Audi Quattro
Si hoy día Audi está considerado como un fabricante especialista en modelos de tracción total lo es gracias a este coche, nacido para homologar el Audi Quattro del Grupo B que competía en el mundial de rallyes.
Audi Quattro
Las variantes de calle destacaron por ofrecer una adherencia y una capacidad para avanzar por superficies resbaladizas muy superior a la de los automóviles de su época.
Audi Quattro
Bajo el capó, contaban con un propulsor de gasolina 2.1 turbo, de cinco cilindros, dotado de un turbocompresor. En su versión más poderosa esta mecánica llegó a desarrollar 220 CV, algo que permitía a este Audi acelerar de 0 a 100 km/h en 7,1 segundos y alcanzar 220 km/h.
BMW M3
Si el BMW M3 está considerado como la mejor berlina de la historia se debe, principalmente, a su primera generación, conocida como E30. Y, más concretamente, por la versión conocida como M3 Sport Evolution, de la que tan solo se fabricaron 600 unidades.
BMW M3
Impulsado por una mecánica atmosférica de gasolina de 2,5 litros y cuatro cilindros, con 238 CV, fue el máximo exponente de esta generación del BMW Serie 3.
BMW M3
En la época, con una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,5 segundos y una velocidad máxima 248 km/h, sus prestaciones eran más propias a las de un turismo de competición que de una berlina de calle.
Ferrari F40
«Construid el mejor coche del mundo». Esa fue la directriz que dio Enzo Ferrari dio a sus ingenieros y, el resultado, el automóvil al que muchos consideran el mejor superdeportivo de la historia: el Ferrari F40, del que se fabricaron un total de 1.311 unidades.
Ferrari F40
Quienes lo han conducido aseguran que era un coche brutal, sobre todo cuando los dos propulsores IHI de su mecánica V8 de 2,9 litros comenzaban a soplar al máximo. En este sentido, puede que sus 478 CV, la aceleración de 0 a 100 en 4,1 segundos y sus 324 km/h de velocidad máxima parezcan ‘poco’ comparados con los deportivos actuales, pero su forma salvaje de entregar la potencia, lo hacía especial.
Ferrari F40
Como también lo hacía el hecho de contar con un interior muy espartano, que se aligeró eliminando todos los elementos que podían perjudicar las prestaciones, como aire acondicionado, los elevalunas eléctricos, el equipo de audio… ¡o los tiradores de las puertas! -se sustituyeron por unas ligeras ‘tiras’ textiles-.
Ferrari Testarossa
Tal vez no sea el mejor Ferrari de la historia, pero con 2,0 metros de ancho y solo 1,13 metros de alto, este gran turismo surgido del lápiz de Pininfarina es tremendamente bonito, algo que le ha servido para convertirse en el Ferrari más icónico y conocido de finales de los años 80.
Ferrari Testarossa
Impulsado por un motor atmosférico de gasolina 5.0 V12, con doce cilindros en V12, a 180 grados (la misma inclinación que ofrecen los cilindros de los motores bóxer) desarrollaba un total 390 CV. ¿Una curiosidad? El nombre del modelo se debe a la pintura roja que recubre la culata del motor.
Ferrari Testarossa
En marcha, era un gran turismo más enfocado al confort que a la deportividad. De hecho, el motor V12 en posición central, estaba situado muy alto, algo que elevaba el centro de gravedad y hacía que las reacciones a alta velocidad fueran algo imprecisas. Se fabricaron un total de 7.177, por lo que es un modelo tremendamente popular para tratarse de un Ferrari… aunque hacerse con una unidad no es tarea fácil.
Ford Sierra RS Cosworth
La versión más deportiva del Ford Sierra, conocida como RS Cosworth se comercializó entre 1985 y 1988, en dos versiones: RS Corsworth y RS500 Cosworth.
Ford Sierra RS Cosworth
En cualquier caso, en materia de diseño su seña de identidad era la misma: el gran alerón trasero que, combinado con unos paragolpes específicos, unas llantas de 15 pulgadas y las entradas de aire del capó le otorgaban un aspecto de más racing que el de cualquier berlina de la época.
Ford Sierra RS Cosworth
En el apartado mecánico, este Ford estaba impulsado por una mecánica turboalimentada de gasolina, con 2,0 litros y cuatro cilindros, que permitía acelerar de 0 a 100 km/h en 6,8 segundos y alcanzar 240 CV. Por otro lado, en la versión RS500 incrementaba la potencia hasta los 224 CV y la aceleración de 0 a 100 km/h era de 6,5 segundos, un dato que le permitía dejar atrás sin compasión al M3 de la época.
Lancia Delta Stradale S4
Tan solo se fabricaron 200 unidades del Lancia Delta S4 Stradale, necesarias para homologar el S4 Stradale que compitió en el Grupo B de rallies en 1985 y 1986, por lo que estamos ante algo así como un vehículo de rallies matriculable.
Lancia Delta Stradale S4
Bajo el capó equipaba un propulsor 1.8, en posición central, dotado de un turbo, un compresor y dos intercoolers de gran tamaño, para alcanzar un total de 250 CV –la versión de competición desarrollaba 500-. ¿Sus prestaciones? Aceleraba de 0 a 100 km/h en 6,0 segundos y alcanzaba 250 km/h.
Lancia Delta Stradale S4
Por otro lado, contaba con un chasis tubular y un eficaz sistema de tracción total, que enviaba un 70% del par al eje trasero y un 30% al delantero. En la actualidad, se han subastado unidades por precios superiores al millón de euros.
Peugeot 205 GTI
Junto con el Volkswagen Golf, era el GTI más reputado de los años 80… y argumentos no le faltaban. En un primer momento apareció en 1984, impulsado por una mecánica 1.6 de 105 CV, pero más tarde incorporó un propulsor 1.9 de gasolina que, en su versión más potente, desarrolló 130 CV.
Peugeot 205 GTI
De hecho, el Peugeot 205 GTI fue el único utilitario deportivo con motor atmosférico capaz de igualar e, incluso superar, la potencia de rivales con mecánicas turbo, como el Fiat Uno Turbo o el propio Renault 5 que aparece en este reportaje.
Peugeot 205 GTI
Hoy día el Peugeot 205 GTI se ha convertido en uno de los pequeños deportivos favoritos de los coleccionistas gracias a su ligereza y agilidad. De hecho, son varias las subastas en las que se han llegado a pagar más de 40.000 euros por unidades originales.
Porsche 959
El Porsche 959 fue, junto al Ferrari F40, el deportivo más reputado de los años 80 y, hoy día, continúa siendo un automóvil legendario… y uno de los Porsche más veloces.
Porsche 959
Para impulsarse, recurría a un propulsor bóxer de gasolina, con 2,8 litros de cilindrada y dos turbocompresores KKK, para desarrollar 450 CV de potencia; algo que le permitía pasar de 0 a 100 km/h en 3,7 segundos y alcanzar los 318 km/h, convirtiéndose en el coche más rápido del mundo.
Porsche 959
Sin embargo, donde el Porsche 959 realmente marcaba distancia con sus competidores, era a la hora de analizar su tecnología. Y, en este apartado, su sistema de tracción total Porsche Steuer Kupplung -conocido como PSK- se llevaba la palma. De hecho, además de contar con varios modos de funcionamiento -lluvia, nieve y diferencial bloqueado-, era capaz de distribuir el par que llegaba al eje trasero entre ambas ruedas, para así mejorar la capacidad de tracción. De esta forma, ofrecía un comportamiento dinámico más eficaz que el de cualquier coche de los años 80. Solo se fabricaron 37 unidades.
Renault 5 GT Turbo
El Renault 5 Turbo fue el cénit entre los urbanos deportivos de finales de la década de los 80 y principios de los 90.
Renault 5 GT Turbo
Impulsado por un motor 1.4 Turbo de gasolina, con 115 CV, era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en tan solo 7,6 segundos y alcanzar 200 km/h de velocidad máxima. Algo a lo que también contribuía un peso de tan solo 830 kilos, muy inferior al habitual en los vehículos de su tamaño actuales -medía 3,6 metros de longitud-.
Renault 5 GT Turbo
A finales de los años 80 recibió un restyling que supuso la introducción de pequeños cambios de diseño, así como una mecánica de 120 CV. En cualquier caso, este coche pasó a la historia por la brusquedad del turbo, que obligaba a sujetar el volante con fuerza en fases de aceleración.
Volkswagen Golf GTI
Para muchos, la segunda generación del Volkswagen Golf, aparecida en 1983, es el mejor GTI de este periodo. Se lanzó en 1984 con un motor de gasolina de cuatro cilindros y 8 válvulas que cubicaba 1.8 litros y rendía 112 CV, suficiente para que este compacto deportivo acelerase de 0 a 100 km/h en 10 segundos y alcanzara una velocidad máxima de 191 km/h.n
Volkswagen Golf GTI
Por fuera, se distinguía del resto de versiones por los paragolpes exclusivos, el ribete rojo de la parrilla delantera y las llantas específicas, mientras que, por dentro, contaba con asientos deportivos con tapicería Clark, pomo de la palanca de cambios con forma de pelota de golf y techo tapizado en negro.
Volkswagen Golf GTI
En 1986, Volkswagen lanzó una versión más potente del Golf GTI mk2. Se apellidaba 16v porque sustituía la culata de 8 válvulas por una de 16 válvulas, que le permitía alcanzar los 139 CV a 6.100 rpm, siempre con cambio manual de cinco velocidades y tracción delantera. Pesaba prácticamente lo mismo que el GTI 8v, pero alcanzaba los 208 km/h y aceleraba de 0 a 100 km/h en solo 8,9 segundos (a cambio era más perezoso a bajas revoluciones). En 1990, el Golf se sometió a un restyling y las variantes GTI estrenaron paragolpes más anchos; ese año también apareció el G60 con el mismo motor del 16V, pero con un compresor que incrementaba la potencia hasta los 160 CV.





























