementos cromados, climatizador automático, arranque por botón y acceso sin llave, entre otros.
Las mecánicas disponibles continúan siendo las mismas que hasta ahora. Por tanto, la única opción es un motor gasolina de 660 cc que puede escogerse en potencias de 52 o de 64 CV. Eso sí, todas las versiones pueden equipar en opción tracción total y un cambio automático CVT, que será de serie en las unidades más altas de gama.