En el mes de septiembre, una encuesta realizada por la Asociación DIA de víctimas de accidentes en carretera reveló que el 40% de los conductores usa el teléfono móvil mientras conduce y que de estos, casi la totalidad es consciente de peligro que conlleva. Ahora, el National Highway Traffic Safety Administration de Estados Unidos vuelve a poner en su punto de mira el uso del teléfono móvil mientras se conduce.
Y es que, Estados Unidos ha sufrido un increíble aumento de las muertes en accidentes de tráfico debido, principalmente, al uso del teléfono móvil al volante. El número de víctimas en las carreteras norteamericanas ha alcanzado el 10,4 por ciento del total, hasta llegar a la cifra exacta de 17.775.
En Estados Unidos hay más muertes por cada mil millones de vehículos-kilómetros recorridos, que en la mayoría de las naciones desarrolladas. En concreto, hablamos de 6.8 muertes por cada mil millones de vehículos-kilómetros, muy por encima de los 4.3 de Suiza, los 4.6 de Alemania o los 3.5 de Reino Unido.
Ante estas escalofriantes cifras, la polémica ha estallado entre los organismos estatales que regulan el tráfico en EEUU, las empresas fabricantes y comercializadoras de coches. Además, el Departamento de Transporte ha desarrollado un plan preventivo con un ambicioso objetivo: eliminar las muertes en las autovías dentro de 30 años.
Los fabricantes se defienden alegando que la mayoría de los nuevos vehículos tienen software que se conecta a un teléfono inteligente y permite que los conductores interactuen con él sin despegar las manos del volante y la vista de la carretera.
Sin embargo, del otro lado, los expertos en tráfico señalan que toda esa tecnología no hace más que animar a las personas a usar aún más funciones en sus móviles mientras conducen.
La guerra está servida, pero lo que parece claro es que las nuevas tecnologías han cambiado también la forma de conducir y que la dependencia de los dispositivos móviles está perjudicando en la seguridad vial.