Tiene un motor de 150 CV

Prueba a fondo del Volkswagen T-ROC R-Line 2.0 TDI 150 DSG

Miguel Tineo
Miguel Tineo
Hemos probado la versión R-Line con motor 2.0 TDI de 150 CV del Volkswagen T-ROC: un SUV de 4,23 metros de longitud que se sitúa justo por debajo del VW Tiguan.

El Volkswagen T-ROC se trata de un SUV que ha sido creado sobre la plataforma MQB del Grupo Volkswagen. Esto significa que emplea la misma base que otros modelos de la marca como el Volkswagen Golf y, por tanto, que el Volkswagen Tiguan. Sin embargo, el T-ROC es un coche más compacto que el Tiguan y menos espacioso. Así, el T-ROC tiene una longitud de 4,23 metros, mientras que el Tiguan se va hasta los 4,50 metros de largo (4,72 metros en el caso del Tiguan Allspace).

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Por otro lado, Volkswagen también tiene otros dos SUV’s con el mismo tamaño que el T-ROC, pero creados sobre la plataforma MQB A0, que es la que emplea el Polo. Estos dos SUV’s son el T-Cross y el Taigo. El primero mide los mismos 4,23 metros que el T-ROC, mientras que el Taigo se va a los 4,26 metros. Pese a la similitud en tamaño y tipo de carrocería, son diferentes en concepto: el T-ROC es ‘más coche’ por calidad de rodadura y posibilidades de equipamiento, porque ofrece algunos motores mucho más potentes y porque cuenta con versiones de tracción total.

Centrándonos en la gama del Volkswagen T-ROC, está formada por cuatro motores de gasolina (110, 150, 190 y 300 CV) y dos diésel (116 y 150 CV). Todos son motores térmicos convencionales sin electrificación alguna, por lo que todos tienen etiqueta C de la DGT. Los motores de 150 CV pueden tener tracción delantera o total y cambio manual o automático; los de menos de esa potencia son sólo delantera y manuales, y los TSI de 190 y 300 CV sólo tiene tracción total y cambio automático. Hay dos acabados: Life y R-Line, al que se une la versión R exclusiva con el motor de 300 CV.

T-ROC 1.0 TSI110 CV30.230 euros (Life)
T-ROC 1.5 TSI150 CVDesde 32.060 euros (Life, R-Line)
T-ROC 2.0 TSI190 CV45.495 euros (R-Line)
T-ROC R300 CV55.840 euros
T-ROC 2.0 TDI115 CV34.460 euros (Life)
T-ROC 2.0 TDI150 CVDesde 36.255 euros (Life, R-Line)

Cuánto cuesta el Volkswagen T-ROC R-Line 2.0 TDI 150 DSG

El Volkswagen T-ROC es un coche caro si lo comparamos con algunas posibles alternativas del mismo tamaño como el Ford Puma o el Nissan Juke, si bien estos coches son más bien rivales directos de los T-Cross y Taigo. Así, el Volkswagen T-ROC más asequible, el 1.0 TSI 110 Life, arranca en los 30.230 euros. Por su parte, el Volkswagen T-ROC 2.0 TDI 150 DSG R-Line de esta prueba sale por 41.780 euros. Hay un T-ROC 20 TDI 150 Life por 36.255 euros.

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Cómo es el Volkswagen T-ROC R-Line 2.0 TDI 150 DSG por dentro

El Volkswagen no comparte salpicadero con ninguno de sus hermanos de gama. Emplea una pantalla táctil central de fácil manejo y, a diferencia del Golf, el T-ROC cuenta con mandos independientes para el climatizador, que son los mismos del Taigo o del Tiguan y que son mucho más intuitivos y prácticos de manejar que las dichosas pantallitas. El T-ROC de esta prueba también cuenta con una instrumentación digital configurable similar a la que emplean, ahora sí, muchos de sus hermanos de gama.

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La postura al volante es buena. No se va sentado tan bajo como en un Golf, pero sí se puede conducir con las piernas un poco más estiradas que en otros SUV’s. Eso, unido a los asientos deportivos de esta versión, consigue que la sujeción en curva sea bastante buena. Es muy sencillo obtener una postura de conducción perfecta, como ocurre con la inmensa mayoría de modelos del Grupo Volkswagen.

Por calidad también ocurre lo mismo que con sus hermanos de gama: hay más plástico duro del esperado y esas planchas de negro piano siguen siendo una mala opción porque no hay forma de verlas limpias (se nota mucho el polvo y las huellas de los dedos), pero los ajustes son correctos, hay una cuidada iluminación interior y, en general, no se aprecian detalles mal rematados.

Cómo es el maletero del Volkswagen T-ROC R-Line 2.0 TDI 150 DSG

El maletero es relativamente amplio para el tamaño del coche. El T-ROC ofrece 445 litros de capacidad, que pueden llegar a 1.290 litros si se abaten los asientos traseros. En las versiones con tracción total, la capacidad es de 392 litros. Si lo comparamos con la media de los SUV’s de tamaño compacto como el Seat Ateca o el Peugeot 3008, el T-ROC se queda por debajo, pues estos modelos rondan los 500 litros de capacidad. Sin embargo, el planteamiento del T-ROC no es tan familiar, y su carrocería también es más corta. Por eso, la capacidad no está mal, más aún si tenemos en cuenta que el Volkswagen Taigo alcanza los 440 litros y el T-Cross se conforma con 385 litros.

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De serie, este T-ROC tiene un suelo del maletero ajustable en dos alturas y una bandeja dura, como la del Golf. Lleva kit reparapinchazos de serie. Puede tener apertura eléctrica del portón si se adquiere el pack Hola Confort, que por 1.170 euros incluye además asientos delanteros calefactados y alarma antirrobo.

Cómo va el motor del Volkswagen T-ROC R-Line 2.0 TDI 150 DSG

El Volkswagen T-ROC de esta prueba lleva el conocido motor de cuatro cilindros turbodiésel de 2.0 litros y 150 CV de grupo Volkswagen. Es un motor de respuesta especialmente progresiva, que empuja con decisión desde muy bajas vueltas y que no acusa retraso alguno en la respuesta el turbo o cuando iniciamos la marcha, como sí ocurre aún con algún que otro motor de este tipo. Es también un motor bastante agradable si hablamos de rumorosidad o vibraciones, dos aspectos en los que los motores del Grupo Volkswagen suelen obtener una buena nota.

Tiene prestaciones más que de sobra; de hecho, y sabiendo cómo responde a medio régimen este mismo motor pero en versión de 115 CV, sólo recomendamos este de 150 CV si solemos conducir deprisa, si acostumbramos a circular por vías secundarias donde haya que efectuar adelantamientos con asiduidad o si queremos sí o sí el acabado R-Line o el cambio automático (no disponibles con el motor de 115 CV).

En cuanto a consumo, lo normal es moverse en torno a 6,0 L/100 km o un poco más. No es un dato bajo, pues lo normal en las condiciones de nuestra prueba para un coche así habría sido moverse algo por debajo de los 6 L/100 km. En general, es un consumo similar al que se puede obtener con el motor 1.5 TSI de 150 CV de gasolina, pero las diferencias empiezan a acrecentarse cuando forzamos el ritmo. Es ese caso, con el TDI es difícil pasar de los 7 L/100 km.

¿Interesa entonces el TDI más que el TSI? Depende. Si vamos a realizar más de 20.000 km al año y principalmente por carretera, mejor el TDI. Si vamos a hacer menos de esos kilómetros, o si nuestros recorridos son principalmente cortos, mejor optar por el gasolina.

Volviendo a la prueba, este T-ROC va asociado a un cambio automático DSG de doble embrague y siete relaciones. Es un cambio suave y agradable, incluso aparcando, pues todo sucede con mucha progresividad. En marcha y en modo automático, funciona muy bien para desplazarnos a ritmos normales. Como en todos los automáticos actuales, tiende a elegir marchas más bien largas para favorecer el consumo. Por eso, en carreteras de montaña es más recomendable emplear el modo Sport o, mejor aún, manejarlo de modo manual a través de la propia palanca o de las levas que hay tras el volante.

Cómo es el comportamiento del Volkswagen T-ROC R-Line 2.0 TDI 150 DSG

El Volkswagen T-ROC, al menos con la suspensión de serie y las llantas de 19 pulgadas, es un coche que destaca más por comportamiento que por comodidad, si bien es un modelo con el que se puede viajar sin ningún tipo de problema. Existe la posibilidad de incluir una suspensión adaptativa por 630 euros y, probablemente, con ella se podrá lograr una mayor comodidad utilizando los tarados más suaves.

También es más que posible que, con las llantas de 18 pulgadas de serie, el coche sea un poco menos seco, pues los neumáticos tienen mayor perfil y eso siempre aumenta la comodidad en zonas rotas o bacheadas. En cualquier caso, no es que sea un coche incómodo porque trata con bastante dulzura a los ocupantes y que en autopista siempre transmite una elevada sensación de aplomo y control. Pero, simplemente, con la configuración de serie podría ser más cómodo todavía.

El comportamiento, como decíamos, es muy bueno. El T-ROC tiene una suspensión que controla muy bien los movimientos de la carrocería, que se mueve casi tan poco como podría hacerlo en un Golf. Lo único que puede apreciar el conductor es que esas reacciones se producen a un poco más de altura, pero para notarlo ya hay que rodar a un ritmo elevado, y siempre por zonas de curvas. Además es un coche muy preciso, que goza de una buena agilidad y cuyas reacciones son siempre muy nobles y predecibles. De hecho, en precisión y agilidad, y siempre con la configuración de esta unidad, el T-ROC está por encima de la media del segmento.

 

Volkswagen T-Roc

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